Escenario 2

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Emparejamiento: Steve Rogers x OC (original character/ personaje original)

[Cómo se conocieron]

Una mujer joven, de tal vez poco más de veinte años, caminaba por las calles de Nueva York a paso tranquilo, puesto que ya había salido del trabajo y ahora se dirigía a su hogar. Dobló la esquina y se acomodó su bolso mientras veía dos bonitos puestos callejeros. Estuvo a punto de caminar hacia uno de ellos luego de ver que vendían pulseras y otros tantos objetos de decoración, cuando de repente se desató el caos.

Una explosión retumbó a unos metros y luego vino otra más cerca. Las personas comenzaron a gritar y correr en todas dirección, y por un momento la chica no supo como reaccionar. Subió la mirada y se estremeció al ver que unos seres asquerosos estaban descendiendo de un gigantesco hoyo negro en el cielo.

Tragó y de inmediato sus pies se movieron hacia al frente torpemente al mismo tiempo que intentaba buscar un refugio. Una persona chocó con ella y casi se tropieza; miró frenéticamente de izquierda a derecha y para su gran alivio vio en la calle opuesta una cafetería que seguía con las puertas abiertas y sus empleados parecían tratar de meter a la mayor cantidad de personas dentro.

Estaba cruzando la calle cuando por el rabillo del ojo vio un movimiento y se giró con el corazón golpeando con fuerza en su caja torácica. Allí, detrás de un automóvil volcado y llorando, estaba un niño que podría tener ocho años abrazando con terror el cuerpo pequeño de una niña inconsciente que aparentaba tener cinco.

Sin pensarlo demasiado, corrió hacia ellos rezando que nada malo ocurriera.

—Oye —jadeó con el tono más tranquilo que pudo tener—. Tendré que pedirte que vengas conmigo, ¿está bien? Vamos a cruzar la calle.

El chico la observó con miedo, pero aún así asintió rápido y trató de levantar a la niña. La mujer se apresuró a cargarla sobre su hombro izquierdo con cuidado y tomó con un agarre de hierro al niño. —No me sueltes —le ordenó seriamente y empezó a correr a toda velocidad hacia la cafetería.

Quizás faltaban unos cinco metros para llegar, pero repentinamente el camino fue bloqueado por uno de los alienígenas y la mujer retrocedió rápido con un grito de miedo. Puso al niño detrás de su espalda y tensó la mandíbula. —¡Aléjate! —masculló y apretó la mano del niño.

El monstruo dio un paso, a lo cual ella volvió a alejarse. La criatura gruñó con sus dientes filosos y sedientos de sangre antes de abalanzarse sobre ella.

Cerró los ojos con fuerza y se encogió en su lugar, esperando que el dolor apareciera.

Escuchó al niño gritar detrás y luego hubo un sonido sordo de algo impactando contra el concreto.

¿Qué...?

—¿Se encuentra bien señorita? —preguntó una voz suave y tuvo que obligarse a abrir los ojos.

Frente a ella, estaba un hombre rubio y alto con un traje peculiar de colores azul, rojo y blanco. La miraba con las cejas ligeramente fruncidas. La chica se quedó sin aliento por un segundo, tanto por la conmoción de haber sobrevivido como por estar en presencia de un hombre tan... hermoso. Asintió con un temblor perceptible.

—Refúgiese rápido con sus hijos —le ordenó gravemente.

—No son míos —susurró y vio la ligera sorpresa en los rasgos de él.

—Oh, discúlpeme entonces, señorita.

La mujer notó que él estaba a punto de irse, por lo que se apresuró a preguntarle:

—¿Quién eres?

El hombre se volteó hacia ella mientras el sudor y la sangre le recorría por toda la cara. —Soy el Capitan América —le dijo y sus ojos recorrieron cada centímetro de la cara de ella. Un brillo se reflejó en aquella mirada azulada—. ¿Y usted, señorita?

La veinteañera le dio su nombre y él esbozó una sonrisa pequeña mientras alrededor de ellos reinaba el caos de la batalla. El corazón de la mujer se aceleró, pero ya no por miedo, sino debido a algo más...

—Es un placer conocerla.

Y ahí fue como todo comenzó.

ONE SHOTS | MARVELWhere stories live. Discover now