Jimin se preparaba ya que en unos momentos llegaría Baek. No era la primera vez que ella llegaba de hecho pasaba la mayor parte de tiempo en casa de Jimin pero a él siempre le preocupaba porque ella se sintiera bien
Tenía el temor de que a Baek le fuera a disgutar algo y que ya no volviera a llegar, pero lo que él no sabía era que a ella le encantaba pasar tiempo con su amigo y que jamás dejaría de visitarlo, además de que la mamá de Jimin la trataba como si fuera de la familia
La puerta de la habitación de Jimin sonó haciendo que el chico corriera abrir
—¿Otra vez arreglaste tu habitación sólo porque venía?— habló la chica adentrándose a la habitación. Se sentó en la cama y escaneo todo el lugar mientras Jimin la observaba.
—Sabes que me gusta tener todo ordenado —dijo por fin. Caminó hacia su escritorio y empezó a buscar entre los libros.
—Y yo ya te dije que no me importa como este tu habitación, yo vengo a verte a ti no a la habitación —río acercándose a Jimin quien estaba entretenido revisando sus apuntes —Además... —hizo una pausa al notar lo que a ella más le enojada de Jimin —¿Porque sigues cubriendo el espejo?— preguntó en tono serio pero el chico sólo hizo como que no la escuchaba. Cuando en realidad si lo hacia pero no le gustaba que ella hablará de eso.
—¿Por qué clase empezamos?— preguntó él tratando de evadir el tema como siempre lo hacía y eso era lo que más le enojada a Baek, sentía que él no le tenía la suficiente confianza como para hablar abiertamente con ella.
—Literatura —respondió seria. Él notó la dureza en sus palabras y se giró a verla.
—Baek lo siento, sabes que no me gusta hablar de eso
—¿Sabes que es lo que más me duele? Que no me tengas la confianza suficiente para contarme tus cosas pero esta bien no te obligaré —tomó un libro del escritorio y se tumbó en la cama supuestamente a leer.
—No es eso —soltó Jimin poniéndose de pie para sentarse junto a su amiga —Es sólo que no quiero que sientas lástima por mi —dijo bajando su cabeza. Realmente eso ponía mal a Jimin.
—Vamos Jimin —exclamó enojada —Te conozco hace 3 años y en todo ese maldito tiempo jamás he sentido lástima por ti. Lo que siento es coraje de que te castigues a ti mismo con esos tontos perjuicios
—No son tontos perjuicios, es la verdad
—¡Diablos!— bufó golpeando la cama—Tú estás bien así, no eres nada de lo que te imaginas
—Mejor dejemos las cosas así no quiero terminar discutiendo contigo —volvió a su escritorio. Baek respiraba profundamente tratando de contener su enojo.
Le enojaba saber que su amigo pensaba que era alguien que no valía la pena, le enojaba que se dejará guiar por los malos comentarios de los demás y le enojaba que no pudiera verse a como ella lo ve
—Chicos— llamó la mamá de Jimin tras la puerta. Él le indicó que pasará, cuando entró traía una bandeja con bocadillos.
—Mamá, te he dicho que no hagas esas cosas —Habló con frustración. Jimin odiaba que su madre hiciera cosas deliciosas y grasosas que le daban ganas de comerlas y luego se arrepentía.
—Y yo te he dicho que tienes que comer sin ver si eso te engorda o no. Si te gusta, cómelo.
—Al menos hazle caso a tu mamá—agregó Baek.
—¡Está bien, ustedes ganan! —gritó agarrando su cabeza con fuerzas —Sólo comeré uno —se acercó a la bandeja que traía su mamá y comió.
—Bueno, los dejo para que sigan estudiando
—Gracias señora Park —agradeció Baek haciendo una pequeña reverencia —¿Ya ves? Hasta tu mamá me apoya
—Ya, silencio. Mejor come —Jimin tomó un bocadillo y lo metió en la boca de Baek para que dejará de hablar.
—Hmm —intentó hablar pero la comida no la dejaba. Masticó todo y luego de tragarlo dio un gran suspiro —Eres un desgraciado —río dándole golpecitos a Jimin.
—Ya llorona, vamos a seguir estudiando
(...)
Habían pasado casi 4 horas estudiando, Baek había pasado la mayor parte del tiempo haciendo bromas y molestando a Jimin. Mientras Jimin la obligaba a concentrarse para estudiar, aún así también se divertía peleando con ella
Baek era una chica muy extrovertida que siempre hacia sentir mejor a Jimin cuando él se sentía mal, ella había sido el mejor de los apoyos para él y eso Jimin lo agradecía mucho
La hora de irse había llegado. Baek se despidió de la mamá de Jimin y salió para irse
—¿Te acompaño?— preguntó Jimin desde la entrada de su puerta. Era de noche y le preocupaba que ella se fuera sola.
—No te preocupes, vendrán por mi —sonrió introduciendo sus manos en su sudadera ya que la noche estaba muy fría.
—Entonces te acompañaré a esperar que pasen por ti—dijo saliendo de casa para ir a donde ella.
—Jimin tonto, te vas a resfriar—regañó al ver que él había salido sin abrigo.
—No te dejaré aquí sola —habló frotando sus manos en su pantalón para que se calentaran.
—Dame aquí— dijo Baek tomando las manos de Jimin para meterlas en la bolsa de su sudadera. Cabían muy bien ya que sus manos eran muy pequeñas.
—Pareces mi mamá— se quejó Jimin —Pero gracias
—De nada. No quiero tener que ir a estudiar contigo a un hospital
—Yo tampoco quiero estudiar contigo en un hospital —río.
—Jimin, ¿ya pensaste sobre mi invitación?
—Si y no quiero ir —habló bajo. Tenía miedo de que Baek se enojara, él sabía lo mucho que ella quería asistir.
—Hagamos algo —habló ella viéndolo directo a los ojos —Si yo paso mis exámenes muy bien, tú vas a la fiesta conmigo
—Claro que pasarás si estás estudiando conmigo
—Entonces lo haré yo sola —alzó su ceja retando al chico.
—Trato hecho— respondio él. Ambos juntaron sus manos sellando el trato.
—Bueno, me voy. Ve adentro antes que mueras del frío — río empujando al chico hasta su casa. Luego se despidió de él con sus manos al aire y corrió a subir al auto.
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