CAPÍTULO 34 LOS HOMBRES TAMBIÉN LLORAN (Aureliano)

8.3K 982 22
                                    

3o. de tres.

El la miró con sorpresa. ¿En dónde se encontraba? ¿En dónde estaba Rigoberto? ¿Sus hombres? ¿Su hijo?

Volvió a cerrar los ojos, no entendía, estaba confuso, abrió sus ojos de nuevo y los enfoco en la única figura que estaba presente. Era ella, la mujer con la que soñaba de día y de noche, entonces entendió, había tenido una de sus pesadillas, su corazón se conmovió, se preguntó ¿si ella hubiera sido la madre de su hijo?... seguramente en este momento él no se encontraría en esta situación y podría estar abrazando a su bebe, en lugar de estar lamentando su perdida. Un sollozo involuntario escapo de su garganta, las lágrimas pugnaron por salir, pero no podía llorar, no delante de ella, pero el dolor era tan grande, tan devastador que le dolía el alma, que lo dejaba sin respiración, sin fuerzas, sin vida, un sollozo sucedió a otro y ese a otro y no pudo contenerse más, ya no le importó que ella estuviese presente, solo necesitaba desahogar ese dolor que lo quemaba por dentro, que lo aniquilada.

_Mi hijo. - atinó a decir cerrando sus ojos para no ver el rostro desconcertado de Mariana, seguramente estaría pensando que era un cobarde, un débil que no servía para nada y era verdad, no había visto venir la traición de su mujer y no había sido capaz de salvar a la única persona que quería sin reserva ni condición. _ está muerto. - dijo con dolor. _lo mataron. - se pasó las manos por el rostro

Mariana lo miraba con un nudo en la garganta, quería decirle tantas cosas, consolarlo, animarlo, pero nada salía de sus labios. Al fin en un arrebato de Valentía lo abrazó.

Él se estremeció al contacto con sus brazos pero no hizo nada por apartarla, se dejó abrazar y acomodo su cabeza en el hueco de su cuello, aspirando su olor, sintiendo su cuerpo frágil y delicado

Aún en medio de su dolor le parecía estar viviendo un sueño, no esperaba esa reacción de ella, estaba tan acostumbrado a su rechazo.

Por fin después de un rato ella se separó, él se había calmado.

_Lamento que me hayas visto así. - se disculpó apenado.

_ ¿Así como? ¿Llorando? - lo miró . _los hombres también lloran. - él la miró sorprendido. _porque los hombres también tienen sentimientos. - continuó ella. _y también sufren... igual que las mujeres... así que al menos delante de mí no debe de darte pena. Debe de ser terriblemente difícil perder a un ser querido, más si es tu hijo.

_No tienes idea. - dijo en un susurro más para sí mismo, que para ella.

_No... No tengo idea. - dijo ella. _ pero conozco de cerca ese dolor, tengo una amiga que perdió hace poco a su bebé, a causa de una bala perdida. - lo miró tentada a decirle que por causa de gente como él, pero se contuvo, él no necesitaba sus reproches en esos momentos. _ además. - continuó. _ahorita está cuidando a un pequeño que acaba de quedar huérfano, por un ajuste de cuentas en donde también salió herido. - iba a continuar, pero se dio cuenta de la incomodidad de él.

Aureliano la escuchó con atención, vio su mirada y supo de inmediato que de nuevo lo acusaba, no se lo decía, pero él lo sabía y no podía reprocharselo, porque era verdad, ¿cuántos niños estaban quedando sin padres por gente como ellos?.

Se prometió a sí mismo que si salía de esta, jamás volvería a su vida de antes, ahora sabía y entendía el valor de la vida.

_Te prometo. - dijo ella que si te recuperas voy a hacer lo posible porque conozcas a ese pequeño, te va a encantar, es la persona más tierna del mundo. - sonrió recordando a Saúl.

_Me recuperare. - dijo él y una luz de esperanza brilló en sus ojos, recordó cuando recogió a Adrián de pequeño y le dio un hogar y una oportunidad, quizás ese pequeño que se había quedado sin padres pudiera darle a él una oportunidad... Si... Una oportunidad de volver a ser padre... Una oportunidad de volcar en él ese gran amor que luchaba por contener, porque ya no había nadie a quien dárselo. _te prometo que me recuperaré. - repitió con ánimo.

UNA OPORTUNIDAD. No.3️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRA. Kde žijí příběhy. Začni objevovat