Desconexión - Desafío semanal -

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De pronto, las estrellas se multiplicaron, cientos de puntos luminosos rivalizaban con las más antiguas, hasta que desaparecieron y la bóveda celeste  volvió a su normalidad, no le tomé demasiada importancia, pudo haber sido un fenómeno astronómico que desconozca, volví a centrarme en mantener encendida la fogata, la noche estaba despejada y el viento arremetía con fuerza, me costaba mantener la llama con vida, pero al menos la camioneta daba un espacio amplio en el que la ráfaga no era tan intensa, punto y aparte, me siento totalmente orgulloso de lo firme que dejé mi carpa, aún con todo este vendaval, sigue ahí aferrada al suelo.

Me sentía de maravilla, lo único que me sigue atando a mi realidad es la camioneta, pero necesitaba salir de allí aunque fuera por unos pocos días, la ciudad me estresa, sus automóviles con bocinazos 24/7, las sirenas de las autoridades, los robos, los asaltos, el ambiente en la oficina en donde todos fingen que se quieren pero a la vez todos quieren que al resto lo despidan para que ellos asciendan  ganen más dinero, el sonido eterno de los teclados y los clics de los mouse, el llegar a casa y aún así no poder relajarte porque el vecino decidió que era buena idea colocar la música en alto hasta las 4 de la mañana, y el tráfico, el jodido tráfico de hora y media para ir de mi casa a la oficina y viceversa, definitivamente necesitaba salir de eso, venir a las montañas, solo, disfrutar del cauce del río al ver lo transparente que era, pudiendo apreciar los peces que nadaban en ella, disfrutar del enorme bosque que alojaba un sin fin de animales pequeños, en estos días me habré topado quizás con unas 15 ardillas, a todas les tuve que dar un poco de mis raciones para luego ver como se perdían entre los arbustos, la noche pasada un búho me hizo visita y se quedó conmigo hasta que me venció el sueño, para luego despertar al sentir como otra ardilla estaba hurgueando entre mis cosas, lo diré cuantas veces tenga que decirlo, necesitaba alejarme del estrés de la ciudad... lástima que solo fuera por tres días, ya mañana tengo que volver, pero el fuego, el viento, las estrellas y los árboles me maravillan y no dejan que eso me deprima, disfrutaré mi última noche aquí, no importa nada más.

En la mañana desperté debido al cantar de los pájaros, hermoso cuanto menos, con una sonrisa en la cara me dispuse a desarmar la carpa para empezar a devolverme a la realidad, no será grato, y el recuerdo de estos días prevalecerá en mi mente haciendo que el resto de mis días sean miserables, pero aún así disfruté cuanto pude de la naturaleza... pero hay que volver a la selva gris.

El sendero de bajada estuvo tranquilo, no me topé con ningún carro, lo más sseguro es que aparecerán apenas entre en la carretera, quería encender la radio para hacer más ameno el viaje, pero no se escuchaba ninguna estación y mis discos los dejé en mi casa, se hará largo el viaje de regreso, dándome más tiempo para que mi subconsciente me exija volver y quedarme allá el resto de mi vida.

Al llegar a la carretera no veo ningún carro, me extraña, esta ruta suele ser concurrida, en fin, no le di más importancia, aún me quedaban unas dos horas de viaje.

Pasados unos quince minutos al fin logro ver un par de carros, van en dirección contraria y están cargados en demasía con cosas, logré ver que llevaban más bolsas, mochilas y maletas adentro en los asientos, después de esos pasaron otros más, todos saliendo de la ciudad, y mientras avanzaba no veía ninguno que fuera en la misma dirección que yo, no creo que sea algo bueno.

Logro ver la ciudad y no lo puedo creer, está hecha un caos, primero tuve que dejar mi camioneta y tomé lo esencial, aparentemente hubo una serie de choques que dejaron bloqueada la calle, algunos estaban envueltos en llamas, otros ya carcomido por el fuego, a lo lejos, el panorama no era distinto, los rascacielos estaban destrozados y de algunos brotaban humo espeso, al llegar al barrio residencial vi que la cosa no era distinta, algunas casas solo tenían los cimientos, carros implicados en accidentes vehiculares, las personas que me topé iban corriendo de un lado a otro, a lo lejos se escuchaban disparos, aceleré mi caminar para llegar a mi hogar, por suerte estaba intacto, mi vecino estaba con su familia y un montón de otras personas más en la esquina, había una barricada y ellos estaban armados, al acercarme me apuntaron hasta que mi vecino me identificó y me dejó pasar.

- Larry, estás vivo , Dijo, se veía preocupación en sus ojos.

- ¿Qué pasó Matt? - Le pregunté.

- Paso en la noche en la que no estabas, ¿Viste como de la nada se iluminó el cielo? -

- No sabría decirte, esa noche estuve en la parte más espesa del bosque y no podía ver el cielo - 

- Bueno, los satélites explotaron, y junto con ellos las centrales eléctricas, por lo que me dijeron hubo una sobrecarga inesperada e hizo que todo explotara, todo aparato electrónico dejó de funcionar, incluyendo los medios de transporte, unos aviones cayeron en medio de la ciudad, también los carros, supongo que viste la carretera. Te podrás imaginar como reaccionaron todos - 

Me hallaba perplejo, no podía creer lo que me decía, pero todo me indicaba que así era, solo atiné a preguntarle algo más - ¿Por qué andan con armas? -

- Por esto mismo, algunos delincuentes aprovecharon para robar, los supermercados están vacíos, las tiendas pequeñas todas fueron arrasadas, entre medio hubieron asesinatos, todo está mal amigo, tuvimos que hacer las barricadas para defendernos de lo mismo, ya que también se metieron a robar a las casas de las otras cuadras, es horrible, ayer mismo venía un grupo de ladrones, tuvimos que dispararles, nos devolvieron el fuego pero salieron corriendo, aunque George murió - 

Siguió contándome lo que sucedió mientras no estuve, no daba crédito a lo que escuchaba, era imposible que por que no había electricidad todo esto estuviera ocurriendo, no cabía en mi cabeza estas posibilidades...

- ¡Larry cuidado! - Escuché que dijo, su mirada estaba detrás de mí, estaba subiendo su arma para apuntar, me di vuelta, entonces todo se nubló, lo único que podía ver era el cañón humeante de un arma que apuntaba a mi torso, de pronto no escuchaba sino ecos de lo que me rodeaba, pude escuchar más disparos, gritos de los que me rodeaban, golpes en el suelo de los cuerpos que caían, una sinfonía de dolor y agonía se esparcía a mi alrededor, y lo único que podía hacer... era anhelar volver a ese bosque... lejos de todos, lejos de esta locura, lejos... lejos del final.

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PD: Es un texto que escribí debido a un desafío semanal que plantea la app Plot story assistant, y pues quise escribirlo aquí porque a la semana lo borrarán para dar paso al siguiente desafío. Así que quizás escriba algo así cada semana, no estoy seguro.

07/08Where stories live. Discover now