Capitulo VIII

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—Lalisa, ¿quieres ser mi esposa?

Esta era la quinta o sexta vez que practicaba su propuesta de matrimonio, donde la pregunta ya estaba tatuada en su mente y en sus labios que salía de una forma tan natural que automáticamente aquellas cinco palabras eran liberadas sin esfuerzo. Taehyung jamás se imaginó en una situación así, preparándose para pedir oficialmente la mano de alguien, era como una película: donde ellos dos eran los protagonistas, donde el podía imaginar tan solo durante unos minutos que no había ningún tipo de herencia de por medio.

—Parece que estoy leyendo un monólogo, sueno ridículo ¿verdad?

Su despreocupado y sonriente amigo disfrutaba de su extraño e inusual comportamiento. Taehyung lo miró con ojos afilados, esto era demasiado osado para su tímido amigo.

—Eh hombre, no me mires así, es tu culpa —dijo—, Lisa es quien ha logrado ponerte así.

Jimin soltó una risa divertida acompañada de un ligero rubor en sus mejillas. La diferencia de edades era notable, sin embargo, no evitaba que estos dos individuos formaran una extraña aunque elegante y sincera amistad. El joven Park aún se encontraba en sus estudios universitarios y gracias a que iba a mitad de su carrera en relaciones internacionales podía permitirse trabajar  al lado de Taehyung.

—No entiendo a que te refieres.

—Te haces el desentendido, la doctora de mi edificio nos ha dado talleres sobre como aprender a interactuar con los usuarios dependiendo su personalidad, y créeme que tú no eres así...

Jimin volvía a sonreír mientras achicaba los ojos, el joven frente a él solo lo ignoraba y continuaba en lo suyo. Tenía que arreglar algunos detalles de su peinado y sus accesorios, porque Taehyung podría olvidar todo menos como vestirse bien.

—Dime algo, si realmente no te importara no estarías tan nervioso como ahora, ¿me equivoco? —Taehyung colocaba un poco de su loción en su cuello, mientras veía a su amigo por el espejo frente a él.

—Nunca dije que no me importara, solo es algo que debo hacer para no decepcionar a Lisa.

—Claro, ahora Lisa es importante para ti —le recordó.

El menor se acercó al mueble que tenía Taehyung al lado de su cama, sobre este tenía el primer ultrasonido de Lisa, aún podía recordar como su mejor amigo le había llamado para contarle que el bebé estaba sano, la emoción oculta de V era tan obvia que aún provocaba leves sonrisas en él. Volvió a dejar el sobre en su lugar para observar a su elegante compañero.

—Taehyung, ¿has pensado que pasará después del contrato? —El chico por su parte, seguía arreglando el cuello de su camisa mientras negaba lentamente aun dándole la espalda—. En ese caso, imagino que estás consciente de que una vez terminado el absurdo contrato que tienes con la madre de tu hijo, ella se irá para siempre de tu lado.

— ¿De qué estas hablando? —Volteó, su rostro se notaba levemente alterado.

—Hablo de que algo ha cambiado y  tú eres el único que no se ha dado cuenta —la seguridad de sus palabras taladraba su cabeza, aún era muy pronto para pensar en el futuro.

—Bien, ya estoy listo, vamos a ver si Lisa está preparada para irnos.

Taehyung se apresuró a salir por el cuarto mientras que Jimin rodaba los ojos y soltaba un suspiro, no tenía caso, pues cuando su amigo se ponía así era porque realmente no quería seguir hablando del tema hasta el punto de enfadarse con ese alguien que siguiera insistiendo, así que prefería no insistir y ahorrarse una absurda discusión.

—Lisa, estoy listo.

Tocó la puerta firmemente para captar la atención de su compañera, quien se encontraba del otro lado de la puerta: — ¡Un momento!

Jimin sonrió mientras se acercaba al oído de Tae para susurrarle un "los veo abajo", ya que el quería darles toda laprivacidad que pudieran tener, definitivamente el pequeño Park tenia todas las esperanzas en ellos dos.

