El Universo Está En Mi Contra

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Narra ________ _________:

Tan pronto salimos de las audiciones, llegamos al hotel en el que me hospedaba. Cada paso que daba, me ocultaba detrás de algún pilar o maceta, tratando de que nadie notara nuestra presencia. Desgraciadamente Erik no entendió eso, ya que caminaba con toda tranquilidad por el pasillo, y se detenía cuando me ocultaba. Misión fallida.

-¿Qué tanto hace?- indagó finalmente Erik cuando me volví a ocultar detrás de un jarrón.

-No podemos dejar que nadie nos vea.- susurré mientras miraba a todas partes como si fuera algún agente secreto.

-¿Por qué?- indagó mirando por donde yo miraba.

-Por que tú, amigo mío, eres del pasado.- respondí mientras sacaba mis llaves y caminaba hasta mi puerta. Abrí rápidamente y entré. Por su parte, Erik pensaba entrar con toda la calma posible, así que tomé su brazo y lo introduje velozmente a mi habitación. -¡Listo!- exclamé feliz una vez dentro. Erik miraba cada rincón del cuarto mientras que yo caminaba hasta mi cama y dejarme caer.

-¿Aquí es donde vive?-

-No, yo vivo en otro país. Aquí solo estoy de visita.- sonreí antes de mirar mi celular. -Mierda.- pensé al ver la pantalla de mi celular y ver quinientas llamadas y mil mensajes de Aria.

-¿Esta todo bien?- indagó nuevamente Erik al ver mi rostro de sorpresa al ver mi dispositivo futurístico. ¿Desde cuando se había hecho tan curioso?

-Si.- respondí nerviosa. -Haré una llamada, así que no hables.- ordené antes de llamar a mi amiga. Al instante, tomaron mi llamada.

-¡¿Dónde rayos estabas?!- exclamó Ari, provocando que yo alejara el celular de mi oído.

-Hola Ari, ¿cómo estás?- indagué tratando de no temblar de miedo; ahora si estaba muerta.

-¡¿Cómo que cómo estás?!- repitió enojada. -¡Te he llamado mil veces y escrito otras mil veces! ¡Y nunca me contestaste! ¡Casi me da un infarto!-

-Lo siento Ari, es que...-

-¿Y ahora qué le digo?-

-Es que.... Apagué mi celular para concentrarme al mil en las audiciones.- comencé a reír nerviosa en cuanto di mi excusa. Un silencio se provocó.

-¿Y cómo te fue?- dijo Ari como si nunca hubiera estado enojada, típico de su bipolaridad.

-Muy bien, estoy mil por ciento segura de que entré. Los jueces me adoraron.- ¿para qué seguía nerviosa? Mejor le seguía la corriente, pero a pesar de su mal genio, la amo.

-Me alegro mucho, ________.- dijo después de gritar emocionada. -Mantenme al tanto y no apagues tu cel de nuevo. ¿Esta bien?- sonreí de oreja a oreja.

-Si señora.- respondí en tono militar antes de escuchar como colgaban la llamada.

-¿Quién era?- dijo Erik algo molesto. Por un momento había olvidado su presencia.

-Una amiga, es una admiradora tuya, bueno, de la novela.- todo esto de viajes en el tiempo e interacciones con personajes de una novela comenzaban a confundirme. -Llamé a servicio a cuarto; traerán ropa para ti, si alguien llama a la puerta, no abras.- informé mientras sacaba mi mochila de mi vestido. -Me voy a bañar, espera aquí y no hagas nada.- ordené antes de dejar mi cel en un estante y adentrarme al baño.

Bajé el cierre del vestido y me lo quité, por fin, libertad. Abrí las llaves de la bañera, para esperar que se calentara, y luego de un par de minutos, me adentré a la bañera. El agua recorría mi piel, apliqué shampoo sobre mi cabello y lo masajeaba. Amaba la hora del baño, podía reflexionar en muchas cosas.

Obertura De Dos Corcheas (El Fantasma de la Ópera y tu)Where stories live. Discover now