"Jigglys"

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Nunca fui muy fanático de la serie Pokemón, pero me encantaba el video juego de Game Boy. Pase varios años de mi infancia jugando a ese juego, no recuerdo que versión era, pero si mis pokemons favoritos, Hypno, Pikachu, Gastly, y JigglyPuff, adoraba a cada uno de ellos por razones específicas, por ej: adoraba la electricidad de Pikachu, el aspecto siniestro de Gastly e Hypno, y la habilidad de adormecer de Jiggly.

    Cerca de los 13, conocí los Creepypastas (historias de terror), y vagando por una página, me encontré con un artículo nombrado, “Apariciones”, trataba de un pueblo fantasma que aparecía en algunas versiones de Pokemón del Game Boy, era un cementerio en honor a los “pokemons caídos”, me extraño nunca haberme topado con este pueblo en mis años jugando Pokemón,  seguramente porque no era la versión que yo tenía, o porque no existía en la versión emulada para Pc, quizá pase por allí y nunca lo note, luego escuche el tema musical característico del pueblo, y casi pierdo la cabeza, un tema retro que parecía echo para ocultar mensajes subliminales, muy tétrico, el punto es, que desde que leí esa historia, comencé a ver a los pokemons desde un punto de vista mas siniestro, el solo hecho de imaginar pokemons muertos me provocaba un escalofrió que me recorría toda la espalda, incluso saque de mis preferidos a Gastly.

    A los pocos días de leer esa historia, comencé a tener pesadillas sobre el pueblo, me imaginaba caminando de noche y siendo vigilado por pokemons muertos, un pensamiento demasiado escalofriante para un chico de 13 años, luego, despertaba con dolores de cabeza, y a veces con dolor de estómago, mi madre me llevo al médico, pero él dijo que no hallaba ninguna razón por la cual me podrían estar dando estos dolores, pregunto cómo me iba en el colegio, y que relación tenía con mis compañeros de curso, yo le respondí que tenía buenas notas, y que tenía varios amigos, el doctor le dijo a mi madre que podrían ser síntomas de alguna especie de malestar por estrés, pero estaba en duda por lo que le dije sobre el colegio, al otro día desperté normal, así que mi madre dejo de preocuparse y también yo.

Pero el alivio fue de una sola noche, volví a tener pesadillas, pero esta vez fue mucho más intensa, soñé que estaba en el centro Pokemón donde se curan a los pokemons, pero estaba vacío, y con las luces apagadas, comencé a recorrer el lugar muy temeroso, el hecho de estar vacío ya era bastante escalofriante, ni siquiera estaba la enfermera que cura a los pokemons, así que al estar a oscuras era el doble de espeluznante, subí al segundo piso, donde se encontraban las computadoras, y grande fue mi sorpresa al encontrar todas las computadoras encendidas, pero en cada monitor solo había una imágen de estática, en este punto estaba aterrado de pies a cabeza, me quedé paralizado viendo los monitores y un poco hipnotizado viendo la estática, entonces, mi corazón se paralizó al escuchar una aguda risa detrás de mí, la transpiración cubría todo mi cuerpo y mis pulsaciones podrían bien ser de 3 por segundo, tragué fuerte y lentamente comencé a darme la vuelta para enfrentar lo que sea que estuviese detrás, pero no alcance a darme la vuelta cuando mi madre me despertó a los gritos, me dijo que entró a mi habitación para despertarme, pero cuando lo hizo, me vio paralizado, dijo que me sacudió y me preguntó que me ocurría, pero que yo solo dije “no, no…” y desperté.

    Esas pesadillas se volvieron muy recurrentes, pero cada vez ocurrían en un sitio distinto, pero siempre terminaban igual, oía una risa, y al darme vuelta despertaba, el temor me llevó al insomnio, no dormía por miedo a tener estas pesadillas, eran tan intensas que se sentían casi reales, mi madre decidió enviarme a un psicólogo para ver si podía solucionar mi problema.

    Una vez en el consultorio, comencé

a contarle lo sucedido al psicólogo, desde que leí la historia de “Apariciones”, lo único que me pudo decir es que esa historia me había provocado un temor tan intenso que influía en mis sueños y me provocaba las pesadillas, y por miedo a ver esas pesadillas no dormía, el problema era que todo eso ya lo sabía, sin embargo, no dije nada mas, entonces, volvimos a casa, mi madre se sentía segura ya que el médico me recetó unos calmantes y píldoras para dormir, sin embargo, esos medicamentos se convertirían más tarde en un pasaje directo a las peores noches de mi vida. Debía tomar una de cada una 1 hora antes de irme a dormir.

Creepypastas: Terror PsicológicoWhere stories live. Discover now