CAPÍTULO 3

1.2K 55 0
                                    

Termino de empacar mi cepillo de dientes y ya estoy lista para encontrarme con la Señora Smirnov. 

Estoy un poco nerviosa, algo me dice que no debo separarme de mi familia, pero a la vez me dice que será por el bien de ellas. 

Mamá ha estado llorando desde que me vio empacar las primeras prendas;  sé que le duele, pero es por el bien de Kat y de ella. 

En cambio, Katy ha estado en silencio, me asusta un poco. 

Salgo a la pequeña sala de estar y las encuentro sentadas abrazándose. 

- ¿Ya te vas? - Pregunta Katy con una seriedad que no había visto nuca.

- Sí hermosa - Y por primera vez en estas horas veo expresión en su mirada. Miedo. 

- No quiero que vayas. - Me conmueve verla así. Pero tengo que hacerlo. Me acerco a ella. 

- Mira Katy, el trabajo de mamá y el mío ya no nos alcanza hermosa, tengo que hacer esto, por ti, por mamá - Acaricio su hermoso cabello negro - Tampoco quiero ir, pero no tenemos más opción.

- Siempre hay más opciones Ailey. - Llora. Dios, lo está haciendo más difícil. 

- Mira Katy, tú hermana no nos está abandonando como lo hizo tú padre, es hora que entiendas que lo hace por nuestro bien. Tampoco quiero que se vaya, pero es necesario cariño. - Mamá le da un beso en su colorada mejilla. - Ahora, vayamos a dejar a tú valiente hermana al aeropuerto, ¿Vale? - Asiente no muy convencida. 

Es duro tener que dejar a tú familia, a las personas que amas.

Abrazo a Katy y voy por mis maletas para salir junto con mamá. 

Después de casi una hora por fin estamos en el aeropuerto. No hay muchas personas, pues es martes, aún así no faltan los empresarios que caminan tensos por los pasillos al llegar o ir a una reunión de negocios importante. 

Nos dirigimos las tres hacia la zona de despegue. Hay un guardia como siempre cuidando la entrada, permitiendo solo el paso a los pasajeros que tengan sus tiquetes, y en esos momentos unos nervios extraños invaden mi cuerpo. Mi estómago comienza a removerse. Debe ser por falta de alimento. 

- ¿Dónde te espera la señora esa? - Mamá pregunta un tanto nerviosa. 

- Dijo que cerca al área de despegue. - Busco con la mirada a la señora Smirnov, pero dejo de hacerlo cuando mi teléfono vibra. Es ella. 

- Hola Señora Smirnov. 

-Hola, Ailey, Querida, ¿estás cerca al guardia? - Pregunta y comienzo a buscarla con la mirada. 

-Si señora. 

-Ya te vi querida, espérame ahí, no te muevas. - Cuelgo y le digo a mamá que ya casi llega. esperamos ahí dos minutos cuando veo acercarse la misma esbelta señora, con sus típicos tacones seis y medio y su típico vestido que hace sobresalir sus curvas, aunque esté un poco adulta para ellos. La Señora Tiana Smirnov. 

Mamá y Katy se sorprenden al ver a la esbelta señora que se nos acerca y saluda con cordialidad, a pesar de las posiciones económicas tan diferentes. 

- Muy bien, ¿estás lista? El yet ya nos espera - Mamá y Kat no dejan de mirar a la señora, desconfían. - Ya tengo tus papeles. - Muestra una carpeta que lleva en su mano.

- Sí, deme unos minutos para despedirme de mi familia. - Ella asiente y se dirije hacia el guardia. Miro a mis dos hermosas razones para hacer este viaje. - Las amo, Jamás lo olviden. - Mis ojos se llenan de lágrimas. Odio las despedidas. 

- Y nosotras a ti - Susurran al unísono las dos. Abrazo primero a Katy.

