U N O

71 7 2
                                    

Kuro abrió sus ojos lentamente mientras notaba todo su cuerpo adolorido.
¿Cuánto había dormido?... quizá días o incluso semanas.

No podía casi moverse del intenso dolor, miro a sus brazos llenos de marcas e intento moverlos.

Poco a poco consiguió levantarse con un horrible dolor de cabeza. Divisó un trozo de cristal en el suelo y se reflejo en el.
Miro su rostro con restos de sangre en su cara y su ojo derecho de un rojo carmesí intenso como si reflejara el fuego del mismísimo infierno.

— Al fin despertaste — una voz dulce y suave sonó a poco metros de él.

En la esquina del cuarto se encontraba un niño que parecía ser de su misma edad. Con cabello sedoso y de un castaño claro envidiable que resaltaba sus grandes ojos verdes como si de esmeraldas se tratasen.

Tenía la piel con cicatrices y quemaduras. Además lo que parecían mordidas... Su mirada estaba vacía pero aún así con un débil intento sonreía para tranquilizar al albino.

— Q-quién eres... — dijo el ojiazul con esfuerzo ya que hasta hablar era de los trabajos más difíciles en ese momento.

— Me llamo Kai, otro experimento como tú... nos pusieron juntos ya que las "habitaciones" se acaban. — el castaño menciono con poca importancia.

Aunque verdaderamente eso era lo que menos importaba en ese infierno.

— Yo Kuro.. — dijo el albino con un hilo de voz ya qué volvía a sentir mareos.

Kai se acerco casi arrastrándose a él para sostenerle cuándo casi cae al suelo.

— Descansa... te despertaré si sucede algo — dijo Kai intentando tranquilizarle aunque ni él lo estaba.

Kuro al escucharlo no sé lo pensó ni dos veces y cayó en sus brazos sumiéndose en un profundo sueño.

Kai lo apoyo contra una manta que había tirada en aquella habitación y le tapo con ella.

Después de eso se abrazo a sí mismo con fuerza y empezó a ahogar sollozos de ansiedad.

Se sentía mal.

Se sentía sucio.

Se daba asco así mismo.

¿Como no dárselo tras lo que le hicieron?

Tras unas horas no supieron exactamente cuántas Kai seguía en la esquina abrazandose a sí mismo mientras que Kuro seguía durmiendo profundamente.

Un señor al qué no se le veía la cara todo de blanco con guantes y mascarilla; entro a la habitación haciendo que Kai se sobresaltase y encogiese en la esquina como si intentara esconderse, cosa que obviamente no dio sus frutos.

— Experimento 99 y 50 acompañadme. —les ordenó con la voz monótona.

Kai fue nervioso a despertar a Kuro el que al mínimo toque se despertó exaltado.

— Seguidme. — dijo y se dispuso a caminar a la salida.

— ¿Q-qué nos vais ha hacer ?... — se atrevió a decir Kai a lo qué Kuro admiró por su valentía.

— Necesitamos ver si aun nos servís. — Esa frase les asustó a los dos haciendo que un escalofrío recorriera todo sus cuerpos.

¿Qué les iban ha hacer ahora?

• Experimentos Z •Where stories live. Discover now