ya se quien es mi mate

Steve

Steve con toda su amabilidad se ofreció a carga el ataúd con Rhodey, no se necesitaban más personas, no había cuerpo que enterrar.

Miro con cautela al omega ciego, que fingiendo necesitar bastón y mano amiga de su amigo abogado de su buffet, caminaba no muy lejos de ellos, con una expresión algo neutra a pesar que su amiga este muerta.

¿será que esta haciéndose el fuerte? Considera que no hay nada malo en llorar, menos en un lindo omega como el, ¿Cuánto debe ser su dolor por perder a su amada amiga? Debía ser mucho porque eran mejores amigos, y en un rumor de por ahí, examantes.

Él ya ha pasado por esto, cargando la tumba de Peggy con Sam, pensando la vida que debió llevar su castaña al momento que se estrelló en el hielo. Fue como un parpadeo, verla vital mente joven, para luego verla con las arrugas de las experiencias en una camilla de hospital.

Aun dolía, no pudo llevarla a bailar, Bucky sufrió, los padres de Tony murieron, tuvo un hijo que nunca vio crecer, todo mientras él estaba atrapado en cristal helado, pasando el tiempo, pero a el no haciendo efecto alguno en su carne.

Si, fue demasiado frustrante, pasar del vals al breakdance en esas fiestas, Marlene Dietrich a Katie Perry, y así sucesivamente entendiendo que todo cambio a su alrededor, más asustado que lombriz en el gallinero, apenas y comprendiendo lo que era poner foto de perfil en Facebook, y comprender que tan delicioso le ven a un dorito.

Pero ha aprendido a vivir con ello, y ser feliz con lo que tenía ahora, puede que se burlen de ser anticuado, pero su equipo le quería así, y el valoraba esas extrañas cualidades de cada uno.

Si ellos no eran en el diccionario la definición de lo raro, entonces que llamen y arreglen eso.

Llegando al punto, miraba con Pena al abogado ciego, saber que nunca volverás a ver a alguien que veías todos los días, que te acostumbraste a su presencia, que invitas al café en las mañanas, para que un momento a otro, sea arrebatado, por siempre.

El entierro fue algo corto, comenzando a decir los conocidos unas palabras antes de echar la última pala de tierra, y sinceramente le dio algo de indignación que nadie diera al menos unas palabras bonitas que solo un simple adiós.

El ambiente no era de los mejores, si era sincero, era uno de incredulidad, combinado con fastidio y haciendo uno que otro negocio.

¿que le pasa a estas personas?, se pregunto gruñendo.

En respeto compro rosas, acercándolas suavemente a la lápida, tratando de no hacer el ridículo, los pantalones le apretaban un poco, y temía que se le rompieran por detrás.

Ante unos breves cuartos de hora, las personas comenzaron a retirarse del lugar, al igual que la escolta de Shield a las afueras, ya acabando oficialmente el funeral de Elektra, que en paz descanse, junto con los preparativos a las camionetas.

-¿te quedas Steve?- le pregunto Rhodey, invitándolo al bar con Clint.

La propuesta sonaba muy tentadora, si no fuera porque no podía embriagarse. Con las noticias de que tiene un hijo que ya es muy mayorcito, que apropósito ha cometido pederastia, no muy bien vista en su época sin esperar después del matrimonio, un atentado, un avión que casi se estrella, y la primera cana que se vio hoy en el espejo, que le pasen el maldito puente arcoíris de Thor, porque quiere algo fuerte y olvidar la vida tan loca que se metió al ponerse el suero en sus venas.

Aunque, pudo ubicar al héroe sin vista sentando en la banca más próxima a solas, acariciando su bastón guía con la mano.

No, mejor no, le haría compañía al que de verdad la necesite, una mano amiga a la tristeza, y un no a la diversion por ahora.

ademas que esos dos se ponian mas insoportables que Tony en su peor borrachera.

-no, vayan ustedes, saben que no puedo embriagarme- negó con amabilidad.

Tan pronto se vio libre de compañía, encamino hacia Daredevil, pesando en sus palabras de apoyo y no quedar como un idiota, porque era bueno de todo, menos en la tecnología y las palabras.

Ha asistido a muchos funerales, tanto en medio de la guerra como de sus compañeros ancianos en las sombras, pero, aun así, tan pronto se paró al frente suyo, solo le salió un balbuceo, reprendiéndose internamente.

-Capitán- Saludo con gentileza.

-hola, ¿puedo tomar asiento? -

-adelante, la banca no es mía de todas maneras- palmeo a su lado.

¿Qué tan incomodo es este silencio tan pronto se sentó? Podía ser un 4 a 10, e iba ascendiendo, y si no decía nada, saldría corriendo con el rabo entre las piernas.

-lamento lo de tu amiga, debió ser una buena pareja- se sonrojo ante la risa que soltó.

-no éramos pareja, pero si fue una buena amiga, y gracias, pero no estoy triste- aclaro.

-¿no?-alzo la ceja, algo confundido.

-algún día entenderás, ¿Qué tal las cosas con Tony? -

-no me llama papá si eso es lo quieres saber-

-aun así es como un maldito mocoso, ¿sabes que tiene celos de hijo por mí? -

-¿q-que?-

-dijo "espero que no estés follando con la paleta, nos vas a cagar la raza" o algo así- a pesar que era ciego, podía sentir el sonrojo del rubio.

Si, debía decirle a Tony que su vida amorosa no era para meterse.

-ese hombre nunca cambia- se peinó los cabellos apenado.

-¿y?-

-¿y...?-imito desconcertado.

-¿Qué tan follable soy?- pregunto con descaro.

-¡no contestare a eso!- se le subió el color al rostro.

-¿no? ¿es porque soy ciego? No me he visto a un espejo hace años, pero no creo estar tan mal- se acarició el rostro.

-¡no! ¡por supuesto que no!, eres, eres... bueno, eres un omega muy bonito y...bu-bueno, mejor cállame ya- se sobo el entrecejo.

¿Qué diablos le pasaba a el con los castaños? Parecían ser su kriptonita.

-que divertido, se nota que no eres de relaciones casuales- se acomodó en su sitio.

El rubio hizo una mueca, algo que no gustaba de este siglo eran esos rápido o citas relámpago.

-no, no soy fan de eso, tuve una compañera de celo una vez, pero nada bien-

-oh...-

-¡pero quedamos en buenos términos!, digo...ella ya encontró a una pareja que la ama- recordó como Sharon pudo salir de esa depresión por Coulson, y la verdad, esperaba que saliera bien, se lo merece.

Steve ya no sabía que comentar, le estaba dando ansiedad el no saber de qué más hablar con el abogado, probablemente se sentía más idiota que cuando hablo con Peggy, Howard, o Tony al llegar a este nuevo siglo, reitera, no sabía que demonios tenía con los castaños, pero mírenlo aquí, tratando de recordar algo del código penal de los estados unidos, y romper el hielo tan denso que estaba formándose.

-¿hasta cuando vas a esperar para invitarme a salir?- arqueo la ceja el abogado al sentir el nerviosismo del soldado.

Se le ha fundido el cerebro.