☾ Capítulo O1 ☽

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El pequeño TaeHyung había salido de paseo al parque junto a sus padres, era fin de semana y había que aprovecharlo. Ellos se hallaban sentados observando a su niño jugar en el sitio donde había arena en aquel lugar.

Desde lejos, pudieron ver que un par de niños se había acercado a su hijo, sin embargo no podían oír en absoluto lo que platicaban con el menor. Debían ser amigos suyos, así que tras mirar que su hijo tenía compañía, pensaron en ir rápidamente por un helado para los tres. La mujer estaba embarazada, así que su esposo quería cumplirle con cualquier antojo.

Regresando con el rubio, los chicos pararon en seco frente a él.

—Oye, Kim —llamó—. Te he visto en la escuela, ¿verdad? —Preguntó uno de los niños, girando con su compañero. El chico rubio se quedó callado, aún jugando con la pala de plástico que tenía en mano, juntando un montón de arena.

—¡Claro que sí! ¿Cómo olvidar a Kim? Si es el único que nunca quiere jugar fútbol con nosotros —echó en cara el otro—. ¿Por qué no quieres jugar luchitas con nosotros?

No me llama la atención —expresó bajo.

En ese mismo momento, otra familia conformada por dos niños y sus padres llegaba al parque. El menor de los hermanos echó a correr de inmediato, pasando cerca de la escena donde se hallaba TaeHyung, y quedando en los juegos que se encontraban justamente al lado. Subió por las escaleras de la rampilla para deslizarse después.

—¿Pero por qué no? Si es súper divertido... ¿O acaso eres un debilucho? —Indagó el primer niño.

—¡Eso debe ser! Kim, a parte de un tonto eres un maricón, ¡por débil!

El pequeño azabache paró en seco al oír eso antes de subir de nuevamente al tobogán. Quedó viendo al par de niños que molestaban a otro, cruzado de brazos, observando la nuca del que era rubio, y tenía su cabeza inclinada hacia abajo.

Después de unos segundos, una maravillosa idea surgió dentro de su cabecita. A pasos lentos y medianamente largos, salió del campo de visión de aquellos mocosos (nombrados así en el momento por él mismo), yendo donde su familia y comenzando su plan. Sus padres le miraron confundidos, ¿ya se había aburrido su pequeño? No, en realidad no. JungKook preguntó por su hermano mayor; JungHyun, recibiendo como respuesta que se encontraba en las canchas de básquetbol del mismo parque. De inmediato corrió en dirección a donde se hallaba el mayor.

—¡JungHyun hyung! —Gritó lo más fuerte que pudo, obteniendo la atención de su hermano, de inmediato este se acercó al azabache.

—¿Qué sucede JungKookie? ¿Quieres jugar? —El contrario negó, moviendo su cabeza de un lado a otro—. ¿Entonces?

—Hyung, están molestando a un niño, por allá —señaló la dirección del rubio—. Ayúdame a espantar a los niños malos, anda, ¿sí~?

Recibió un suspiro por parte del mayor, sonriendo enseguida, habló:

—¿Qué tengo que hacer?

La primera etapa de su plan estaba hecha, ambos hermanos caminaron a la zona recreativa, cerca del tobogán, escuchando aún a los niños hostigando al otro. JungKook indicó a JungHyun con exactitud cómo debía actuar, y qué haría el menor, llevándolo a cabo.

El pequeño azabache corrió, chocando a propósito en el camino con uno de los no tan grandes brabucones, cayó en el acto, y se quedó quieto en el suelo.

—¡Fíjate por dónde caminas, tarado!

Como si no le hubiera escuchado, JungKook se acercó al rubio, fingiendo no haberlo visto antes.

—¿Estás bien? Ellos te han estado molestando, ¿verdad, primo? —Inquirió, señalando con su pulgar a los chicos tras ellos.

TaeHyung le miró confundido, ¿de dónde había salido ese niño? ¿Y por qué le decía primo? ¿Se habría equivocado de persona?

—¡No te metas, mocoso! Esto es entre ese maricón y nosotros —respondió uno de los niños con tono brusco.

Quedó callado, quizá se iría si no decía nada. Sin embargo, de nuevo el azabache habló.

—¡JungHyun hyung~! —Llamó el menor. Los tres restantes, confundidos, miraron al más pequeño. ¿Ahora qué?—. ¡Estos niños groseros están molestando a nuestro primo!

De pronto, un niño alto en comparación al par de molestos apareció intimidante, justo detrás de ellos.

—¿Ellos dos? —Indagó el mayor de todos. JungKook asintió—. ¿Debería hacerles algo, hermanito? —El azabache infló sus mejillas, dando a entender una afirmación—. Uhm... ¿Qué te parece un golpe en la nariz?

—O-Oigan, no hay-no hay que llegar a la violencia —ppinó un tanto nervioso el niño con el que había chocado anteriormente el azabache—. Nosotros, y-ya nos íbamos —Explicó, tomando a su amigo por el antebrazo—. Nos vemos en la escuela, Kim

TaeHyung dejó de estar en lo suyo, viendo por fin al chico que traía un traje de conejito color rosado, sus ojos eran grandes, y el flequillo de su cabellera lucía tan suave... ¿Alguien notó cómo brillaban sus labios?

—¿Quién eres? —Cuestionó, pensando si el pequeño era real—. ¿Por-Por qué vienen aquí? Esos dos, no estaban haciendo n-nada malo —fue lo que salió por parte del rubio, con un tono bajo, seco. Mintiendo, claramente. El del traje le vio confundido, ¿era consciente de lo que decía?

JungHyun se acercó donde su hermanito y el otro chico. Dándose cuenta de algo sobre el rubio. Antes de poder decir algo, un par de gritos interrumpieron a lo lejos.

—¡TaeHyung, cariño! ¡Es hora de irnos, trajimos un helado para ti~! —La voz femenina fue oída por los tres varones.

De inmediato, el de cabellos claros echó a correr para ir donde sus padres, saliendo del parque sin dejar responder al otro.

El mayor de los hermanos tomó de la mano al otro, dando a entender que era momento de retirarse y buscar otro sitio para jugar. El más pequeño no podía entender por qué el rubio habían dicho mentiras, preguntando a su hyung por ello, él siempre sabía qué responder.

—JungHyun hyung, —llamó el más bajo, siendo atendido por el contrario—, ¿por qué ese niño mintió sobre los otros mocosos?

—¡Shh! JungKook-ah, no digas palabras así, los niños pequeños no deben decirlas, ¿de acuerdo? —El azabache bufó, ¿por que su hermano con 9 años podía decirlo y él con 7 años no?

—Bueno, hyung —respondió—. ¿Pero por qué mintió?

Detuvo el camino con el menor, tomándolo por hombros y viéndolo a los ojos.

—JungKookie, la verdad es que no lo sé —expresó, el menor colocó una muestra triste. Su hyung no había podido resolver su duda—. Peeeero, sí sé otra cosa

—¡¿Qué es, qué es?! —Preguntó inquieto.

—Sé quién es, —confesó, guiñando un ojo—, va en el salón que está al lado mío

Los ojos del más chico mostraron un gran asombro.

—¡¿Entonces estamos en la misma escuela?! —JungHyun asintió—. El lunes, ¡ayúdame a buscarlo el lunes! ¿Sí, hyung? Por favor~, ¿sí?

☆ ℱinaliza¡! 𝟶𝟷 ☆

¡Gracias por leer! ^-^

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