2.

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Bien. 

Ya había atormentando la existencia del inútil nerd, ahora tocaba la cara redonda pero no tenía idea de como acercársele, nunca había interactuado con ella a excepción del Festival deportivo y en uno que otro entrenamiento.
Su único vínculo vendría a ser el tarado de Deku pero ¿Cómo podía usarlo?

No tenía idea.

Ah, pero...

¡Claro! El único vínculo es el bastardo.

Era un genio.

Además, disfrutaría mucho su plan o sea ¿Torturar psicológicamente a ese brócoli con patas? ¿Quién no lo disfrutaría?

Además, disfrutaría mucho su plan o sea ¿Torturar psicológicamente a ese brócoli con patas? ¿Quién no lo disfrutaría?

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Todo iba tal cual lo había planeado.
Luego de mostrarle un vídeo demasiado triste sobre un gato el bastardo peliverde empezó a llorar peor que un bebé, obviamente Bakugo se quedó a observar como venía Uraraka corriendo a ayudarle y brindarle apoyo.

Aww, amor de idiotas.–se dijo.

Y todo iba enormemente bien hasta que vio venir también al metiche cuatro ojos a interrumpir el bello momento de su shipp.
Debía ingeniárselas y rápido.

¿Otro de sus maravillosos planes?

Pues sí.

Bien, toma al primer idiota que veas y buscale pelea.

–¡Tú, maldito bastardo! —no sabe cómo pero terminó cogiendo al pobre Todoroki.

–¿Quien, yo?

–¡Pues claro que tú, estúpido!

–No hice nada.

–¡No me importa que hiciste o no! ¡Muere! ¡Muere! ¡Muere! —lo empezó a sacudir.

El bicolor ni sabía por qué pero ahí seguía.

–¡Bakugo! ¡Por favor, deja de remover el cerebro de Todoroki!—exclamó Iida corriendo hacia ellos.

–Ah ¿Tanto lo quieres? Todo tuyo —y como su fuera un costal o algo, así le lanzó al pobre heterocrematico.

Agh, había tocado al hielo caliente.

Ya se lavaría las manos después pero todo sea por la shipp.

Y hablando de la OTP se sintió bendecido por los todos los dioses cuando vio como cara redonda le sonreía al inútil de mierda y...

Y...

–¡La puta madre! —gritó.

Buscó en sus bolsillos su celular para fotografiar el momento en el que la chica abrazaba al brócoli con depresión pero ¡Carajo! Lo había dejado en su uniforme. Claramente desesperado le valió mierda lo que sea que Kaminari estuviera haciendo con su teléfono y solo se lo quitó.

–¡Hey! —se quejó el retrasado.

Apenas tocó el teléfono, abrió la cámara de una forma súper disimulada y una rapidez que ni Flash fotografío el abrazo, decir que sacó diez fotos por segundo es poco, finalmente cuando los tórtolos se separaron él envío las fotos a su teléfono y luego las eliminó.

–Ten, imbécil —se lo tiró de lleno en la cara a Kaminari— Por cierto, las fotos de la de audífonos están borrosas ni para eso sirves, maldito inútil.

Todo el mundo miró a la versión humana de Pikachu que más parecía un lo que sea más rojo que un tómate maduro para después mirar a la pobre Jirou que estaba igual o peor que él. Todos esperaban ver quién colapsaba primero.

Lo único que obtuvieron fue que Aizawa los echará a patadas del campo de entrenamiento.

Kaminari terminó en la enfermería nadie supo que le pasó, cuenta la leyenda que unos lóbulos rojos por la vergüenza poco más y lo dejan tuerto y sordo.

Bakugo esa noche se quedó a fangirlear y contemplar las fotos que tomó de su bellísimo Dekuraka.

Hoy fue un gran día.–se dijó a sí mismo antes de dormir.

¿A costa del sufrimiento de su amigo?

Sí, pero esos eran detalles.

ShipperWhere stories live. Discover now