Conociéndonos

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Especial de San Valentin

"Contigo siempre lo que con nadie nunca"

NARRA SKELLEN

Observé a Marcus caminar alrededor de la habitación dando más de veinte vueltas, siempre deteniendose unos minutos a observar el cuadro de aquella familia. No pregunté nada porque sabía que no iba a cambiar en nada, él no me diría nada y sólo lograría que se molestara más de lo que ya parecía estar.

Mika nos trajo de comer, de nuevo se llevó uno de los platos intactos. Nos trajo de cenar y cambió mis vendajes, de nuevo se fue con un plato intacto. Me dormí y él siguió sólo paseando alrededor de la habitación y mirando el cuadro, sin decir nada, sin mirar a Mika, sin comer ni dormir, aquello me inquietaba un poco.

Desperté cuando escuché a Mika moviendo trastes y cosas en lo que supuse que sería su cocina, estaba haciendo el desayuno. Marcus estaba sentado en el suelo a un lado de la cama mirando una hoja que había en el suelo.

—¿No has dormido nada?

Pregunté, él negó con la cabeza sin mirarme.

—No lo necesito, estoy bien.

Respondió, negué con la cabeza un poco molesta.

—¿Ni tampoco necesitas comer? ¿Ni hablar con nadie?

Pregunté cruzando los brazos, él se encogió de hombros.

—Estoy hablando contigo ahora.

Dijo, bufé estresada.

—¿Es que vas a actuar así todo el tiempo que estemos aquí?

Pregunté, él asintió con la cabeza.

—Aquí no soy yo, no puedo ser yo.

Respondió apenas en un murmuro, lo miré confundida sin entender de qué estaba hablando. Siempre había sido extraño y molesto pero de una manera diferente, ahora comenzaba a asustarme.

Nadie dijo nada más porque Mika entró a la habitación en ese momento, está vez sólo traía un plato de comida.

—Buenos días, parece que ya estás mejor, quizá en un par de días más ya puedas caminar.

Dijo sonriendo al entregarme el plato, asentí con la cabeza.

—Quizá pueda hacerlo antes.

Dije, ella me regañó con la mirada.

—Parece que has pasado por varios momentos de debilidad, no deberías esforzarte. Te harás daño si obligas a tu cuerpo a resistir tanto.

Advirtió, suspiré desanimada. Quería deshacerme de ese monstruo cuanto antes, mantener a mis amigos a salvo. Me odiaba por ser tan débil cuando ellos más me necesitaban.

—Marc...

Habló ahora dirigiéndose hacia Marcus quien seguía sentado en el suelo observando esa hoja.

—No me llamo Marc.

La interrumpió molesto pero sin mirarla, a ella no le importó. Se aclaró la garganta antes de volver a hablar.

—Marc, he preparado todo para que tomes un baño, después comerás un poco y si no obedeces enseguida yo misma te arrastraré hasta ahí.

Dijo autoritaria, Marcus la miró por primera vez desde que había llegado. Era una mirada furiosa, ella no le prestó atención y salió de la habitación antes de que él pudiera responder algo.

Pixeles SobrevivientesWhere stories live. Discover now