Remordimiento

96 8 0
                                    

La chica paró por unos segundos para luego ver como todos los que eran sus compañeros tanto de lucha como los de clase de ambos tiempos la seguían, dio la vuelta y siguió con su trayecto hasta entrar al pequeño pero caro y lujoso negocio, solo vio cierto personal pero que ya conocía en su tiempo.

- sere breve, vengo del pasado, no se quien soy en este tiempo y solo quiero ver a mis padres - hablo rápido debido a su urgencia, en ese momento sus compañeros inundaron el lugar.

- ¿Dupain? - pregunto una chica castaña de ojos verdes a quien reconoció como Abby.

- si - respondió, los demas solo les negaban con la cabeza.

- lo siento murieron hace tiempo - dijo una mujer de 38 años rubia con ojos celestes.

- ¿que dices Gloria? - aquella noticia derrumbó el mundo de Marinette.

- lo siento mucho enserio - la Cheng solo bajo el rostro y se quedo callada, sus cabellos empezaban a degradarse y el cansancio empezó a hacerse presente. Ella solo se dio vuelta viendo al Adrien adulto.

- Marinette y...yo - no lo quiso escuchar y salio corriendo - ¡MARINETTE ESPERA! - grito para acto seguido salir corriendo tras ella.

Los demás los seguían, el cabello rubio comenzaba a apoderarse cada vez más, sus pestañas y cejas también cambiaron de color y con ello sus ojos empezaron a tornarse verdes. No le importo y siguio corriendo ignorando el sueño cancino que se apoderaba de ella, cuando finalmente llego a un callejos sin salida el cansancio pudo más haciéndola caer de rodillas, justo en ese momento llegó Mirai con el resto. Ella se levanto para finalmente encararlo.

- por eso todo el misterio ¿verdad? En este tiempo estoy muerta y no tengo nada - espeto ella con sus ojos derramando lágrimas - y...y lo peor de todo es que todos ustedes sabían y ninguno se atrevió a decírmelo - alteraciones, bipolaridad e ira; tenia de todo en ese momento, no sabia como tomarselo, aquella repentina información le habia caido como balde de agua fría.

Las cintas que mantenían sus moños se reventaron soltando un cabello dorado tan largo que le llegaba un poco abajo del trasero, se sostuvo de una barra metálica que había incrustada en la pared, llevo una mano en su pecho el cual brillaba en verde con una abruma negra.

El minino adulto se acercó a ella, las piernas de la muchacha empezaban a temblar. Ella lo miró con sus ojos verdes los cuales estaban vidriosos. En su mirada solo veía: dolor, decepción, sufrimiento, soledad e ira en una sola mirada. Tragó saliva fuertemente y se empezó a acercar más, Marinette esquivo el contacto con el Agreste adulto y salio corriendo nuevamente pero estando más lejos decayó en el sueldo tomando su pecho y jadeando de cansancio. Intento vanamente levantarse pero no tenia fuerzas como cuando un pollito bebé empieza a agonizar. Luchaba por no dormirse y solo se quedaba en el suelo tirada, estaba muy apartada de la muchedumbre, lo suficiente para que nadie la encontrara o la escuchara llorar. No pudo más y empezó a llorar, su vida era un fracaso según ella, ni siquiera existía y el amor de su vida estaba casado con alguien más. La lluvia se empezó a ser presente haciendo que las gotas se confundieran con sus lágrimas, Tikki inútilmente intentaba animarla.

- Vamos Marinette, mira que existe Ladybug - la pequeña Kwami siempre estuvo con ella pero se mantenía oculta de los demás y salia a comer sin que la notaran, numerosas veces castigaron a Hugo, Emma, Louis y Débora pensando que ellos eran los que se comían las galletas.

- T...Tikki ¿no lo entiendes? En este tiempo tu portadora es otra, yo estoy muerta Tikki, no tengo nada ¿me oyes? ¡NADA! solo dejame morir aquí - la pequeña la entendía, sabia que su portadora estaba destrozada y no rechisto palabra, solamente se escondió en la chaqueta de la muchacha a llorar también.

La vida no es fácil. Where stories live. Discover now