Lisa había abierto la puerta unos veinte segundos después de que Jimin bajara, Taehyung volteó para preguntarle sobre algo, pero quedó impresionado al verla tan endemoniadamente hermosa y perfecta, llevaba un vestido color beige que el mismo le había regalado para esta ocasión. Para su peinado, lo había dejado rizado y suelto tal como a él le encantaba y es que, en tan poco tiempo, no se habían dado cuenta que empezaban a hacer cosas que a su pareja le gustaba, a pesar de no ser realmente una pareja.

Taehyung recorrió su vista hacia las largas piernas de Lisa y aclaró su garganta volviendo su vista hacia el ventanal, estaba sorprendido.

—Estoy lista, ¿vamos?

Lisa buscó la mirada de Tae, pero este intentaba evitarla, sin embargo, él le había tendido su mano logrando un pequeño sobresalto en su lugar por tan repentina actitud. Hasta el momento, Lisa no recordaba si en algún momento Taehyung y ella se habían tomado de las manos como ahora, parecía demasiado aferrado.

—Luces perfecta.

Taehyung y ella bajaron por las escaleras, en ningún momento él la había soltado, pero aun sonriendo ella le respondió.

—Gra–gracias Tae... —

Jimin no estaba en la sala, así que intuyeron que estaría afuera en el auto esperándolos. Caminaron hacia el auto estacionado para poder entrar, Taehyung podía observar en el espejo retrovisor la sonrisa socarrona de su amigo, mientras que este rodaba los ojos.

—Andando Park, el auto no va a moverse solo.

Jimin era un chico de bastante curioso, extrovertido y apasionado, si había algo que nunca pasaba desapercibido para él, eran las inseguridades que Taehyung solía demostrar, aunque las negara.




— ¿Lalisa Manoban, ¿qué tienes que decir?

Las cámaras y el publico apuntaban directamente a ella, jamás imaginó que tendría que estar parada frente a tantas personas con el hombre a quien conoció desde la infancia arrodillado frente a ella. Aunque el le dijo que jamás haría algo como eso, ahí estaba él, frente a ella.

Internamente la rubia se preguntaba si lo hacía únicamente porque quería quedar bien ante el público, porque de verdad era una muy buena actuación, es decir estar arrodillado ya era demasiado imposible de creer hablando de Kim Taehyung. Los tormentos de la joven madre crecían dentro de ella y no es que no quisiera pensar algo positivo sobre él pero por más que intentaba, no encontraba nada que pudiera respaldar la empatia de su jefe.

Lisa sabía que a ella le había permitido acceder a su vida porque no tuvo más remedio, su madre había sido quien la había presentado en su casa, pero tampoco habían tenido una estrecha relación, sin embargo, ella no podía negar que se sentía levemente atraída por él imponente hombre que ahora se veía tan frágil frente a ella, con esos brillantes y decididos ojos.

— ¿Lisa? —Pudo escuchar un hilo de voz del hombre frente suyo, su voz la había hecho regresar a la realidad poniéndose levemente sonrojada por haber desvariado durante mucho tiempo frente a todos y frente a él. Ridícula, pensó, era la única palabra que encontraba.

—Pe-perdón... Si, quiero ser tu esposa.

Taehyung se levantó elegantemente para retirar el anillo de la caja mientras que delicadamente tomaba la delgada y tibia mano de Lisa, colocó la sortija mientras el público aplaudía y murmuraba, pero no faltaban los gritos eufóricos de felicidad por la próxima boda, estaba segura que sería todo un espectáculo que se encargarían de cubrir por todos los medios posibles. 

Su ahora prometido se acercó a ella para depositar un suave beso en su mejilla, Lisa por su parte no se esperaba para nada algún tipo de gesto amoroso, sin embargo, no parecía disgustarle o afectarle mucho. 

La pareja recién comprometida posaba frente a las cámaras sonrientes, internamente no es como si les costara mucho el aparentar algo por lo que no estaban convencidos, después de todo, ambos ya estaban seguros y conscientes de lo pasaría en un futuro: se casarían y tendrían un hijo. 

Serendipia \\ kth + llmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora