Jeon JeonGguk

3 0 0
                                    

¿Extraño mi vida? No realmente, pero, si debo ser sincero, no recuerdo bien el momento en que la perdí.

Recuerdo, vagamente, presión, un sentimiento curioso que no sé bien cómo explicar sin quedar en un centro incierto, pues no estoy poniendo las manos al fuego por nada, pocas son las certezas que sé más allá de mi indiferencia, conozco mi nombre, mi rostro, y una voz que repite insaciable la misma palabra, ahogándome, sepultándome violentamente en ella infinidad de veces.

Perfección.

Perfección.

Perfección.

PERFECCIÓN.

Que hastío. En realidad, son muchas voces, voces femeninas y masculinas, aniñadas y adultas, algunas más iracundas que otras, todas igual de irritantes, todas persiguiendo el objetivo de la primera, objetivo tan viejo que ya nadie sabe cuál era, mucho menos yo.

Algunas eran de lo que recuerdo sin mayor emoción como mi familia.

Algunas de compañeros.

Algunas son fantasmas que retumba en mi mente como recuerdos que no puedo encontrar, como un eco perdido que rompe mi interior hacia afuera, sin voces que buscan azotarme contra el fondo del cuarto para tomar lo que queda de mis huesos y llevárselos como una paga por algo que desconozco.

No funciona.

Al igual que su intención con esa palabra.

¿Qué es la perfección? ¿Qué debe ser perfecto?

En vida me lo pregunté muchas veces.

Y llegaba siempre a la misma conclusión: yo.

Yo debía ser perfecto, yo debía ser mejor que todos, yo debía pisotear con la suela sucia de mis zapatos costosos cualquier idea que me alejara de la perfección, cualquier persona que me agarrara de la mano para alejarme de la meta, esa meta que siempreera igual y siempre parecía lejana para todos.

"Perfecto".

Una y otra vez. ¿Lo hice bien? No sé por cuánto tiempo viví para serlo.

No recuerdo a cuántos ojos vi con desdén para armar una escalera como si fueran cadáveres los que me alzaban en la asquerosa y placentera victoria.

Yo lo hice todo.

¿¡Por qué terminé así entonces!?

¡Yo era perfecto!

¡Mis calificaciones, mis pertenencias, mis relaciones, mi voz, mi cuerpo, mi rostro, mis palabras!

Recuerdo todo, todo era tan perfecto. Mis emociones eras todo lo que deseaba sentir, ¿a caso mi sonrisa era falsa? ¿cómo puedo saber si una sonrisa es falsa cuando es igual a la qie usé toda mi vida? 

¿Soy una mala persona?

¿Soy perfecto?

Me di cuenta muy tarde de muchas cosas.

Escuche una voz rota que me gritaba una vez más.

Una voz egoísta, que hacía un eco espantoso entre las paredes infinitas en la que me encontraba a oscuras; una voz  altanera, desafiante, que me hablaba desde arriba como si yo fuera escoria. Una voz que escocía en mis oídos, una voz que... Oh, sí, era mi voz. Era mía. Ese era yo. Ahora sólo soy un sombra que no pertenece a ningún lugar, y que atormenta a quienes buscaron mi mismo que yo.

¿Eres tú una de esas personas?

Lamento ser tu demonio ahora, lamento que te veas reflejado en mi, tanto como para arrastrarme como a tu propia sombra.

Pero ahora, ¿qué?

No recuerdo nada más.

No tengo nada.

No soy nada.

Ahora soy sólo un vagabundo sin edad ni pares. Sin compañía. ¿Te vas a convertir en esa compañía? ¿Serás como yo?

.
.
.
¿Eres perfecto? Dime, ¿qué harás para serlo?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 05, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

FatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora