CAPITULO 4

849 82 19
                                    

(ANA)


-Bebesitaaaaa

-Karol, ¿tienes que hacer eso cada vez que me saludes delante de mucha gente? – dije abrazando a mi amiga y cogiéndole una de las maletas.

-Sí, es divertido.

-No lo es.

-Sí lo es, te pones roja y eso es divertido.

-No lo hago.

-Sí lo haces.


Y con ese bucle nos montamos en el uber camino a casa. Algún día dejaríamos de comportarnos como dos niñas chicas, pero ese día no era hoy.


-Bueno Anita, cuéntame, ¿cómo te ha ido por aquí? ¿sabes ya cuales son los mejores bares de copas? ¿has conocido a alguien interesante? ¿has ligado? – empezó a disparar la rubia en cuanto llegamos al piso.

-Karol- dije incrédula.

- ¿Qué?

-Que llevo aquí un día y medio.

-Suficiente para tener respuestas a todas mis preguntas, ¿qué has hecho entonces en este día y medio? – dijo remarcando la última parte.

-Deshacer maletas, comprar muebles, colocarlos y repasar los informes.

-Me ha entrado sueño y, créeme, no es por el viaje- bromeó.

-Idiota- dije riendo – pero mira, tengo una buena noticia para ti.

-Has comprado vino para darme la bienvenida.

-No. Bueno, sí he comprado – me apresuré a decir cuando vi a mi amiga ya con la chaqueta puesta- pero es otra buena noticia.

- ¿Mejor que el vino? - dijo pensativa- ¡TEQUILA!

-No te gusta el tequila.

-Lo sé, estaba poniéndote a prueba, quería saber si seguías recordando mis gustos- fingió dramatismo.

- ¡UN DÍA Y MEDIO!

-Ya ya- dijo riendo- anda, cuéntame, la noticia.

-Ah sí- ya se me había olvidado- ayer me crucé con un amigo de la infancia y quedé en llamarle hoy para tomarnos algo. Comento algo de un bar que me va a encantar, asi que confío en que nos va a enseñar los mejores sitios de aquí.

-Eso es genial amiga, ¿cómo se llama?

-Agoney, seguramente te haya enseñado alguna vez una foto en la que sale, en La Laguna estábamos siempre juntos. Y, antes de que preguntes, es gay- dije enseñándole la foto que tenía el chico en whatsapp.

-Joder, es guapísimo.

-Y gay- insistí.

-Ya, me ha quedado claro- dijo resignada- ¿no tiene una hermana?

-No- dije riendo- además, ¿qué te hace pensar que si tuviese una hermana no habría tenido algo con ella ya?

-Compartir es vivir Anita.

-Eres imposible.


Deshicimos las maletas de Karol entre risas. No se lo iba a confesar, pero la verdad es que tenía ganas ya de tenerla aquí conmigo.


Pedimos algo de comer mientras le contaba a mi amiga las conclusiones que había sacado anoche sobre el caso y estuvimos toda la tarde preparando los primeros pasos a seguir. Avanzamos bastante, algo bueno que teníamos es que hacíamos un gran equipo y, aunque no lo pareciera, cuando se trataba de trabajo las dos éramos muy serias y responsables.


Sobre las 20:00h llamé a Ago para preguntarle que donde nos veíamos y el chico nos propuso cenar algo en su casa e ir después al bar de una amiga suya para tomarnos la primera. Era buen plan, además, así iba conociendo a más gente. Ago se ofreció a recogernos, por lo que nos dijo su casa estaba solo a quince minutos, pero le dijimos que no se preocupara, teníamos que empezar a aprender a movernos por Sevilla y un paseo de quince minutos sonaba muy apetecible.


- ¡Karol! –grité – date prisa, vamos a llegar súper tarde

-Ya estoy. ¿Te ha mandado tu amigo la ubicación?

-Sí, venga vamos anda.

-Me gusta Sevilla- dijo la rubia cuando ya estábamos llegando a casa de Ago.

-Pero si no has visto nada- dije riendo.

-Hay mucha gente en las calles, eso me gusta.

-Sí, para ti tiene que ser algo así como el paraíso, calle y gente, tus dos cosas favoritas juntas- bromeé- creo que es este edificio, dije comprobando la dirección que me había mandado el chico.


Llamé al piso y por suerte escuché la voz de Ago, que nos abrió en seguida. Cuando llegamos arriba el chico estaba esperándonos en la puerta con una de sus sonrisas características.


-Ana, que alegría verte otra vez- dijo abrazándome.

-Gracias por invitarnos a cenar Ago. Mira, ella es Karol.

-Encantada Agoney- dijo la rubia demasiado formal, tanto que no pude aguantar la risa- ¿y tú de que te ríes idiota?

- ¿Desde cuando eres tan formal?

-Desde que pretendo dar una buena primera imagen a alguien que acabo de conocer- dijo indignada dándome un golpe en el brazo.

-Karol, tranquila, nada de formalidades conmigo - dijo el chico- de hecho, llámame Ago por favor.

-Menos mal- dijo dando un suspiro- no sabía si iba conseguir fingir ser una persona normal por mucho tiempo. Bueno Ago, ¿qué nos has preparado de cena? - dijo entrando en el piso y haciéndonos reír a los dos.

-Me cae bien tu amiga Ana.

-A mi también, pero no se lo digas a ella- bromeé.


El piso era super bonito y, aunque Ago no nos dejó entrar en la cocina, olía súper bien la comida.


-Chicas, sírvanse un poco de vino. He invitado a dos amigas a cenar y tienen que estar al llegar. 


Y justo en ese momento sonó el timbre. El chico fue a abrir y no exagero si digo que entraron dos rubias dignas de portada de revista. Miré hacia Karol y pude ver que ella había pensado lo mismo que yo.

Bueno, ahora entiendo eso que dicen de que Sevilla tiene un color especial.


Miradas cruzadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora