7. Pesadillas.

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Joaquín se quedó embobado en el celular mirando aquella llamada, era raro que su compañero se encontrara llamándole a esa hora. Por un momento dudo en contestar, pero pensó que podía ser algo acerca del llamado al día siguiente por lo que decidió contestar. Aunque también deseaba escuchar la voz de su compañero.

-Perdón, eh. Tengo que contestar -se levantó de la banca y se alejó un poco.

-¿Aló? -respondió la llamada.

-¿Joaco? -sonó la voz de Emilio al otro lado de la línea. -Perdón...quería llamar a María me equivoqué -mintió.

-Ahh -respondió Joaquín demasiado confundido.

-¿Te interrumpí? -Joaquín miró hacia donde estaba Edson y le sonrió.

-No, no cómo crees -mintió también.

-Bueno, pues aprovechando. No estaría mal que vengas a casa -Joaquín se sorprendió. -O sea... Estamos varios a...aquí, pero amigos... Tuyos, míos ya sabes... -sonó demasiado nervioso.

-No lo sé, es tarde... Tenemos llamado mañana, ¿no? -Joaquín miró su reloj y confirmó que eran casi la 1:00 de la madrugada.

-Amm, tienes razón. Perdón, te veo mañana -y sin más colgó.

Joaquín miró su celular confundido y sin explicarse la actitud tan rara de Emilio.

Emilio no había llamado a Joaquín por accidente, en realidad quería que estuviera con él. Se había encerrado en su habitación sólo para llamarle.
Estaba demasiado aburrido en la "fiesta" que sus amigos habían organizado en su casa, y al menos estando Joaco podían salir al patio y platicar un rato. Al colgar la llamada, no pudo evitar sentirse triste recordando los momentos que habían pasado en Huatulco, las platicas que habían tenido en todo momento junto al mar y ese momento que logró unirlos todavía más, cuando estuvo ahí para Joaco. Y sin querer se quedó dormido.

Joaquín por su parte sintió su corazón latir más fuerte de lo normal al escuchar la voz de Emilio. En cuanto colgó se arrepintió de no haberle dicho que sí a su compañero, quería festejar con él, quería verle. Pero era verdad que era demasiado tarde, él tenía que volver a casa.

Edson llevó a Joaquín hasta la puerta de su casa. Joaquín en todo el transcurso no pudo articular ni una sola palabra, seguía pensando en Emilio. Últimamente había estado más con él, habían pasado demasiado tiempo juntos, recordó todos los momentos graciosos que habían compartido juntos, básicamente todos sus recuerdos. Y aquellos momentos en los que Emilio estuvo para sostener a Joaquín. Sin querer a Joaquín se le salió una sonrisa enorme y Edson la notó pero no pudo preguntar nada.

-Llegamos -suspiró Edson mientras aparcaba el coche frente a la casa de Joaquín y este seguía perdido en sus pensamientos.

-Joaquín... Llegamos -repitió Edson al notar que el flacucho estaba sumido en sus pensamientos.

-Perdón... Me fui. Estoy muy cansado -expresó riéndose. -Gracias por traerme, me lo pasé genial, nos vemos luego -Joaquín se dispuso a salir del coche, pero Edson lo tomó de la muñeca y lo acercó a su rostro.

Joaquín notó que Edson quería besarlo, y por un acto de reflejo movió su cabeza y este terminó besandole la mejilla.
Joaquín se puso demasiado nervioso y Edson estaba confundido.

-¿Estamos bien? -preguntó su amigo.

-Sí, estamos bien amigo -Joaquín sonrió, besó nuevamente su mejilla y salió del coche casi huyendo.

Entró a su casa rápido y cerró la puerta. Y recargó su cabeza en ella. Esa noche había sido larga, cerró sus ojos y recordó aquel beso con Edson, y tocó sus labios lentamente, entonces su mente le jugó una mala pasada, no estaba viendose besar a Edson, estaba viendose besando a Emilio e inconscientemente una sonrisa se asomó en su rostro. Abrió los ojos de golpe totalmente confundido. Suspiró y dejó resbalar aún recargado en la puerta. Su mente sólo podía mostrarle a Emilio frente a él y con sus labios unidos a los suyos. Sin poder evitarlo otra sonrisa apareció en él.

Te Encontré  ||  Emiliaco [Wattys 2019]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora