°¿sᴇñᴏʀ ᴅɪᴀʙʟᴏ?°(ᴊɪᴋᴏᴏᴋ)

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Maratón 6/6

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–Se ha registrado un terremoto de 8,7 grados en la escala de Richter hace unas cuantas horas, dejando varios muertos y accidentados. Estos últimos estan siendo tratados con urgencia en los centros de salud más cercanos, en cuanto a la gente desaparecido, se estan enviando unidades de rescate para poder comenzar con la busqueda. Pedimos porfavor mantener la calma y obedecer lo que digan la Policía de su zona, en cuanto a los pequeños sismos estos son normales y son también conocidos como replicas los cuales vienen después de un terremoto. Esto ha sido todo, los mantendremos informados.– La radio fue apagada por la madre de Jungkook quien estaba sentada en el patio de la casa junto a su único hijo, por suerte su casa no se había derrumbado como otras pero la estructura estaba fallando por lo que era mejor mantenerse fuera de esta.

–Mamá ¿Por que suceden estas cosas? –Pregunto Jungkook bajando la mirada. Todo había sucedido demasiado rápido, su madre andaba fuera pero no tardo mucho en llegar y mientras ella lo hacía Jimin cuido de que nada lo lastimara. Este último intento volver a su mundo con Jungkook pero le fue imposible, era como si algo le impidiera regresar y sabía muy bien quien había causado aquello.

Para la suerte de Jimin en cuanto el terremoto se detuvo todo se estabilizó y probo que sus poderes ya funcionaban normalmente, se quedó con el menor quien no lo soltó en ningún momento, minutos después la madre de Jungkook llegó y el Diablo desapareció.

–Es porque Dios esta molesto con los seres humanos. Por eso debes ser un niño bueno para que Dios no te castigue. –Su madre apreto suavemente las mejillas de su hijo. Jungkook le sonrió apenas asintiendo, él sabía perfectamente que ya no era un niño bueno, eso paso desde el momento en que accedió a firmar aquel contrato con el Diablo.

–Claro mamá. Comprendo.–Jungkook miró hacia el cielo notando que estaba nublado, estaba siendo todo muy raro incluso para los expertos.

–Estas muy callado cariño, ¿Sucede algo? ¿Acaso estas preocupado por la chica que te gusta? –Su madre se burlo haciéndole cosquillas.–Tranquilo bebé, de seguro aquélla chica esta bien. Dios no dejara que la chica que le gusta a mi niño sufra algún accidente. –Sonrió ampliamente su madre para después mirar al cielo.

–No pasa nada mamá, no es por eso, solo pienso en toda la gente muerta, herida o desaparecida. Dios no debería castigar de esta manera a los seres humanos si se supone que nos quiere.–Jungkook llamó la atención de su madre, ambos se miraron y el menor prosiguió.–Mamá... ¿Algunas vez no has pensado en que tal vez Dios es el malo aquí y que tal vez el Diablo es mas bueno que él?– La madre de Jungkook miró seriamente a su hijo y se levantó rápidamente molesto.

–¡No digas estupideces Jeon Jungkook! Todas las cosas que has dicho son mentiras, Dios es la mejor persona que existió en la tierra y que ahora que esta en el cielo aun nos cuida y nos protege, como es posible que creas que el mismísimo demonio pueda superarlo, el Diablo es el ser más horrible y no quiero que lo vuelvas a mencionar ¡¿Quedó claro?!–La mujer estaba demasiado roja de lo enojada que estaba asustando al menor quien nervioso jugo con sus manos.

–Si madre, jamás lo mencionaré.–Murmuro Jungkook bajando la cabeza. Su madre minutos después se acercó a la casa para ver si era posible entrar para sacar algunas cosas.

Jungkook se quedó observando el suelo sin darse cuenta de que lágrimas abandonaban sus ojos lentamente, su vista comenzó a nublarse y en su mente solo estaba el rostro de Park Jimin, su sonrisa, su cabello y sus ojos, los ojos mas hermosos que alguna vez hubiera visto tan negros como la noche al igual que su suave cabello. Tal vez su madre le reclamara,golpeara y hasta castigara pero para el Park Jimin era la persona mas buena que podía existir y tal vez el debería reinar en vez de aquella persona que solo castigaba a los seres humanos.

Su preocupación creció demasiado al ponerse a pensar en que estaría pasando con Jimin, ¿Estaría bien? ¿Le habrá pasado algo?. Aquellas preguntas rondaban en su cabeza, ambas sin respuestas, necesitaba verlo pero no sabía como llamarlo. Se maldecía a si mismo ya que había pasado demasiado tiempo con él y jamás le había preguntado algo tan importante como lo es el llamarlo.

A lo lejos podía oír el canto de algunos religiosos los cuales habían estado predicando horas después del terremoto, muchas personas lo acompañaban incluso aquellas que no iban a la iglesia. Todo estaba demasiado extraño, algunos de ellos decían que aquel era el momento para aferrarse a la palabra de Dios y obviamente en un momento de caos hasta los menos creyentes comenzaban a creer si Dios era el "Único" que podía solucionar todo.

Su madre estaba en el interior de la casa, sacando una que otra cosa para poder pasar la noche fuera, tal vez irían al refugio de su barrio en el cual perfectamente caían todos si se acomodaban,aquello había sido una buena idea y felicitaba mentalmente al que la había tenido, fue un dinero muy bien invertido.

Jungkook se levantó de donde estaba y de pronto un chico de ojos grandes apareció frente a el, estaba vestido completamente de negro y lo miraba seriamente. Jungkook retrocedio unos pasos lentamente intentando que el chico frente a el no se diera cuenta aunque era prácticamente imposible que no lo notara, pero en la mente del pequeño no tan pequeño Jungkook, todo era posible.

El chico de ojos grandes sonrió levemente y se acercó con unos pocos pasos quedando a una distancia prudente, Jungkook estaba listo para gritar y hecharse correr pero las palabras de aquel chico con labios gruesos hicieron que Jungkook se quedará petrificado en el patio.

–Jimin... El esta en peligro.–

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Y terminó la maratón, quería decirles que falta muy poco para el final así que me voy y las dejo con la intriga.

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-Gabi♡