20 «Sokovia»

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Kira no tenía idea de cuánto tiempo llevaban en el quinjet, pero tampoco quería saber. No quería siquiera llegar a Sokovia, pues estaba más que consiente de que en esta ocasión, al enfrentarse a Ultrón, sería la última batalla. Se jugaba todo o nada. Y ella, por muchas ganas que tuviera de hacer lo correcto, de salvar personas, su prioridad son sus hermanos.

Sabe que Ultrón ha construido un ejército de robots, podía apostar que el vibranium que él robó —con ayuda de ella y de sus hermanos— era para ese ejército y para él también. Ultrón quería hacerse una armadura tan resistente para que nadie lo detuviese; ya la consiguió.

Kira cerró los ojos para buscar serenarse un poco, intentando calmar sus nervios, su miedo. Ella seguía sentada al costado derecho de Clint, con la cabeza apoyada en el hombro del Vengador, así que hizo todo lo posible para regular su respiración sin hacerlo tan notorio. Sí Clint la veía así, seguro la cuestionaría, y ella no quería revelar sus miedos. No frente a sus hermanos, quienes parecían estar más decididos a acabar con Ultrón, que ella misma.

La mano de Clint apretó la de ella, eso la alertó, abrió los ojos en el momento justo que Barton ponía su otra mano sobre la mejilla de ella, buscando atraer su atención.

— ¿Todo bien? — le susurró él, con cierto toque de preocupación en la voz. Kira levantó ligeramente su cabeza para verlo y asintió — Estás temblando.

Kira maldijo internamente. Soltó un suspiro y volvió a apoyarse en el hombro de Clint. En un intento de distraerlo y hacerlo olvidar el tema, ella abrazó el brazo de Clint, pegándolo más a su cuerpo. Hacía bastante que no se aferraba de esa manera a alguien. Ni con Grant lo había hecho, y estaba segura que tampoco con ningún otro ser humano ajeno a su familia.

Clint Barton es el primero.

El vengador detectó la repentina muestra de afecto como una táctica de distracción. Las conocía todas y esta era la más básica. No obstante, se permitió dejarlo pasar, pues solo así lograba conseguirse uno que otro cariño por parte de la platinada.

Sí Natasha estuviera ahí con ellos, seguro estaría burlándose de él.

«¿Mendigando amor, Barton?» es lo más probable a lo que ella le diría.

Y Clint estaba seguro de que él respondería con la grosería del dedo medio, y después los dos se soltarían a reír en grandes carcajadas.

Pero Natasha no estaba ahí.

El simple recordatorio le bajó los ánimos a Barton.

«Aguanta un poco más, Nat. Ya vamos por ti» pensó; soltó un gran suspiro y se aferró también a Kira Maximoff, prometiéndose a sí mismo que con ella no repetiría el mismo error que con Natasha.

A Kira no la dejaría a merced del enemigo. A Kira no le tocarían siquiera alguno de sus cabellos platinados.

•••

«Viernes» el nuevo sistema operativo de Iron Man anunció la llegada al destino final. Sokovia.

Todos los sujetos abordo del quinjet levantaron sus cabezas y enfocaron su mirada en el gran cristal principal del vehículo para poder ver la ciudad.

«Parece estar como siempre» comentó Wanda, metiéndose de nuevo en la mente de sus hermanos.

Los tres intercambiaron miradas por un instante y luego volvieron a enfocarse en el gran cristal.

Viernes anunció sobre la inmensa fuente de energía situada en el centro de la ciudad, donde justamente también está una gran parte del vibranium.

FALLEN ANGEL » CLINT BARTON.Where stories live. Discover now