Alicia en el País de la Mitología

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*** Un pequeño ejercicio de clase que consistía en cambiar un cuento clásico para hacer un cómic. El cuento lo tomé de internet, modificando lo necesario, así que la redacción y narrativa no son en realidad mías. Imagen de Laura Salva, tomada de https://www.seresmitologicos.net/acuaticos/sirena/  ***

Esta era una sirena de nombre Alicia, de cabellos rubios como el sol y muy curiosa, que una tarde de verano decidió dar un paseo por el bosque de coral como le era acostumbrado. Después de mucho nadar, Alicia se sentó a descansar en un montón de rocas en terreno abierto. Tras unos pocos segundos, sintió un golpeteo en sus caderas; al levantarse notó una pequeña concha vacía.

"¿Qué acaba de-" antes de poder terminar la frase, dos pequeños ojos saltones aparecieron en la punta del espiral.

"A un lado, niña. Tengo prisa" Habló, Alicia retrocedió asustada mientras aquél extraño caparazón comenzaba a "nadar".

"Qué tarde es. No lograré llegar a tiempo" repetía la concha, alejándose a gran velocidad de la chica.

"E-Espera" habló Alicia para comenzar a seguirla. Y, tras unos minutos, el caparazón se perdió en una cueva en la pared de una gruta.

Sin pensarlo dos veces, Alicia continuó nadando hacia el interior de la cueva, cruzando un estrecho túnel donde, gradualmente, el nivel del agua bajaba. Al final de éste, se encontró con una pequeña estancia de techo alto, con poca agua y puertas sobre ella. En aquel lugar, bajo y en la superficie se encontraba una mesa de dos pisos repleta de manjares y postres deliciosos, y en una de sus esquinas, se encontraba una pequeña alga con varias flores azuladas y, en una de sus hojas, la frase "Bébeme" escrita.

Alicia dudó por unos instantes, confundida por aquél mensaje, pero finalmente, terminó por arrancar una de las flores, en su interior tenía un líquido púrpura que se bebió de un golpe. La flor se adhirió a su boca, simulando una pequeña máscara, mientras el cuerpo de Alicia se elevaba, saliendo del agua por completo. Sorprendida notó que podía respirar y "nadar" en el aire con gran facilidad.

Acercándose a la superficie del segundo piso de la mesa, notó una brillante llavecita azul. Ahora solo necesitaba una puerta para poder utilizar aquella llave, así que se dispuso a recorrer el espacio carente de agua.

La gran cantidad de puertas confundió a la chica, en uno de los rincones con un llamativo marco plateado y madera teñida de azul con un estilo muy similar al de la llave. Al cruzar encontró un claro del bosque donde se encontraba una mesa alargada. Alrededor de aquella mesa compartían espacio un grupo de seres muy extraños: una dríada, un genio y un minotauro; pero entre ellos, también se hallaba la extraña concha.

Alicia se acercó, "Ah" habló la concha "Llegas justo a tiempo, mi querida niña".

"Es hora del té" habló la dríada, invitando a la sirena a sentarse.

"¿Qué está pasando?" preguntó confundida, el genio sonrió mientras le servía una taza de té; el minotauro comenzó a reír y nadie respondió. Un sonido en los arbustos distrajo a Alicia, más allá de la mesa se encontraban un grupo de duendes. Se dedicaban a pintar de un color rojo vibrante los champiñones cafés.

"No vayas, niña" ignorando las advertencias de la concha, Alicia se acercó al curioso trío.

"¿Por qué pintan los champiñones?"

"La reina así lo ha ordenado" dijeron al mismo tiempo los duendes cuando Alicia les preguntó.

Un fuerte ruido cercano, seguido de un jadeo de sorpresa sobresaltó a Alicia. Los duendes se alejaron del champiñón, con una breve inclinación recibieron a una gorgona imponente que se acercaba molesta.

"¡¿Una naga!?" siseó mirando a Alicia.

"¿Una q-?"

"NO ME RESPONDAS" gritó. "Aquí no hay lugar para ambas" acercó sus manos a los lentes que cubrían sus ojos y a la bella flor que detenía a las serpientes en su cabeza.



Pequeñas historias sin soluciónWhere stories live. Discover now