🐾Razón

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Una sonrisa se iba formando en mi rostro al sentir aquellos besos húmedos recorriendo mi cuello. La cordura que me mantenía estable a situaciones pasadas estaba muy por debajo del límite que a mí me gustaría que estuviera.

Pero no podía importarme menos.

¿Cómo lo lograba?

No tenía ni una mínima idea.

Pero si Sky seguía con esa caricia suave sobre mi abdomen, ella lograría que todo mi autocontrol se fuera al demonio, y sus horas en esta cama aumentaran, pero conmigo de acompañante.

La melodía de su risa inocente despertaba una excitación feroz que no sabía que tenía en mí. Esa misma que hacía que mi tigre quisiera abalanzarse hasta devorarla.

Mis manos bajaron por su espalda hasta ahuecar esa parte de su cuerpo que me hacía fantasear cada vez que lo veía sobre aquellos jeans matadores que solía usar.

La única imagen que podía ser capaz de imaginarme era como su trasero rebotaba sobre mi cuerpo al mismo tiempo que entraba y salía de ella hasta hacerla gemir de un placer que tenía más que seguro que nunca vivió.

Muy contrario a lo que quería, sentí como una mano me daba un golpe en el hombro.

Allí fue donde comencé seriamente a pensar que no necesitaba a mi mejor amigo nunca más en mi vida.

El olor de Tae venía a mis fosas nasales al momento en que intentaba abrir los ojos dificultosamente por la fuerte luz que entraba desde la ventana del balcón de mi oficina.

Lo vi frente al sofá, con sus brazos cruzados y viéndome como si estuviera observando su caricatura favorita, esa que tanto le hacía reír.

—¿Qué mierda quieres tan temprano? —gruñí. No tenía idea de la hora siquiera, pero para mí era temprano. En mi sueño era muy temprano para despertarme, tenía que terminar lo que estaba haciendo allí con Sky.

—Primero, no es temprano, casi estamos a mediodía —dijo mientras se agachaba a mi lado y me lanzaba la cobija que traje anoche, de seguro debía haberse caído cuando dormía—. Segundo, tapate, eres un asco.

Le mostré el dedo de en medio mientras me tapé cadera hacia abajo. Él debería entender mi erección matutina siendo hombre.

Antes de contestarle algo, Tae me calló.

—No digas la típica excusa de "Erecciones matutinas", ¿Sabías que desde cachorro tienes la costumbre de susurrar en sueños? —su charla me estaba haciendo subir la sangre a las mejillas más rápido de lo que había pensado—. "Sí, más abajo, Sky".

¿Estaba imitando mi voz?

—Cierra la boca —dije volviendo a ponerme serio. Me senté en el sofá aún cubierto con la cobija observando a mi amigo, quien imitó mi acción en el sofá individual frente a mí.

Volví la vista al escritorio cuando el olor a leche saborizada y tostadas se me hizo presente. Allí, una bandeja con una taza y dos platos con desayuno descansaban.

—Odio la leche —repliqué con el ceño fruncido. Tae soltó un bufido que me hizo volver hacia él.

—No es para ti, no soy tu mucama —contestó. Entonces...

Un suspiro salió de mi boca cuando entendí lo que eso conllevaba.

—Solo dime que esa maldita no salió a gritarlo por ahí —supliqué. Lisa podría estar llamando a mi padre ahora para decirle porque tenía tanto bicho en la lengua que no podía callarse ni dos segundos.

🐾Don't Leave Me🐾 ||•JJK•||+18||#1 ChanghelingsWo Geschichten leben. Entdecke jetzt