"Noche negra"

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Ya llevaba rato dormida, no mucho, pero si un tiempo, me desperté en mitad de la noche, miré el reloj y me di cuenta de que eran las 2:54 AM.

Sabía que debía tener sueño profundo y que me costara mantenerme despierta, pero extrañamente, este no era el caso. Me puse a buscar algo que hacer para cansarme rápido y volver a dormir, así que busqué mi peluche favorito…

Un pequeño perrito de color marrón, con ojos algo grandes de color azul claro y mirada algo triste pero tierna igualmente, le hablé solo por hablar, sin prestar atención a lo que le decía, pero a los pocos minutos de haber empezado, noté algo extraño e inquietante.

Sus ojos, antes color azul cielo, ahora eran rojo sangre, con un toque carmesí, eso me inquietó un poco, así que decidí dejar de hablarle a mi peluche, pensando que se debía a que ya me empezaba a dar sueño, entonces cerré los ojos lentamente.

Justamente antes de cerrarlos completamente, mi mirada reparó en una pequeña figura, la veía borrosas por tenerlos casi cerrados, así que los abrí con curiosidad, y me acerqué lo más que pude a esa figuríta que estaba en el techo.

Me paré en la cama y alce la cabeza a más no poder, y me di cuenta de que era algo parecido a un tuqueque descomunal, que a simple vista se veía que era del tamaño del brazo de una chica de 14, que eran los que tenía, me asusté inmensamente y me quedé viéndolo, solo porque no podía moverme.

Esa criatura gigante, que debería ser mínimo del tamaño de mi meñique, pero ahí estaba, gigante y grotesco, no podía siquiera respirar, una que otra vez superaba el miedo y pavor e inspiraba dos o tres veces, no más.

Pasados unos minutos, aunque a mí me pareció que pronto amanecería, logré salir del trance y sumirme inmediatamente en sueño profundo y muy necesario, creyendo que podría tener la suerte de no soñar nada y despertar sabiendo que todo era producto de mi imaginación…

…pero el sueño lo empeoró todo…

Mis ojos se cerraron, buscando refugio de las rarezas que acababa de presenciar, esperando que pudiese descansar de todo eso…

Todo estaba negro. No sé por qué, pero me sentía tranquila, a salvo, en mis sueños. Gloriosos segundos de tranquilidad ocuparon mis pensamientos…

…pero lo vi, un ojo gigante me vigilaba detrás de mí, no sé cómo no lo vi, era inmenso, y además, sus lágrimas eran sangre, me seguía muy cuidadosamente, pero al ver que lo encontré, no sé cómo lo supe, pero enfureció y aceleró su paso, parecía que estuviese corriendo, si tuviese piernas, claro, pensé:

“Debo correr más rápido si no quiero que me aplaste”, todo parecía tan real, que sentí que si aquél ojo me pasaba por encima, moriría instantáneamente, así que corrí…

…Corrí a más no poder, aceleré e pasa todo lo que pude, pero sentía que de nada servía, que dentro de unos segundos quedaría reducida a pedazos esparcidos por doquier…

…Afortunadamente, encontré una especie de salida extraña, algo parecido a una puerta de forma rara, pero salí igualmente, me encontré con un paisaje familiar, el patio de mi casa de vacaciones, todo normal, hice como que nada pasó y olvide aquél ojo enojado que esperaba adentro, pensé que había despertado de una pesadilla y que me había dormido, encontré la puerta de salida, y fue cuando desperté por completo, pero no…

Había escapado de aquél ojo que lloraba sangre y me perseguía, una puerta había sido lo que me salvo de morir aplastada por aquella figura tétrica que amenazaba mortalmente mi vida, creí que si era aplastada por aquello, moriría tanto en el sueño como en la realidad, pero lo que me esperaba atrás de aquella puerta era algo totalmente diferente a lo que esperé…

Creepypastas: Terror PsicológicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora