Te Encontré || Emiliaco [Wattys 2019]

45. ¿Sorpresa?

La noche había sido difícil, Joaquín había cuidado de Emilio en todo momento. Lograr que el rizado durmiera no había sido fácil, Joaquín había sacrificado sus horas de sueño por velar el sueño de su chico. El rizado se removía entre las sábanas durante la madrugada y Joaquín estaba ahí para calmarlo, al parecer tenía una par de pesadillas, él más que nadie sabía lo que se sentía, intentaba no despertarlo porque conocía a su chico y no podría volver a dormir, así que cada vez que el rizado se removía por la cama intranquilo y aún dormido, Joaquín le cantaba una canción que su madre solía cantarle antes de dormir para tranquilizar a su novio mientras dormía.

"You are my sunshine,
My only sunshine .
You make me happy,
When sky's are gray.
You'll never know, dear
How much I love you
Please don't take my sunshine away"

Joaquín odiaba sentir a Emilio tan sensible, odiaba que aquello le estuviese pasando a su chico y que logrará afectarlo de aquella manera. Sabía cuánto él amaba a su padre a pesar de todo.

Después de aquella larga noche, Joaquín sentía su cuerpo doler completamente. Había logrado quedarse dormido un par de horas. Despertó y abrió los ojos de repente e inmediatamente buscó a su chico a su lado, y efectivamente ahí se encontraba, aún durmiendo profundamente.

Emilio dormido en aquel momento, lucía como un ángel ante la vista de Joaquín. Su piel tan suave, que no dudó en acariciar, sus hermosas pestañas y cejas tan perfectas. Y ni hablar de sus labios, tan suaves y a pesar de ser pequeños, para el flacucho eran perfectos. Él amaba verlo así, la noche anterior no había podido dormir bien, pero en ese instante lucía bastante tranquilo, y lo único que Joaquín podía pensar era en alguna manera de mantener aquella tranquilidad en Emilio para siempre.

-Buenos días -dijo el rizado con voz ronca al despertar, sorprendiendo a su novio mientras lo miraba.

-Buenos días -respondió con una sonrisa de lado. En el momento en el que Joaquín miró sus ojos pudo notar algo diferente, ayer brillaban bastante mientras le contaba de su nuevo proyecto, sin embargo en aquel instante sus ojos habían perdido aquel pequeño brillo.

Emilio no dijo nadamás y simplemente se acurrucó hacia su chico, buscando calor o quizá simplemente sentir cerca a alguien, de cualquier manera Joaquín no dudó en abrazarlo fuertemente.

-Le he pedido a Diego que venga... Tengo que ir a casa -habló el castaño después de unos minutos-. Pero si prefieres que me quede, lo hago... -habló mientras él lo miraba atento a los ojos y con una expresión seria en el rostro.

-Eh, en realidad quería ir al hospital...

-¿Estás seguro? Emilio lo más probable es que aún haya reporteros -le hizo saber pero el rizado simplemente se encogió de hombros-. Primero hablamos con tu madre. .. -propuso y al parecer Emilio aceptó puesto que no le dijo que no lo hiciera.

Antes de que Joaquín pudiese hacer aquella llamada, unos sonidos en la planta baja los alertaron.
Joaquín miró a Emilio confundido, se supone que estaban solos en casa. A pesar de que el miedo invadía al flacucho, de inmediato se levantó de la cama y salió de la habitación para revisar qué pasaba, mientras salía de la récamra de Emilio con mucha cautela, se encontró con aquella cabellera rubia, rizada y despeinada, era la madre de Emilio.

-Eh... -titubeó el flacucho al verla subir las escaleras. Su rostro lucía demacrado.

-Hola bebé -se acercó a saludar al castaño un tanto agobiada-. ¿Dónde está Emilio? -fue lo primero que preguntó.

-¿Mamá? -apareció el rizado detrás de Joaquín quién se giró hacia él, notando confusión en su rostro-. ¿Quién se quedó con mi papá? -cuestionó Emilio; el castaño dirigió la mirada a su madre y pudo notar en ella la tristeza-. ¿Qué pasa? -preguntó Emilio, al parecer él también había notado aquello en su madre.