- Recuerda que jamás te abandonaré. Estaré bien. - Beso sus mejillas llenas de lágrimas - Ahora eres tú la encargada de cuidar a mamá. Pórtate bien. Te amo Hermosa. - Vuelvo a abrazarla mientras llora. - No llores más, ponte feliz, comerás más a partir de ahora - La aparto y le sonrío. Ella me devuelve el gesto y me tranquilizo un poco. Beso su frente y ahora miro a mamá. Está preocupada. 

-Aunque no me guste la idea, sé que estarás bien, cuídate - La abrazo mientras lloramos. Jamás pensé en dejarlas, pero aquí estoy, apunto de salir del país para ir a Londres. 

Te amo mamá, estaré bien. - Me separo de ella y las miro - Nos mantendremos en contacto, ahora me tengo que ir - Sonrío con dolor, las amo. 

Nos damos un último abrazo y me dirijo a donde está el guardia junto con la Señora. 

-¿Lista? - Asiento y seco mis últimas lágrimas. Ella me tiende el pasaporte y otros documentos para salir legalmente. El guardia nos deja pasar, pero antes de pasar las puertas miro por última vez a mi familia. Las voy a extrañar. Doy media vuelta y sigo a la señora. 

Ella camina hasta llegar a un hermoso Jet. Allí nos esperan unos hombres altos en traje negro. 

La saludan y luego me miran a mí para hacer una leve inclinación en forma de saludo. 

 Subimos y por dentro es espacioso, muy bonito. 

Me siento en una muy cómoda silla y frente a mí la Señora Tiana. 

- Será un viaje largo, ponte cómoda cariño. - Le sonrío. 

-Nunca he salido del país, ni siquiera de la ciudad, me da un poco de miedo. - Ella se sorprende y creo verla un poco nerviosa. 

- Eh, respecto a eso,hay un cambio de planes - Eso no me gusta. - No iremos a Londres, nuestro destino es Italia. 

- ¿De última hora? - No me gusta su cara. 

- Sí, de última hora. - Sonríe. - Pero tranquila, no tienes de que preocuparte, puedes confiar en mí . - Sonríe aún más, pero ya no confío mucho. Mi estómago vuelve a revolverse, así que decido dormir un poco. 

Italia, allá voy. 




Luego de un largo viaje, ahora nos encontramos en un Taxi para llegar a la mansión de quien ahora, será mi nuevo jefe. Estoy un poco nerviosa, aunque no me quejo, la ciudad de Florencia es bellísima. 

No hay agobiantes edificios como en Nueva York, tiene hermosos paisajes y casas aún mejor.

Después de cinco minutos de viaje, llegamos a un hermoso portón lleno de flores, allí un guardia se nos acerca y al ver a la Señora nos deja pasar. 

Estoy sin palabras. 

Hay un camino y a cada lado de éste hay flores y más flores.Y ni hablar de la casa. Puedo jurar que es más grande que la mansión del Señor Edik. 

Bajamos de el carro y nos dirigimos con la señora a la entrada de la casa, donde nos espera un señor, no muy alto, podría decir de metro setenta; su cabello negro perfectamente peinado hacia atrás con unas pocas canas que se ven gracias a la luz de la casa ; viste una camisa blanca remangada en los brazos y abierta en el cuello, se nota desde lejos que tiene plata y clase. 

- Tiana, hasta que por fin - Saluda a la señora con demasiada confianza para luego mirarme a mí. Y puedo decir que me desviste un poco con la mirada. 

-Eres un intenso cariño - Después de un caluroso abrazo la señora me pide que me acerque - Ella es Ailey Riddle, a partir de ahora es tuya - No me gustó como sonó eso, pero hago caso omiso y saludo al señor. 

-Mucho gusto señor.

- El gusto es mío señorita - Besa mi mano y su mirada me atraviesa - Soy Roth Kast. Bienvenida. - Y sonríe. 

SÁLVAMEМесто, где живут истории. Откройте их для себя