La batalla del Laberinto [Annabeth]

El hijo de Hermes

No hay nada mejor para rematar una mañana perfecta que ir en un amarillo taxi con un chico tonto.

Desde que subimos, Percy trato de entablar sin éxito una conversación conmigo, qué no se daba cuenta que estaba furiosa? vaya sesos de alga, bien Percy podría haberle dado un puñetazo a mi abuela, claro que mi abuela mortal murió antes de que huyera, y mi otra abuela divina era, un momento, no tengo abuela de parte de mi madre, contando que mi madre nació literalmente de un pensamiento de Zeus y yo igual [larga historia] a veces  sí que me exasperaba ser parte de la familia griega divina, es todo un lío de quién se enreda con quién, quien es padre de quién y quien sabe qué. Veo por el rabillo a Percy, y me doy cuenta de que si mi  familia es estrafalaria, la de el aún más, un tremendo lio, digo, él tiene un hermano cíclope [ que a diferencia   de otros, es un amor]  y por lo que se, es medio hermano de todos los caballos y el mismísimo Pegaso, algo que no se ve todos los días.

-A sí que- interrumpió mis pensamientos Percy- lindo día

-Aja-

-Hey!- suspiro y volvió a intentar- Cómo te ha ido?, con los monstruos quiero decir-

-Veamos, una primavera infestada de monstruos, madrastras gritonas hermanos molestos y ni un segundo de tranquila, ya sabes, hoy era mi día de divertirme, pero ya ves...-

-Vaale, no era mi intención, todo sucedió muy rápido, algo más?-

-Pase víspera de Navidad con Quirón, volví a casa para pasar las Navidades con mi padre, casi incendie la casa, pero es difícil cocinar un pavo!, créeme, es más difícil de lo que te imaginas-

-Okey, te creo, sigue-

-Termine volviendo al día siguiente, otra pregunta inteligente?- gruñí

-No me dijiste que estabas en Nueva York-silencio-Has visto a Nico?-

-No desde el pasado invierno, y tú?-

El negó con la cabeza y volteó hacia su lado de la ventanilla, yo hice lo mismo tratando de ignorar el hecho de que Percy pasaba un dedo arriba y abajo sobre su brazo donde estaba inscrito el número de la pelirroja. Empezaba a aburrirme, el lento meneo del taxi y aunque no quisiese admitirlo, el hecho de estar con Percy, me relajaba, el me reflejaba seguridad, los ruidos se asían lejanos, podría dormirme...

-Alguna noticia de Luke?- me sobresalte al oír la voz de Percy tan de repente- Annabeth, estas despierta?

-Ahora si- bostezo lentamente- qué decías?

-Qué si sabias algo de Luke- lo dijo como si pisara terreno minado en parte era así.

Me provocaba extraños sentimiento hablar de él, y me enfurecía cuando alguien insinuaba que era malvado, simplemente le habían lavado el cerebro, necesitaba ayuda, mi ayuda. Y claro que se la iba dar, era su amiga, éramos, familia.

Negué con la cabeza para responder, pero si, si había noticias de Luke:

Cuando estaba con mi padre, viéndolo trabajar en su proyecto de la segunda guerra mundial y discutiendo con el estrategias de guerra, un grito de una mujer que vivía ahí interrumpió nuestro momento padre e hija.

-Annabeth!- grito mi querida madrastra [nótese el sarcasmo]- Baja!

-no otra vez- murmure mientras me paraba de un salto y corría a recoger mi arma, mi padre, que ahora después de haber probado el bronce celestial se creía un experto en la materia, saco una calibre 50 que había modificado y tenía balas de este metal divino, el ya había prometido solo ayudarme y disparar si yo estaba a punto de morir y desarmada. Cosa que muy difícilmente pasaba.