Capitulo 28.

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El ambiente se encontraba sumamente tranquilo, el viento soplaba en su cara alborotado su cabello y sonrojando aún mas sus mejillas.

Anastasia estaba sumamente feliz, recostada sobre un gran roble mientras acariciaba su abultado vientre y le susurraba tiernas palabras a la personita dentro de sí.

Acababa de terminar su desayuno cuando uno de los enfermeros había ido por ella para informarle que podía tomar un poco de aire, pues fuera hacia un clima maravilloso y el sol brillaba con todo su esplendor.

El Doctor Robert sonrió al verla así, tan feliz y sin preocuparse por nada, ella lo merecía, después de todo lo que lo que le sucedió y lo que pronto le sucedería.
La vida había sido tan injusta con la pequeña Anastasia, tanto que mientras aquel maldito violador estaba libre, disfrutando de los lujos y mujeres que el dinero podía dar, ella estaba encerrada en ese psiquiátrico, llevando un embarazo difícil pues estaba sola, sus amigos le habían dado la espalda para no verse involucrados en los escándalos que ella acarreaba consigo. Ella intentaba hacerse la fuerte aparentando que no le importaba pero a él no lo engañaba, la escuchaba por las noches tratando de llorar en silencio, lloraba por las personas que decían ser sus amigos, lloraba porque su hijo no tendría una infancia normal, lloraba porque el hombre que tanto amaba la había traicionado.

Y ella era tan inocente, tan vulnerable.

Apretó los puños, ya no importaba pues él la protegeria de todo... Y de todos.

FechoríasWhere stories live. Discover now