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Los cuatro chicos entran en la cabaña de Hagrid y se sientan en las sillas de madera que esta posee

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Los cuatro chicos entran en la cabaña de Hagrid y se sientan en las sillas de madera que esta posee.

—Mirad, le encanta el olor de la brisa que atraviesa los árboles —dice el gigante mirando a su hipogrifo a través de la ventana.

—¿Por qué no lo liberamos? —pregunta Harry.

—Sabrían que he sido yo y Dumbledore tendría problemas —le explica Hagrid.—Él va a bajar, dice que quiere estar conmigo cuando... Todo pase —se aleja de la ventana y se sienta con los chicos.

—Nosotros también nos quedaremos —dicen Hermione y Hannah al unísono.

—¡No haréis tal cosa! —niega Hagrid.—Querría yo que vierais esa atrocidad. No. Os tomaréis el té y luego os marcharéis —el adulto mira al pelirrojo y abre sus ojos.—Ah, Ron... —se acerca a un bote el cual abre y saca una rata de ahí.

—¡Scabbers! —dice el chico cogiendo a su mascota.—¡Estás viva!

—Tienes que estar más pendiente de tus animales, Ron —le regaña Hagrid.

—Creo que alguien debe una disculpa —le dice Hermione.

—Sí, en cuanto vea a Crookshanks me disculparé —le responde el pelirrojo y sonríe hacia la castaña.

—¡Decía a mi! —habla enfadada la chica.

De repente, el bote donde anteriormente estaba Scabbers se rompe a causa de una pequeña piedra negra. Hannah coge la piedra y la mira con el ceño fruncido.

Una segunda piedra golpea la cabeza de Harry, y entonces Hannah ve como el señor ministro, Dumbledore y el verdugo se acercan bajando por la colina.

—Hagrid —avisa la chica.

—Está bien —dice el hombre mirando por la ventana.—Es tarde, casi de noche, tenéis que iros. Si alguien os ve fuera del castillo de noche os meteréis en problemas, sobretodo vosotros, mellis.

Los tres hombres tocan a la puerta, Hagrid se apresura a abrir la puerta trasera de su cabaña y los chicos se acercan a esta.

No quieren dejar al guardabosques solo en una situación como esta, pero tienen razón, podrían expulsarles si los ven aquí.

—Rápido, rápido —les dice al cuarteto de oro y estos asoman su cabeza uno a uno.

—Hagrid —dice Harry.—Créeme, todo irá bien.

Hagrid asiente no muy convencido y abre la puerta a los tres hombres.

Cuando todos han entrado, los chicos se apresuran a salir y esconderse entre las calabazas donde está el hipogrifo.

Los adolescentes se quedan escuchando como el ministro le dice a Hagrid que Buckbeak tiene que ser ejecutado, para que después el gigante comience a llorar intentando poner una solución. Dumbledore aprieta su hombro intentando reconfortarle, pero es en vano, el gigante lo único que quiere es que dejen libre a su ave gigante.

Hannah Potter | Draco Malfoy [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora