Apariciones celestiales en Tenayuca

desgarrado de arriba abajo la bóveda del cielo

Salio a la calle, y se dirigió a la estación de metrobús, vivir en esta ciudad nos acostumbra a no ver a las personas que pasan a tu lado o comparten contigo el transporte público, no obstante dos personas que pasaron junto a el no fueron desapercibidas, eran dos hombres, vestían traje negro, quienes abordaron la misma unidad que Ian, no tenían pinta de ser nacionales, paisanos pues, ya que impresionaba su altura de mas de un metro noventa y su delgadez hacia parecer que alargaban mas sus figuras, voltearon a ver al chico, el no descifro ni su mirada ni el color de sus ojos porque ambos tenían puestas unas gafas oscuras, después de ver al muchacho, tomaron sus asientos y le dieron la espalda

El gris y tibio crepúsculo de octubre había descendido sobre la ciudad, Ian estaba viajando en el metrobús, mirando fijamente a la cámara de seguridad del transporte que a su vez lo ve a el, a todos, mientras los graba, una voz robótica que emergía de las bocinas anunciaba próxima estación Júpiter, se percato que faltaban pocas estaciones para llegar a su destino, se asomo por la ventana, leía los nombres de los comercios que hay sobre calzada Vallejo, Aluminio y metales Socorro, Hotel Chamizal, Chatos Beer, la mayoría de esos comercios mostraban las cortinas cerradas por el descanso del puente.

La voz robótica anuncia llegando a. . . . . Júpiter.

En esa estación descendieron la mayoría de los pasajeros, junto a ellos también descendieron los hombres de negro, el metrobús continúo su recorrido, paso por otras tres estaciones, para matar el tiempo, Ian seguía leyendo los nombres de los comercios,

Modelorama, Guardería Miguelito, en eso mientras leía un rotulo que decía tres meses sin intereses, compra seguro, !no corras riesgos!, esta ultima frase pensó que se estaba refiriendo a el, no corras riesgos, creyó que era una señal, para no ir a la cita con Kevin y Brayan, no corras riesgos, estuvo tentado un rato por la idea de dejar plantados a los otros dos y mejor regresarse, pero no lo hizo, no se bajo del transporte, siguió sentado viendo que en cada estación había menos pasajeros, la voz robótica femenina anunciaba próxima estación el Lugar amurallado, ultima estación del recorrido, ninguna persona debe permanecer a bordo.

Salio del transporte y luego de la estación, atravesó la avenida principal y llego a un camino empedrado que lo llevaría a la zona arqueológica, se detuvo afuera de los abarrotes el Güero para sacar su celular y les mando un mensaje a sus amigos de que ya estaba por llegar.

Después de mandar el mensaje, siguió caminando y después de pasar por el templo de san Bartolo al fin arribo a la plaza Wichita el punto de reunión que habían acordado Kevin , Brayan y el con anterioridad.

Había llegado temprano, vio que Kevin y Brayan no serian puntuales, vio que todo resultaba muy callado y melancólico, había poca gente en la plaza, una pareja fajando recargados en un árbol, y aproximadamente unos ocho teporochos

reunidos cerca del kiosco, luego se convirtieron en seis, dos tomaron rumbo a la avenida, Ian guardo distancia de ellos y se acerco a la estatua de un indio Wichita, el cual tenia una placa con una inscripción Wichita Kansas EU., el honorable ayuntamiento de tlane dedica esta escultura a Kansas ciudad hermana del pueblo que se encuentra en medio de la tierra 1973.

Cerca de la puerta de ascenso del micro se hallaban sentadas dos mujeres obsesas con vestidos, una de ellas tenía un niño sobre las rodillas, en un alto subió una señora extraña, era de complexión delgada, de tez apiñonada, frente mediana, de cejas escasas, le faltaban los dientes inferiores y usaba dentadura postiza en los dientes superiores. -Me permiten que me siente pregunto la señora a los chicos, cuando Brian la volteo a ver para decirle que si, a la señora le brillaron los ojos misteriosamente, los muchachos tuvieron que hacerle un sitio, Kevin se puso a pendejear con su cel, en tanto que Brian se asomo por la ventana y de repente, la luz del sol disminuyo sin que a primera vista, se debiera a la acción de ninguna nube.