Capitulo 3

52 2 0
                                    


Capitulo 3


Al día siguiente su despertar fue acompañado por la respuesta de Lord Van Ackermann.

17 de febrero de 1846

"Querida Lady Dasha.

Me alegra en demasía su respuesta positiva a mi propuesta.

Le aseguro no se arrepentirá de su decisión.

Suyo.

Adler Van Ackermann."

Estaba sorprendida, emocionada y temerosa. Millones de cosas volvían a filtrarse en su cabeza. Todo a raíz de esa carta.

Sorprendida por el hecho de que había firmado con su nombre. Emocionada por la palabra "Suyo" y la seguridad que estaba impresa en la frase "Le aseguro no se arrepentirá" y temerosa, porque ya no tenía vuelta atrás.

Algo que la perseguiría por siempre es el temor a hacer las cosas mal, es un temor doloroso y más si se comparaba constantemente con sus cuñadas las cuales siempre tenían una actitud segura, un caminar altivo, una presencia poderosa y una belleza radiante. En cuanto a la belleza radiante, la gente por las calles murmuraba que venía desde la casa Shuammerman, que tanto las mujeres de los hermanos, como la propia rubia Shuammerman eran beldades. Pero de las demás cualidades que poseían Ylenia y Rebecca la joven carecía. Su actitud por más fuerte que se notara, era insegura, débil. Su caminar era lento, cabizbajo. Su presencia muchas mujeres no la notaban, los hombres con el paso del tiempo también empezaron a ignorar, y llegó a su punto máximo cuando su edad de casadera terminó.

Lamentablemente se acostumbró al martirio de su mente, el martirio constante de su conciencia, la constante "Nunca serás como ellas." Era la peor condena que le podrían haber puesto.

Nunca dijo nada. Sus hermanos no lo sabían, de sus padres ni hablar.

Alejó esos pensamientos de su mente y Salió de su alcoba a las 9:00 en punto para el desayuno. Caminó por los pasillos hasta el comedor, en el camino se encontré con Alaric, y caminaron juntos hasta su destino en común, conversaron de los caballos y de donde iría para el próximo verano junto a sus padres y hermana.

Al llegar al comedor se sentaron en sus lugares habituales. El desayuno estaba servido, sus hermanos, cuñadas y sobrinos los recibieron con una sonrisa.

El desayuno transcurrió tranquilo, mediante conversaciones triviales, así también pasó el almuerzo, sin la presencia de los hermanos mayores de la rubia que estaban en las fronteras de las tierras, tratando problemas que solo ellos sabían.

Alrededor de las cuatro de la tarde, estaba con las institutrices de sus sobrinos ayudándolas a enseñarle a leer a Shay, Aley jugaba con un mazo de cartas de su padre y Alaric leía un libro. De pronto una doncella entró a la sala donde se encontraban con una sonrisa reluciente.

- Señorita Dasha, tiene visita. – Anunció una doncella de apenas 16 años.

- ¿Visita? – preguntó al momento en el que se levantaba de la silla en la que estaba sentada.

- Si mi señora, la espera en la biblioteca. - Asintió y la doncella se retiró.

Salió de la sala con rumbo a la biblioteca, el camino que separaba los dos lugares no era largo, estaba tan solo a unos metros.

Al entrar vio una figura masculina, lo reconoció al instante, era el hombre que se mantuvo en sus pensamientos una semana completa, se lo veía tan imponente, tan misterioso.

Dasha... Amor Por Conveniencia.Where stories live. Discover now