17. Amistad

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Draco esperaba recostado descuidadamente en el asiento de terciopelo rojo.

Había reservado una mesa en una de las esquinas del restaurante, que tenía aspecto de bar bohemio, una suave música de fondo que, con sus pocos conocimientos muggles, no podía reconocer, amenizaba la espera. Su mesa en particular, era para cuatro, de madera normal y corriente, cuadrada, pegada al amplio sofá de terciopelo que cubría toda esa pared, frente a él, había dos sillas.

Pensaba en lo cómoda que era esa mesa, recordando la distancia que debía tener con Hermione en la sala común, estando separados por un metro de madera, cuando las vio entrar.

Se levantó automáticamente, pudiendo reconocer el serio gesto y contrariado de su novia.

-¿Qué pasa?-preguntó.

-Ha habido un pequeño problema en la Madriguera, ¿recuerdas a la campeona de Beauxbatons?-preguntó Hermione.

-Me conocía, a mí y a mis preferencias sexuales-concluyó Cassandra-. Creyó que estaba con Hermione y la comadreja se puso furiosa, empezó a hablar de vicios y aberraciones, Luna estalló diciendo que era mi novia y… Bueno, la comadreja dijo que estaba enferma, que sabía que estaba loca pero no esperaba eso-sus ojos chispearon enfadados-. Así que le mandé un expelliarmus que le estrelló contra la pared, tendré que disculparme y mandarle dinero a la señora Weasley para que reponga el cuadro con el que impactó su hijo, le dejé claras cuatro cosas, además de añadir una pequeña y muy resumida lista de razones por la que Hermione le dejó, y nos fuimos. Luna se quedará en mi casa a partir de ahora.

Luna aún tenía los ojos húmedos, y Hermione seguía sería, no era, desde luego, la comida de celebración que él tenía pensada.

-Cariño, no creo que…

-Voy a irme de la Madriguera-dijo Hermione cortando a Draco.

Todos quedaron en silencio, hasta que él esbozó una sonrisa tierna.

-¿Cómo sabías que iba a decir eso?

-Ayer ya te mostraste inconforme, y para ser sincera, tenías toda la razón, estaba pensando en ello cuando comenzaste a hablar-se encogió de hombros.

Entonces, el camarero sirvió las bebidas que Draco había encargado. Cassandra levantó su vaso y dijo:

-Por los nuevos comienzos.

Luna sonrió y alzó su limonada, él miró a Hermione que se removió incómoda unos segundos hasta que, con gesto solemne, decidió alzar la suya, Draco sonrió, chocando los cuatro vasos.

Bebieron un largo sorbo y Cassandra preguntó.

-¿Qué es? Está bueno.

-Limonada.

Amor en la posguerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora