Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Es una trama romántica sobre música y drama. En esta historia seré un maestro de piano, el mejor a nivel nacional con diez años de carrera. Nada de rap, estamos hablando de mis inicios, cuando me gustaba la música clásica. Añadiré una hipotética vida en la que tengo una madre enferma, así que esos sueños fueron con más esfuerzo hasta que me volví el mejor en mi campo y usé el dinero para rehabilitarla, pero murió durante estos intentos de tratarse.
Si. Así que acabé en una fuerte depresión y no volví a tocar hasta que Ho Seok entra a mi vida, como el sol entrando en mi ventana. Él en esta historia será un chico que...
—¿Alguna vez viste un elefante escondiéndose en una flor?
Jin interrumpe mi momento de inspiración. Tuerzo el gesto al apartar la vista de mi teléfono, sin entender a que viene con esto de forma repentina en medio de nuestra grabación.
—No.
—¿Viste qué bien se esconde?
Esperó unos segundos y acaba riéndose como si su chiste fuera harto éxito, resoplé riéndome porque lo entiendo y regreso a mis cavilaciones, buscando la inspiración en los momentos de presión.
¿Por dónde iba?
—Suga te toca grabar —dice RM, asistido por las estilistas que limpian las pequeñas gotas de su sudor entorno a su nuca, retocan su maquillaje con profesionalismo. Él es el rey de reyes, y no bromeo, a veces creo que en su otra vida ha sido un rey de Joseon. Tanta inteligencia la trajo de su reencarnación, de eso estoy seguro.
—Vale —guardo mi avance, ya tendría oportunidad de acabar.
• • •
—Quiero aparecer en tu fanfic.
Inflo mis mofletes de aire, arrugando el ceño porque esa era mi forma más tierna de decirle que: «No me da la puta gana.»
—¿Jung Kook de nuevo, no?
Tae Hyung esboza una de sus sonrisas tontas.
—Shi.
—Si te vuelvo un personaje, ¿me vas a dejar de joder con lo del Cypher? —murmuro, creando una mueca al rato.
No puedo creer que hablábamos de un estúpido fanfic que leerán solo tres personas.
Sonríe más, abrazándome con una alegría infantil hasta que salta Jung Kook a debatir la idea.
—¿Por qué él si y yo no? —frunce su boquita, la abulta—. ¡No es justo!
—¡Vale! Los pondré a los dos, así que dejen de molestarme. —E intento concentrarme en la aplicación.
Jung Kook encaja su rostro de tal forma que crea su sombra en sobre la pantalla.
—Quiero ship con Jimin-ssi. —Pica mi costilla.
—¡Eh! ¿Y conmigo? —Se queja Tae Hyung.
—Bueno —añade el maknae—, quiero a los dos.
—¡EH! —Exclamamos los dos.
—¿Qué? —Su sonrisa parece burlarse de nosotros—. ¿No puedo? Me gusta la hamburguesa con extra de queso.
—Jung Kook, soy quien escribe, haré lo que se me encanta y así debería ser para todos los escritores. No por nada luchamos contra la censura de ideas y exigimos ser nosotros mismos.
—Suga, Sugita —susurra Jung Kook—, ya no estamos dando conferencia en la ONU. Pero está bien, ponme dónde quieras.
—Creo que Jung Kook quiere que le pongas en cuatro... En el fanfic, digo.
Hice tremendo facepalm. —¡Váyanse de mi vista par de mamertos!
