Seis 🥀

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30 días.

30 rosas.

30 pétalos menos.

Jimin había conocido a alguien nuevo, era un chico bastante lindo, tenía el cabello de un color claro, tez pálida, y también baja estatura.
Se encontraba eligiendo algo para ponerse ya que hoy iban a salir a tomar un café, se sentía ansioso debido a que hace bastante no tenía una pareja y tal vez esta sería su oportunidad.

Pero algo no andaba bien para él, era como si engañase a alguien.

Alguien el cual no sabía bien quien era pero aún así lo había atraído poco a poco.

Salió de su casa con una sonrisa, tardó unos cinco minutos en taxi hasta la cafetería, al llegar se dio cuenta que él ya estaba ahí.

—Jimin.— habló sonriendo mientras extendía sus manos las cuales sostenían algunas rosas.

El corazón de Jimin se oprimió. ¿Por qué aquello lo recordaba a otra persona?

—Gracias Yoongi, están muy bonitas...— dijo dando una pequeña sonrisa sin mostrar los dientes.

Ambos tomaron asiento y hablaron durante un largo rato mientras reían sin parar.
Lamentablemente se hacia muy tarde y ambos chicos debían ir a sus respectivos hogares.

—Me divertí mucho.— habló Yoongi.

—Igual yo.— respondió.

—Espero que podamos volver a tomar un café pronto Jimin, nos vemos.— dicho eso se acercó con prisa a Jimin depositando un beso en su mejilla para luego salir sin decir algo más.

Jimin tocó su mejilla mientras estas se teñían de rosado.

Al llegar a su casa, se quitó la ropa y se bañó para luego acostarse, su corazón latía pacíficamente haciendo que en pocos minutos cayera profundamente dormido.

Ding dong.

Abrió sus ojos lentamente.

Ding dong.

sSe los fregó y revisó la hora.

3:30.

Sonrió.

Estaba apunto de abrir la puerta de su habitación cuando su celular vibró.

Lo agarró viendo que tenía un mensaje de Yoongi. Frunció el seño debido a la hora y su rostro se volvió una mueca de tristeza al ver lo que decía el mensaje.

"Lo siento, es mejor que ya no nos veamos, hasta nunca."

Su corazón dolió y él solo se preguntaba que es lo que había hecho mal.

Negó respirando profundo, él no debía ponerse triste, tenía que ser fuerte ante cualquier situación.

Caminó hasta el piso de abajo para luego abrir la puerta encontrándose con otra rosa. La agarró y como siempre leyó el pequeño papel, sin embargo parpadeo varias veces al ver lo que se había agregado.

Los números disminuidos junto con un corazón roto al lado.

25-50
24-50
23-50
22-50
21-50
20-50

Flores de un desconocido » [kookmin]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu