Capítulo 47.

7.3K 510 63
                                    

Tengo demasiado frío, es como si estuviera en un congelador. Lucy me ha puesto una cobija encima, pero la sensación no se va. La pobre no ha parado de pedirle a Richard que traiga un médico, pero no piensa hacerlo. No estoy muy segura de que es lo que pasa a mi alrededor.

Siento que alguien me toma y me sienta sobre la cama.

– Sophie reacciona – una voz masculina me llama –. Vamos hacer esto y necesito tu ayuda.

Asiento, pero siento que no tengo fuerzas. Pasar mi mano sobre su hombro y salimos de la habitación. Zoe ya esta con Lucy y ya entiendo lo que esta pasando. Salimos de la casa y hay una camioneta algo vieja estacionada afuera. La primera en subir es Lucy, con ayuda de Zoe y Max subo. Cuando arrancamos siento que las cosas por fin van a estar bien. Por fin voy a volver a ver a mi hija.

– Mierda – susurra Max.

– ¿Qué pasa? – pregunto con dificultad.

No da espera y lo único que siento es como Max pisa a fondo el acelerador. Volteo y me doy cuenta que hay un auto negro dando la vuelta para seguirnos.

– ¿Quién es ese? – pregunto con dolor.

– Richard – dice dándole un golpe al volante –. Se supone que llegaba en una hora.

– Llamemos a la policía – propongo.

– No tenemos – dice mientras maneja –. El tuyo lo tiene él.

Conduce con brusquedad, y en par de ocasiones me golpeo varias veces en mi costado provocando un dolor bastante punzante. Veo la venda que me puso Zoe y esta manchada de sangre, pero ahora mismo no es momento de ocuparnos de esto.

– Busca la principal – sugiere Zoe.

– Así llamas la atención de la policía – complemento con dolor.

Como puede logramos tomar la vía principal. Aun no se exactamente donde estamos, pero estar lejos de esa casa es progreso. Despues de sobrepasar algunos autos logramos ver una patrulla estacionada. Max pasa super rápido para así captar la atención de la policía, quien gracias a Dios de una vez comienza la persecución.

– Estaciónate – le digo.

– Richard aún viene atrás – mira el espejo retrovisor.

– La policía nos ayuda – asiente.

Se estaciona a un lado de la carretera y de la patrulla hace lo mismo, de inmediato sale un policía con su arma en nuestra dirección.

– Baje del auto inmediatamente – le dice a Max.

El baja con la manos arriba y mira en dirección a la patrulla y yo hago lo mismo. El auto de Richard esta detrás.

– El hombre del auto negro nos venía persiguiendo – dice Max.

Las cosas pasan extremadamente rápido, escucho un disparo y un segundo después el policía esta en el piso. La puerta de mi lado se abre y veo a Richard con el ceño fruncido, me toma del brazo y literalmente me empuja para bajarme. Suelto un quejido de dolor.

– No le hagas nada – dice Lucy.

Richard le apunto con el arma, y yo siento que el mundo se viene abajo.

– Richard mírame – le pido –. La que quieres es a mi.

Por fortuna me escucha y me mira. Me toma del brazo y me lleva arrastrada hasta su auto negro. Abre la puerta y aunque me resisto a entrar me da una cachetada para que entre. Siendo honesta el dolor de la bofetada no se compara con el que siento en mi costado. Sube en su auto rápidamente y arranca.

Saber que Lucy se quedo allá me da un poco de paz. Richard acelera y siento que el mundo me da vueltas. Intento con todas las ganas mantenerme alerta, pero a veces se me dificulta. De un momento a otro siento la sirena de otro carro de la policía. Miro por el espejo y me doy cuenta que hay dos patrullas siguiéndonos.

– Todo esto es tu culpa – me señala con el arma.

Le miro con temor y le da un fuerte golpe a la ventana, tanto que esta se rompe. De forma inmediata Richard comienza a disparar en dirección a los policías. Tengo mucho miedo de lo que esta pasando. Siento como mi corazón esta latiendo. Las manos me tiemblan y no puedo ni respirar bien.

De forma automática los policías también comienzan a disparar. Bajo la cabeza y Richard comienza a maldecir.

– Mírame perra – ordena Richard –. No pienso ir a la cárcel por tu culpa, así que de aquí nos sacan muertos.

– Richard no sabes lo que dices – intento tranquilizarlo.

– Tenía planes para los dos – toma mi mano –. Nos iríamos los dos juntos y seríamos felices.

– No cometas una locura – le aconsejo.

– Pero tu tenía que arruinar todo – grita.

Las lágrimas bajan por mis mejillas, intento calmarme, pero soy consciente que este hombre no está bien.

– No llores – dice mirando al frente.

Lo intento, juro que intento calmarme. Pero no es tan sencillo cuando hay personas disparándote y tienes a un loco con un arma a tu lado.

– ¡NO LLORES! – grita apuntándome.

Con un rápido movimiento Richard esquiva chocar con un auto. Esto tiene que ser una pesadilla. Tengo que encontrar la forma en salir de aquí sin que muera en el intento. Veo como Richard habla en voz baja, pero no logro entender que es lo que dice.

Los disparos comienzan a sonar de nuevo, Richard saca su mano de nuevo y les dispara de nuevo. Cuando se queda sin balas tira el arma y rompe el parabrisas.

Un fuerte sonido hace que todo llegue a su fin. Un segundo estábamos a más de 100 km/h y al otro estamos dando vueltas en el aire. Mi cabeza impacta con el techo del auto y solo fue necesario ese golpe para que todo fuera paz.

~Chic@s se supone que subiría este capítulo al medio, pero cuando me acordé la plataforma no me dejaba.

Sin Miedos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora