Uraraka te hace volar al cielo

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Ni una semana paso antes de que me encontrara de nuevo en la habitación de otra de mis compañeras. Todo debido a cierto grupo de whatsapp, creado por mi amiga Mina con las chicas que tenían problemas amorosos. Corrió la voz de que me dedicaba a ayudar a que su romance saliera a flote. Debo aclarar que este grupo me traería muchos problemas en el futuro pero de momento solo estábamos empezando.

En la mañana Mina creo otro grupo junto a Uraraka, mi próxima clienta, citándome después de clase en la habitación de la castaña. Yo sabiendo que era mejor no contradecir los deseos de la joven pelirrosa, ya que podía ser mil veces peor que Bakugo si lo deseaba y nadie es tan suicida para desearlo.

Pues como dije hace unos segundos, me encuentro en la habitación de Uraraka y esta se acaba de poner a balbucear roja como un tomate sin que entienda una palabra. Me reclino para poder oírla ya que tome asiento en la silla del escritorio y ella estaba en pose de indio sobre su cama jugando con sus propias manos y con la cabeza gacha.

-Tranquila tomate tú tiempo- suspiro, resignado por no entenderla, regreso a mi postura original en la silla.

-Yo quiero... quiero....quiero saber si.... quierosabersiDekumequiere- termina diciendo ella de carrerilla sin respirar, llevando sus manos al rostro para ocultarse de mi mirada contrariada por entender cada palabra, aunque la mayoría lo relleno con lo que ya se.

-Creo que te entendí, solo lo creo – rio nervioso suspirando- ¿quieres saber si Midoriya siente algo por ti?- ella solo asiente enérgicamente mirándome al fin con gran sonrisa por que la entendiera.

-Pero no te enamores de el y me lo quites- me amenaza y yo tiemblo pues ese Jigglypuff era un arma mortal pese a su aspecto de chica dulce y tierna. Hay que reconocer que es muy linda, tiene esa belleza tierna y entrañable. Con su carita redonda y su cuerpo lleno de curvas. Puede que para los que prefieren los palos de escoba o sacos de huesos por novia estuviera gorda. Pero a esos idiotas no hay que hacerles ningún caso.

-Joder y dale. Que me gustan las chicas y Midoriya no es para nada mi tipo, si me gustaran los chicos – protesto infantil inflando mejillas ya harto del tema de que soy homosexual .Cuando pille al que lo inicio le voy a electrocutar hasta que se le funda el cerebro, si es que lo tiene , pues lo dudo.

- Sabes me alegro – sonríe levantándose de golpe y abrazándome. Pero por la posición en la que estoy sentado en la silla, mi rostro queda justo en su pecho, justo entre ambos pechos para ser más exacto . Ruborizado solo susurro un luego hablamos y me voy a prisa de su habitación topándome con Kirishima y Bakugo, el ultimo saluda con su siempre agradable carácter de mierda, aunque últimamente está peor que de costumbre y ninguno sabemos el motivo. Puede ande estreñido. A saber.

-Hey bro ¿Esa no es la habitación de Uraraka?- me pregunta el riéndose ya que sigo con las mejillas rojas y la corbata mal puesta ya que me la quite para estar más cómodo.

-Eh?... Ah si jejeje esto... estaba ayudándome con una materia- me excuso cuando ella sale con mi chaqueta la cual me olvide complicando más mi existencia ya que sigue con las mejillas escarlata.

-Claro bro una materia – se burla el pelirrojo dándome un golpe en el hombro

Bloqueado y sin salida, balbucee un par de tontas escusas y salí corriendo a mi habitación para alejarme de esos dos antes de contar todo como un loro. Contra ellos dos no puedo resistir mucho antes de contarles todo. Pero dada su mala relación con Midoriya el rubio cenizo, es capaz de arruinarlo todo.

Al siguiente día en una hora de descanso me senté junto al pretendiente aprovechando que el del cabello a dos colores está más ocupado flirteando con Momo que pendiente del peliverde, ya que no quiero se entrometa. La mirada asesina de mi amigo explosivo se me clavaba en la nuca casi haciendo un agujero en esta de lo intensa y agresiva que es.

Yo sere tu cupidoWhere stories live. Discover now