24. Tributos

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Alisson

Por su expresión sé que he calado en lo más profundo de su conciencia, el temblar de sus manos me dicen que ha dicho algo que no debía, pero me importa muy poco la verdad, necesito respuestas y sé que jamás las obtendré de Isaac, al menos no por ahora. Cuando está a punto de decir algo escuchamos un sonido en la planta baja, nos miramos cómplices al saber claramente los dos quien es.

—Creo que deberíamos irnos ya —sugiere Daniel —si Isaac nos encuentra aquí no acabaremos bien, digamos que este lugar es algo...

—Sabes que no importa en donde estemos, de igual manera se enfurecerá conmigo —digo más melancólica de lo que pretendía y para mi desgracia él lo nota.

—Tranquila, no lo veas como si fuese un monstruo, la verdad es que no siempre ha sido así —mira hacia la nada como si tratase de recordar algo o ya estuviese haciéndolo.

—Ahora me vas a decir que tiene un pasado oscuro y por es así de amargado —digo sin evitar reír —porque si es así me resulta demasiado cliché sabes, esto no es un drama Daniel.

Ríe conmigo y calla de nuevo y sé que lo he pillado, porque de cierta manera, sabe que tengo razón y lo que le haya pasado, no es culpa de nadie y su amargura debería consumirlo a él solo, en lugar de todos los que por desgracia lo rodeamos.

—Se lo que piensas —dice finalmente Daniel —bueno no como tal, se corrige cuando lo miro extraño —pero adivino que de todo esto, él no te importa en lo más mínimo.

—Así que ahora lees mentes —me giro hacia el —pero si, en algo tienes razón, y es que no importa si Isaac es un resentido social, no me hundiré junto con él en su miseria.

Me devuelve una última mirada antes de darse vuelta y retomar nuevamente su camino hacia la planta baja. Ignoro completamente su intento de escapar y dejo que lo haga, porque no quiero escuchar nada de lo que tiene que decir, o tal vez...

—Entonces no me dirás sobre su hermano —se queda quieto y como una estatua, gira lentamente pensando una respuesta para mí.

—Creí que no te importaba nada de él —bueno es un muy buen argumento.

—Claro que no, pero mi curiosidad es más grande —me apoyo en un pilar del balcón —además de una u otra manera me enterare, así que dímelo tú.

Duda por un momento, alza su vista hacia el cielo y no estoy segura si trata de pedirle ayuda a Dios o enserio este tipo es raro, porque si es así, definitivamente voy por un muy mal camino.

—Te lo resumiré y eso será todo —asiento —El hermano mayor murió en....en un accidente muy penoso la verdad, su padre no lo pudo soportar y tampoco superar, él era su mano derecha, su primogénito, así que cada año le hace un pequeño tributo con todos sus amigos y familia.

—¿Qué clase de accidente? —pregunto inquietante, porque la manera en la que menciono que fue penoso llamo mi atención y debió ser terrible, no por nada todo en esta casa parece funeral siempre.

Me mira de soslayo —Buenas noches Ali —dice y veo como desaparece por las gradas, debería hacer lo mismo, pero en lugar de eso me siento en ese cómodo sillón alrededor de un tipo de fogata artificial. A este punto ya no siento frio, en realidad no siento mucho, porque la pesadez de mis ojos me gana y caigo en profundo sueño.

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Mis piernas duelen terrible, el frio me ha dejado de piedra e inmóvil y no solo eso, siento que mi cara se parece a la de Jack en el océano Atlántico en el Titanic, pero no pude evitar caer en el sueño profundo, creí que me despertaría e iría hacia mi habitación, pero no, en lugar de eso despierto aquí como una maldita prófuga del Ártico.

TU ERES MI DELITODonde viven las historias. Descúbrelo ahora