Te Encontré || Emiliaco [Wattys 2019]

12. Sentimientos.

Joaquín subió a su habitación y se encerró ahí.
Se sentía mal, su hermana lo estaba dejando, y no la culpaba a ella, él también extrañaba a su padre, también lo quería. Pero el rechazo que demostraba hacia a él le dolía bastante y aunque sabía que en algún momento se sentaría a platicar, también conocía que ese no era el momento. Estaba molesto con él por llevarse a su hermana, cuando meses antes insistía en llevarse a los dos sólo por una temporada. Y ahora, el rechazo se notaba más.

-Joaquín...-su madre tocó la puerta de la habitación.
Al no recibir respuesta del flacucho, optó por entrar. Lo encontró llorando, acurrucado en su cama y aún con el traje de Temo.

-Ahorita.. no... mamá -su voz sonaba entrecortada.

-Mi amor, aquí estoy contigo. Siempre... -se sentó en la orilla de la cama y puso una mano en el dorso de su hijo.

Joaquín la miró y no pudo evitar levantarse y abrazarla.
Ahí se encontraba el flscucho cual niño de 5 años llorando en los brazos de su madre, ella siempre estaba ahí para él y esa no era la excepción.

-Me lastima, ¿sabes? -susurró aferrandose aún a su madre. -¿Por qué dejaste que se la llevara? -preguntó en tono de reclamo.

-A ver Joaquín, mírame -lo tomó de las mejillas y lo obligó a mirarla. -Tú sabes perfectamente que yo jamás les he prohibido nada que los haga felices, yo siempre voy a querer eso para ustedes -suspiró. -Nunca me interprondré en sus planes si eso les ayuda a encontrar su felicidad -el flacucho no pudo evitar derramar más lágrimas. -Tu hermana quería estar con su padre, y esto no es permanente mi amor, sólo se va una temporada a estudiar y regresa -su madre sonrió.

-¿En... En serio? -preguntó Joaquín.
Su rostro estaba totalmente rojo, sus ojos se veían demasiado pequeños.

-Sí, Renata no quiso que te contáramos, quería hacerlo ella anoche -suspiró nuevamente. -Pero no llegaste...

Y entonces Joaquín recordó, no había llegado a dormir. No había avisado, los mensajes, las llamadas. Se sintió como un estúpido al estar reclamando que su hermana se haya ido y que nadie le haya avisado hasta ese momento, cuando él ni siquiera estuvo con ella.

-Mamá, sobre eso yo... -titubeó.

-Me avisaron que saliste del teatro con Emilio esta mañana -Joaquín sintió su corazón latir.

-Yo te juro que no hicimos nada malo, mamá él tuvo... un ataque y yo...yo no lo pude dejar...solo, él... -suspiró. -Perdón...

-Joaquín, ¿tú crees acaso que tu madre no se ha dado cuenta? -le regaló una sonrisa.

-¿De qué hablas? -preguntó nervioso el flscucho.

-Cómo lo miras, como él te mira a ti -susurró su madre. -Esperaba el día en que me contaras, yo siempre te voy a apoyar, los voy a apoyar...

-No... ¿De qué hablas? -la confusión del castaño era enorme.

-De Emilio y tú... -dijo al tiempo que le limpiaba las lágrimas a su hijo.

-No mamá... Emilio y yo, nada -agachó la mirada. -Somos amigos, además él no... Pues no mamá -Joaquín comenzaba a incomodarse.

-Oh... Pero, tú... Tú lo quieres -afirmó.

-Es mi amigo, mi compañero de trabajo...

-Joaquin, sabes que soy tu madre. Jamás te he juzgado y jamás lo haré, eres libre de amar a quién quieras. Te pido que me tengas confianza -tomó las manos de su hijo.

-No sé mamá, no sé qué es lo que siento. Es raro, probablemente estoy confundido por todo esto de la novela -soltó.

-¿Sientes algo por él?