El cepillo de dientes.

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(capitulo completo)


..."Vive la vida con quien te de vida"...

—Frida Kahlo






—Quiero que lleves tu cepillo de dientes a mi departamento— me gire hacia la puerta de la cocina ¿qué dijo?

—¿Qué? — escuche perfectamente lo que dijo, pero no le veía ningún propósito a su petición, ¿y si se cayó de la cama o en la ducha y no escuche?

—Que quiero que lleves tu cepillo de dientes a mi departamento— repitió lentamente, al mismo tiempo que se acerca a mi lugar para dejar el plato en el fregadero detrás mío.

—Eso si lo escuche bobo, pero no entiendo ¿para qué? — mi vista seguía clavada en sus movimientos.

—De eso teníamos que hablar— se apoyó su trasero en la isla justo en medio de la cocina

—¿Estás queriendo decir que eso era lo "muy importante" que querías hablar? —lo rete con mi tono de voz, si estaba disgustada casi me da un infarto por su chistecito de mal gusto.

—No Gen, no me estás entendiendo— sus manos se situaron a los costados de mi cadera, termine de enjabonar los platos para después abrir el grifo.

—Pues entonces explícate. — sin darme infartos cabeza de chorlito, estoy demasiado estresada con este maldito sartén que no se le quita le estúpida grasa de mie...

—Quiero que te vengas a vivir a mi departamento. — Me rindo, lo dejare remojando...esperen un momento ¿que acaba de decir?

—No crees que está haciendo muy rápido, apenas estamos comenzando la relación. Si queremos que esto funcione debemos tomarnos nuestro tiempo— seque mis manos, para girarme hacia él, su vista se clavó por completo en mis ojos.

—Quizás si deberíamos tomar un tiempo, pero el maldito problema es que ya no quiero, ya no puedo estar sin ti, quiero despertar todos los días a tu lado, quiero provocar tus risas, quiero secar tus lágrimas cuando llores por tus estúpidas películas románticas, quiero estar siempre ahí sólo para ti...—su mano se sitúa en mi mejilla, odiaba que las personas se volvieran dependientes de otras, por todos los astros cuanto lo odiaba.


¿Entonces porque siento que floto por sus palabras?



—Realmente te has vuelto loco Hadrien — Solté tartamudeando un poco. Esta situación se está saliendo de las manos y Hadrien está muy cerca, así no se puede pensar.

—Sabes que estoy loco, pero por ti nena. — beso mi mejilla y volvió a tomar un poco de distancia, este hombre no conocía el respeto al espacio personal.

—Esta semana pague el alquiler...— paso sus ojos por mi rostro como si buscara algo en él.

—¿buscas excusas? — afirmo, soltando un pesado suspiro y me soltó. ¡genial ahora si tiene respeto por el espacio personal!, noten mi sarcasmo.

—Hadrien es demasiado pronto, cada uno está acostumbrado a estar solo en su departamento con privacidad — hice especial énfasis en la última palabra.

— Tienes razón, lo siento. Yo no quiero obligarte a nada, iré a tu tiempo. — soltó finalmente para salir de la cocina, pero siendo sinceros ¿cómo se vería mi cepillo de dientes en su baño?

Regrese a mi labor con los trastes, descargue todos los sentimientos que podía tener en este instante en el maldito sartén y es una gran terapia.

—Hadrien, Hadrien — lo llame, caminando por el pasillo dirigiéndome hacia mi habitación, tarde una hora lavando trastes y la licuadora unas dos veces para repasar su propuesta, pésima idea por que mi pobre dedo salió pincho en las dos ocasiones.

Salió de la puerta del baño totalmente vestido y con sus zapatos puestos.

—Utilice tu cepillo de dientes— soltó, siguiendo su camino hacia la sala de estar — espero y no te enoje la invasión de espacio personal — ¡genial ahora leía las mentes! — creo que quizás deberíamos tener un cepillo de dientes en cada departamento, así como dos toallas, dos camas totalmente separadas. Ya sabes darnos nuestro espacio, lo común en las parejas. — su tono enfadado me irritaba por completo, pero en esta discusión absurda debía caber cordura entre uno de nosotros dos. Así que cuando giro su rostro hacia mí, tome sus mejillas en mis manos y lo bese.

Pero claro estamos hablando de Hadrien Martin enojado señoras y señores, el cual se retiró, rompiendo por completo nuestro maravilloso beso.

— Quiero estar contigo

— No se nota...— rodo los ojos, alejándose aún más de mí.

— ¡Joder!, claro que es lo que mas quiero en este momento— al diablo, la cordura.

— Entonces, ¿Qué te detiene?, los dos queremos esto y podem...

— ¡Tengo miedo! — explote. No literal, obviamente. Pero deje mi gran temor hacerse notar. — tengo miedo, de que te des cuenta que no soy tan "increíble" como tú lo piensas, de que te canses de esto, de nosotros e involucrarme aún más con esta situación— movía mis brazos explicándole mis puntos, su cara de desentendimiento me hacia sentir aun mas ansiosa, por alguna razón.

— ¿involucrarte? — se acercó con paso firme, su ceño fruncido no lo abandonada, así como sus labios entreabiertos. Su mano derecha fue directamente a mi nuca acercando mi rostro a sus labios, los cuales por fin descansaron  en la coronilla de mi cabeza — Mi amor estamos lo suficientemente involucrados en esto. Ya no estas mas sola, mucho menos en esto, en nosotros, los dos juntos ¿lo entiendes?, jamás estarás de nuevo sola.




...Oh mi amor, no sabes lo equivocado que estas.




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