•Capítulo 28•

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*Y como el Comisario ordenó, ambos jóvenes llegaron a la comisaría al día siguiente a la misma hora, según el oficial tenía una idea; talvez mala, talvez buena; depende como la tomen.

—Entonces, díganos— Habló Kaito.

—Talvez no sea de su agrado... Miku, deberás dejar de ir al burdel por lo menos 1 semana— Dijo directamente.

*Ella al escuchar esto se le erizó la piel, ¿que acaso él no había escuchado que estaba amenazada? ¿Cual era el punto?.

—¿¡Que!? ¡No haré eso, mi hermano podría sufrir las consecuencias!— Dijo alterada.

—Entiéndeme, es la única forma... Si llegaras a faltar, ellos te buscarán, veremos que son dispuestos a hacerte debido a eso los podremos meter tras las rejas—

—¿Y si algo sale mal?— Preguntó, no estaba segura.

—Habrán policías infiltrados por si las dudas—

—No quiero—

*El peli-azul la miró, comprendía que estaba asustada, no quería que nada le pasara a la única familia que tiene. La abrazó fuerte y miró al comisario.

—¿Puede darle tiempo para pensarlo?— Dijo Kaito serio.

—Bien, es su decisión— Suspiró y abrió la puerta para que ambos se retiren.

•💙•

*La aqua-marina caminaba de un lado a otro, ese día Kaito se tuvo que ir temprano así que no estaría con ella el resto del día. No sabía que hacer, la opción que le dieron en la comisaria le asustaba un poco.

—¿Que pasa, hermana mayor?— Preguntó el inocente de 5 años.

*Ella reaccionó al llamado de su hermano, trató de tranquilizarse y se acercó a él con una gran sonrisa. La actuación se le daba muy bien.

—Has estado así desde la tarde, me preocupas— Volvió a decir en niño.

—No pasa nada— Respondió ella— Solo tarea del instituto, nada más—

—Deberías descansar, te lo digo como el hombre de la casa— Frunció el seño y estiró su pequeño dedo señalando la habitación de la aqua-marina.

*Fue suficiente para que ella estallara en risas.

—¿De que te ries?— Preguntó medio enojado.

—Nada, nada— Se limpió algunas pequeñas lágrimas ocasionadas por la risa— Bueno, antes de cumplir tu orden, ¿que te parece si me ayudas a poner la mesa para la cena?— Sonrió.

Esta bien— Y corrió directo a buscar el mantel.

*Ella volvió a sonreir, ese pequeño niño era el motivo por el cual quería salir adelante, tenía miedo de perderlo, pero no podía ganarse la vida prostituyéndose; aunque el terror la invadía ya estaba decidida por lo que haria.

*Tomó el teléfono que estaba en una pequeña mesa en el centro del living y marcó.

—Buenas noches, ya estoy decidida sobre lo que hablamos—

Inocencia - CONCLUIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora