Prólogo

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Un niño de tan solo 12 años yacía tumbado en una camilla de un hospital.

Atado de manos y piernas con la mirada vacía intentando buscar compasión en alguno de los científicos que le torturaban de tal manera.

Notó un gran pinchazo en su costado sobresaltando y abriendo los ojos. No sabía lo que le habían puesto pero dolía ...

Uno de sus ojos azules empezó a tornarse de un color carmesí y sangre se asomaba por el.

Notaba como la sangre llegaba hasta su barbilla y rozaba sus labios haciendo que el mismo la probara.

Quería gritar, quería huir pero algo no le dejaba.

Unos de los científicos le abrieron la boca he introdujeron muchos tipos de pastillas cada cual distinta a la anterior.

No quería tragárselas y se intentaba mover pero cualquier esfuerzo era en vano.

Su pobre cuerpo que antes parecía la más cara porcelana ahora era remplazada por moretones, golpes y cicatrices intentadas disimular por pequeñas vendas.

Al sentir las pastillas es su organismo quiso escupirlas. Cada vez se sentía peor y eso se demostró cuando empezó a toser grandes cantidades de sangre mientras lloraba y se hundía en su propia agonía.

"¿Por qué a mí?" Se preguntaba el pequeño albino mientras notaba sus ojos cerrarse y alboroto entre los científicos.

• Experimentos Z •Where stories live. Discover now