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La chica de cabellos oscuros camina rápidamente por los pasillos de Hogwarts en busca de la campeona de Beauxbatons

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La chica de cabellos oscuros camina rápidamente por los pasillos de Hogwarts en busca de la campeona de Beauxbatons.

La prueba sería hoy y es necesario que ella lo sepa, por lo que camina más deprisa y empuja levemente a los alumnos que se interponen en su camino.

Puede ver como las chapas que llevan los alumnos en sus túnicas insultan a su hermano y a ella, pero le es indiferente, sabe que no tienen culpa de nada.

Cuando por fin divisa las túnicas azules de las chicas de Beauxbatons se acerca rápidamente y toca el hombro a la rubia.

—Hola, Hannah —sonríe Fleur.

—Hola —la ojiazul lame sus labios y mira a las amigas de la francesa para después devolver la vista hacia ella.—La primera prueba son dragones, uno para cada uno.

—¿Dragones? —su acento francés se intensifica en la pregunta.

Hannah puede ver como Fleur comienza a angustiarse de solo pensarlo y entonces pone una mano sobre su hombro.

—No te preocupes, si has salido en el Cáliz de Fuego, es porque eres lo suficientemente fuerte como para luchar contra un dragón —le sonríe.

Hannah ve a la lejanía como Draco le grita algo al profesor Moody y acto seguido se aleja rápidamente.

—Nos vemos más tarde —dice Hannah y sale corriendo tras el rubio.—¡Draco! —grita cuando nadie los puede ver.

El platinado se gira mientras toca su pelo y Hannah se para frente a él mirando su túnica.

—¿Qué te ha pasado? —la chica frunce el ceño.

—¡Ese profesor está loco! —brama Draco.—¡Me ha convertido en hurón!

Hannah aprieta sus labios para evitar reírse, no obstante una pequeña sonrisa se escapa de sus labios.

—¡No tiene gracia, Potter! —ruge Draco.

—Eh, tranquilízate, no tengo culpa de eso —la chica frunce su ceño.

—Voy a decírselo a mi padre —la mandíbula del rubio se tensa bajo su piel.

—No puedes estar esperando a que algo pase para correr a los brazos de tu padre, tienes que ser capaz de defenderte por ti mismo —suspira la chica.

Draco relaja sus músculos al instante en el que esas palabras salen de su boca y mira a la chica con su ceño levemente fruncido.

—Pero si no lo hago, mi padre...

—No puedes vivir con miedo siempre. No puedes dejar que el miedo que le tienes a tu padre domine tu vida, Draco —dije Hannah y coloca una de sus manos en la mejilla pálida de Malfoy.

Un suspiro sale de los labios de Draco, y acto seguido cierra sus grisáceos ojos disfrutando el contacto de la mano cálida de Hannah contra su fría mejilla.

Hannah Potter | Draco Malfoy [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora