¿Cómo lo haces?

Tercer capítulo - Páginas cursis (Parte 2)

Noviembre

¿Existe el amor a primera vista? Quizá no sea amor, de hecho no creo haber sentido amor, pero siempre he tenido la convicción de que con ver una sola vez a alguien, sabes si será o no importante en tu vida. Una mirada basta para sentir una conexión incomparable con alguien más, tus pupilas se dilatan y aunque trates de evitarlo, tu mirada tiene un punto fijo, y en aquel instante, mi punto fijo eras tú. Sé que nunca te he hablado de esto, quizá el miedo a sentirme descubierta o la sensación de no saber si el sentimiento es correspondido me obligaron a callar, pero hoy estas páginas son la grafía de mis pensamientos cuando mi voz calla y mi mirada no transmite nada.

¿Qué sentí la primera vez que te vi? No lo sé exactamente, recuerdo que al llegar la noche recordé a unas cuantas personas, y de pronto a ti. En medio de todo el ruido que causa el caos de las noticias entre amigos, se podía distinguir tu voz grave y tu risa contagiosa. Y estabas ahí, con ese semblante serio, pero con esa seriedad que uno sabe que no es sino para disimular. Había algo en ti, quizá ese momento más que sentir cariño, sentí un poco de rechazo. ¿Rechazo a qué? A escuchar esa forma particular de hablar y esa risa que ahora me encantan. Creo que el querer muchas veces es así, empieza con cierto rechazo a lo desconocido, o al menos a mí me pasó así, empecé a juzgar tu modo de hablar, tu manera de ser, la forma en la que incluso sonreías, y ahora incluso, son tus defectos los que me atraen, son esas imperfecciones me hacen verte como alguien auténtico, aunque hay cosas que aun no aprendo a querer pero que voy conociendo de ti, y no temo que tarde o temprano vayan a gustarme.

En verdad, no lo niego, hace días incluso aún había algo que no terminaba de convencerme en cuanto a lo que eres, en cuanto a lo que formas, en cuanto a lo que das.

¿Y ahora? Ahora no tengo duda que eres tú. Quizá ya lo supe apenas te vi, quizá dentro de mí ya empezaba a nacer un sentimiento ajeno a mí, algo que no podía controlar. Me pongo a pensar y creo que al final de cuentas, toda mi vida te había estado esperando, había estado soñando con la llegada de alguien como tú, pero aún no lo sabía, no sabía con exactitud cómo serías, mucho menos tu peso, talla, color de piel, mirada o sonrisa, pero la forma en la que me haces sentir es igual o incluso más de lo que algún día pude imaginar. Lo que me haces sentir apenas te veo, eso es lo que te diferencia de todo lo que puede existir y hace que encajes con la persona que siempre he soñado.

Segurono imaginas los nervios incontrolables que siento cuando estoy a punto de verteo cuando te tengo en frente, ese cosquilleo que siento recorrer en mi cuerpo yno es precisamente eso lo que me sorprende, sino el hecho de que a esta edad ycon estas circunstancias, el sentir esa tensión es algo novedoso, no ves ahoraa nadie hablar sobre lo nerviosa que le pone alguien cuando lo ve, ahora sehabla de lo guapo que se ve, de su peinado, de sus ojos, ahora se habla de aparienciay no de sentimientos. Lo que me pasa contigo tiene que ver en cambio con lossentimientos, con todo el cúmulo de emociones que me haces sentir, y me pasacontigo, sólo contigo, quisiera explicarme cómo es que consigues ese efecto tanmágico e inofensivo sobre mí. ¿Cómo has hecho para hechizarme con tan sóloestar ahí en frente, sin hacer nada? Podría asegurar que ni tú sabes larespuesta, mucho menos yo.

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Nota de la autora:

Holaaaaaaaaa a todos. Otro capítulo, espero que les esté gustando.

No se olviden de votar y comentar.

Besos.

Att: G }ï{

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