kagome

HAKUDOSHI

Apretó su mandíbula y su lanza con fuerza, ante lo que estaba viendo a solo unos metros de él. Kagome estaba sentada en lo que parecía ser su cama, y en su regazo tenia a ese cachorro kitsune, mientras acariciaba su cabeza y le tarareaba una canción para dormir

Estaba celoso y lo sabía, pero aun así, no le importaba. ¿Cómo es que ese kitsune podía tener una madre y el no? últimamente, había estado viendo en los diferentes pueblos por los que pasaba, como las hembras humanas trataban a sus hijos, al igual que los demonios con sus cachorros, y fue entonces cuando dentro de el comenzó a crecer el sentimiento de anhelo por una madre, y la única en que podía pensar era en la miko

Miro alrededor del campamento, y sonrió, los únicos que estaban ahí, eran el monje, la taijiya, el neko, el kitsune y kagome, en ningún lugar estaba el maldito perro de inuyasha. Con pasos decididos, comenzó a caminar adentrándose al campamento de ellos, alertándolos en el momento en que apareció de entre los arbustos

Miroku, sango y kirara se pusieron en modo de batalla. Kagome estaba aún sentada en su cama, algo shockeada por su repentina aparición y shippo estaba abrazando a kagome por el miedo que tenía en ese momento

Hakudoshi frunció el ceño, mientras sentía los celos y la envidia crecer en su interior. Sin una sola palabra, comenzó a caminar en dirección de kagome, ignorando totalmente, al monje, la taijiya y la neko. Al estar frente a kagome, tomo al kitsune por el cuello de su camisa y lo lazo aun lado, y antes de que pudieran comprender lo que estaba pasando, se dejó caer sobre el regazo de kagome, acurrucándose contra ella

"de ahora en adelante me cuidaras kagome"

Dicho eso, puso su cabeza contra su pecho y se relajó. Kagome parpadeo un poco, aun sin comprender totalmente lo que estaba pasando y miro a sus compañeros con una expresión de desconcierto, a lo que ellos negaron con la cabeza. Shippo quien habia aterrizado con seguridad, miro a hakudoshi con una mueca de molesta, tenía una idea de lo que estaba pasando y no estaba contento. Kagome era su mama, no de el

Soltando un ligero suspiro, no pudo contenerse de abrazar a hakudoshi. Ella misma sabía que tenía un instinto maternal muy fuerte, no podía quedarse quieta si un niño estaba en apuros o molesto, y el hecho de que hakudoshi tuviera la apariencia de un niño no estaba ayudando

Podía sentir su alegría y su entusiasmo en el momento en que lo había abrazado. Siempre se había preguntado si hakudoshi se comportaría de acuerdo a la apariencia que tenía, y en ese momento se dio cuenta que sí, el se comportaba de acuerdo a su apariencia, solo que en ciertos momentos. Por ejemplo en ese momento estaba dando a entender que el quería una madre

Comprendiendo que es lo que necesitaba en ese momento sus instintos maternales se hicieron cargo. Lo abrazo un poco más y con cuidado comenzó a acariciar su cabello mientras tarareaba una canción de cuna, que su madre le había mostrado

Si en ese momento no estuvieran los compañeros de kagome, abría llorado, pero se contuvo y solo se dedicó a disfrutar ese momento. Sinceramente había esperando que kagome intentara purificarlo o que al menos gritara y se asustara, pero estaba complacido por su repentina aceptación hacia el

Miroku y sango, miraron con ligero asombro, como kagome simplemente comenzó a arrullar a hakudoshi, su enemigo mortal, como si fuera su hijo. Kagome los miro ligeramente y les sonrió con disculpas, a lo que ellos negaron con la cabeza ligeramente divertidos. No sabían que estaba pasando, pero debían de suponer que ahora kagome tenía un aliado más. Inuyasha no estaría nada contento cuando volviera