Hoy, en la soledad de mi habitación me atrevo de a decirte adiós, te dejaré ir, no porque no me importes, no porque quiera lastimarte y hacerte sentir que no fuiste importante en mi vida, cuando en realidad si lo fuiste, pero has cambiado, ya no es lo mismo que antes, y aprenderé a acostumbrarme a ello, a tus cambios de humores, a tus actitudes que dan miedo, a todo en lo que te has convertido, aprenderé a soportarlo, lo tomaré como un reto, y por eso me despido, me despido de esa gran persona que fuiste en algún momento, en la que fue realmente valiosa, dónde valió la pena cada segundo que pasaba, créeme, que te extrañaré y lo siento mucho pero me temo que ya es hora de partir, desde la distancia te cuidaré, seré tu ángel, te guiaré lo más que pueda para que puedas ser una persona buena, para que vuelvas a ser una persona querida, hoy me voy, pero sé que me guardarás en tu memoria y si tanto decías quererme estaré en tu corazón, ten cuidado, prométeme que estarás bien, lamento no poder decir a dónde iré, porque ni yo lo sé, pero si me voy es para siempre, y no pienso molestarte más, no sabrás nada de mi, nadie va a saber nada de mi, espero que aprendas a valorar lo que tienes, y que ojalá no tengas que perder a ningún ser querido, y no, no hablo de que haya fallecido, hablo de cuándo se muere estando con vida, algo se adueña de ti y tú solo estás ahí, presenciando todo pero sin hacer nada, y no porque no quieras si no porque ya no sientes, ya no piensas es alguien más haciéndose pasar por ti, es ese vacío que no sabes cómo explicar, es una tormenta en tu mente, es tu cambio, ese cambio que casi siempre es el que desagrada a los demás, y si no te molesta, ya voy a partir, fue un gusto haber disfrutado de ese lado bueno que tenías.
