H O L D H A N D S.

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6. Tomarse de las manos.

Kirishima era, en todo sentido de la palabra, demasiado gay para este mundo. Incluso si intentó tener una atracción superficial por Mina en su pubertad para tener una excusa de su fingida heterosexualidad, no pudo. Era 100% gay y eso se notaba a pesar de que no era afeminado. Y eso se notaba porque mayormente lo expresaba con Bakugo.

Después del incidente de Kamino, Kirishima comenzó a tener un tipo de obsesión con sujetar la mano del rubio por el simple hecho de que una parte suya sentía que sus manos fueron creadas perfectamente para esa acción, encajaban tan bien. Se sentía tan bien que no podía evitar tomar su mano cada vez que apareciera la ocasión.

Lo mejor de todo es que Bakugo jamás le apartaba, ni una sola vez, no sabía si porque le gustaba el contacto como a él o porque se sentía responsable de hacerle sentir mejor después de confesarle que necesitaba eso para sentir que estaba ahí realmente y no capturado.

Fue por eso que un día Kirishima tomó todas sus neuronas para recurrir a un plan que le respondería la duda de si era la única excepción del comportamiento de mierda de Bakugo o simplemente había cambiado de opinión sobre el contacto físico. ¿Cómo? Usando a Kaminari de carnada.

El pelirrojo quería mucho a su mejor amigo, pero las dudas que tenía en su cabeza eran diez veces más grande que la seguridad del rubio eléctrico.

- Te prometo que no va a pasar nada malo.

- ¿Por qué no se lo pides a Sero o Mina?

- Porque sólo tú sabes que me gusta Bakugo y de verdad necesito que me hagas este favor.

Kirishima juntó sus manos frente a su cara y puso la misma cara de cachorrito que le ponía a Bakugo para que le ayudara a estudiar. Nunca fallaba. Y eso lo comprobó cuando Kaminari soltó un suspiro y se agarró el cabello.

- ¿Sólo tengo que tomar su mano?

- Solo eso.- asintió con rapidez.- es llegar, saludarle y tomar su mano.

- ¿Para qué quieres que tome su mano?

- Fines científicos.

Kaminari sabía que se arrepentiría, pero también sabía que sólo se vivía una vez. Por lo que se dijo a sí mismo un yolo antes de bajar por el ascensor junto al pelirrojo quien se escondió apenas salieron y se dieron cuenta de que Bakugo se encontraba sentado solo frente a la televisión con su teléfono en mano.

- Si muero dile a Sero que le dejo mi teléfono para ver todos los vines que tengo en mi galería, sé que los extrañará.

Kirishima se limitó a rodar los ojos y esconder su cuerpo entero tras una de las paredes que conectaba con la cocina, ni siquiera quiso comentar que no había nombrado a Jiro, pero eran detalles.

Kaminari oró una vez más antes de poner su animada sonrisa de siempre, poniendo su usual buen humor para finalmente salir del escondite y dirigirse a la sala para luego tirarse al sillón al lado de Bakugo, demasiado pegado para el gusto ajeno.

- ¿Qué mierda estás haciendo?

- ¿Yo? Nada, pasando por aquí simplemente.- Kaminari se despidió en su mente de sus seres queridos a la misma vez que tomaba la mano de Bakugo, entrelazando sus dedos para luego darle una sonrisa.- ¿cómo ha estado tu día, bro? ¿alguna novedad?

Bakugo frunció su ceño, pasando su mirada de las manos unidas al estúpido frente a él. En menos de dos segundo la sala estaba llena de gritos y lloriqueos. No hace falta ser un genio para saber que el rubio de ojos rojos le explotó la mano a Kaminari para que le soltara, tirando de paso cada insulto que se le ocurriera por haber tomado su mano.

You make me happy  || KiriBakuWhere stories live. Discover now