Así como en cuerpo y alma

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Sigo avanzando, mi Dios es quien me mueve desde, según yo, hace años, quizás décadas, ahora veo el siguiente desafío... seguir el largo de esta cordillera.

Mi camino frontal no existe, se transforma en él una vez que mis pies desnudos ensangrentados lo pisan, no importa si sea tierra, hierba, arena, roca, nieve, agua, lodo, madera o el aire mismo, todo lo que sea que esté frente a mí es potencial candidato a formar parte de mi sendero predestinado, seguiré andando así como lo he hecho durante tanto tiempo, aun cuando mi cuerpo se oponga, mi fe y mi convicción es lo que necesito para mover mis músculos.

Voy escalando mi prueba, aferrándome a las salientes de la quebrada por la que voy ascendiendo, no tengo la seguridad física de estar bien agarrado, mis manos hace tiempo dejaron de formar parte de mis sensaciones, sé que siguen ahí gracias a mis ojos, los que perciben unos dedos morados y resquebrajados, las palmas han sido cambiadas por piletas carmesí desde que empecé a escalar.

Al alcanzar un punto en que puedo dejar de ocupar mis manos, el viento golpea con fiereza, puedo sentir como rasga la piel de mis brazos, los cuales ostentan mosaicos escarlatas, aun teniendo la fiereza de mis votos, mi instinto me obliga a tratar de cubrir mis brazos con la túnica marrón que a regañadientes ha seguido pegada a mi figura diminuta, desquitándose al dejar al descubierto fragmentos de mi cuerpo, hilos brotan de varios puntos de la misma.

Camino durante todo lo que tenga que caminar, la montaña da paso a una vista imponente, el horizonte no basta para llegar a ver el final del complejo montañoso en el que me hayo, siento una exaltación hermosa, al ver que Dios me ha ofrecido tamaña misión a completar, me dejo caer en mis débiles rodillas y grito a todo pulmón una oración de agradecimiento a mi Señor, saber que confía en mí para esto, mis mejillas dejan de lado la humedad de la nieve pegada en mi rostro para dejar pasar un caudal proveniente de mis retinas.

Camino durante todo lo que tenga que caminar, la montaña da paso a una vista imponente, el horizonte no basta para llegar a ver el final del complejo montañoso en el que me hayo, siento una exaltación hermosa, al ver que Dios me ha ofrecido tamaña...

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Una vez recobro mi postura, avanzo nuevamente, el camino sigue haciéndose al son de mis talones. Casi no puedo ver hacia delante, ya no solo por el viento, sino por la flaqueza de mis huesos, mi determinación se vio dominada por mi encorvado cuello, mi barbilla poblada no ha dejado de apoyarse de la parte superior de mi pecho, solo así puedo ver lo que está cercano a mí, y lo acepto, me puedo centrar en mi objetivo, y dejar de lado las fantasías que engatusan a la convicción de mi pensamientos.

No dejaré de caminar, de continuar mi sendero, no tengo razones para no continuar hasta que mi cuerpo caiga rendido a la esperanza del descanso brindada por el Diablo, aquél traidor de mi Señor, no dejaré que mi alma caiga ante él... pero no puedo decir lo mismo de mi cuerpo titubeante al azote del viento, a la rudeza de las rocas, al apego de la alta nieve y al frío de la oscuridad adornada por tus ángeles que me invitan a resistir... aunque no pueda continuar de manera material... mi espíritu continuará, porque así Dios, mi Señor lo ha querido...

[Hola, espero les agrade esto, algo que escribí al escuchar esta estrofa:

El libre pensador anhela la doctrina

Como la sombra de un árbol un cansado senderista

El objetivo del exhausto es su descanso

Aunque el sentido de su empresa se halle en su renuncia



Nada más que añadir, saludos]

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⏰ Last updated: Dec 22, 2019 ⏰

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