𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐂𝐮𝐚𝐫𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐲 𝐃𝐨𝐬: 𝐔𝐧 𝐯𝐢𝐬𝐭𝐚𝐳𝐨 𝐚𝐥 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨

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Los Ángeles lo llaman "placer divino"
los demonios "sufrimiento infernal"
mientras que los humanos

le llamamos "Amor"

◇◇◇◇

Dolor

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Dolor. Eso era lo que sentía Remus en todo su cuerpo. Su cabeza dolía mucho, era como si la hubieran estado estrellando en el suelo varias veces, o peor aun, le hubieran dado con alguna roca u objeto pesado. Siente sus ojos moverse, sabe que podrá abrirlos pronto, pero cuando lo hace, siente la molestia del sol en su persona, es frustrante.

Estaba en un cuarto, pero no sabía si era de la casa Potter, Prince o Black, ya que su vista estaba borrosa (comprendía lo que sentía James cuando le quitaban sus lentes) y era peor por la cantidad de luz que ingresaba por el mismo. Parpadea varias veces, espera que su vista se ajuste de manera adecuada a la luz que hay alrededor, cuando el sonido de la puerta se oye y lo primero que ve, es el cabello rubio de Teresa, la madre de Teddy.

—¡Oh Remus!— exclamó, acercándose, lucía aliviada, talvez incluso feliz de verlo despierto

—¿Q-Qué p-paso?

Tratando de tomar asiento, pronto se queda quieto, el dolor en su costado es insoportable, como si le hubieran herido de mil formas, una incluso peor que la otra.

—Déjame te ayudo querido— pidió Teresa

Ayudado a sentarse, Remus miro nuevamente la habitación, podía notar las banderas de Hufflepuff, y una corbata atada en uno de los pilares de la cama, era la habitación de Teddy, no había duda de ello.

—Nos diste un buen susto querido— reprendió la mujer

Mientras Teresa cambiaba los vendajes, pronto, ingresaron sus demás amigos, todos ellos lucían sumamente preocupados.

—¡Lunático!— exclamaron sus amigos, James y Sirius lucían muy preocupados, demasiado a decir verdad

—Que bueno que estas bien, Remus— sonrió Severus, mientras su semblante se relajaba —Nos diste un buen susto

Siendo abrazado por sus amigos, Remus se sintió seguro. Después fueron los brazos de su hermana quien se notaba haber estado llorando, cosa que le dolía de sobre manera a Remus, no le gustaba ver a su hermana llorando, era una de sus debilidades más grandes. Sus amigas hicieron lo mismo, el suave olor al shampoo de fresas de Keyla había llegado a sus fosas nasales. Teddy y Andrómeda le sonrieron, pero en sus ojos incluso observaba la preocupación bailando de manera latente. Mientras que los mayores miraban con preocupación a donde él estaba.

—¿Dónde esta Cygnus?— pregunto aun con voz ronca, mirando a todos —¿Y David?

Todos se miraron. Podía oler la duda brotando de ellos, era como si temieran decirle lo que realmente estaba pasando. 

𝐂𝐲𝐠𝐧𝐮𝐬 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 «𝐑𝐞𝐦𝐮𝐬 𝐋𝐮𝐩𝐢𝐧»Where stories live. Discover now