CAPÍTULO 8

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Un mes después...

Reviso mi cicatriz, es horrible. 

El día del asesinato, después de toda la golpiza que recibí del señor Roth por intentar escapar, llegó lo peor. Era un infierno completo. Creo que el infierno era más bonito que toda esa escena. 

Después de dos días limpiando toda la sangre del lugar, sin comer, sin dormir y mucho menos sin limpiarme la sangre de mi cara y de mi cuerpo porque el señor me lo impidió, agarré una infección en la herida abierta que tenía cerca a mi ceja. 

Una enfermera, muy bien pagada por el señor, me ayudó a tratar la infección y aquí estoy, mirando la cicatriz que quedó. 

Aparte de mi alma, de mi conciencia, también queda marcado mi cuerpo de esta horrible y asquerosa experiencia. 

Creí al señor Roth capaz de muchas cosas, incluso de violarme,  pero no lo creí capaz de matar a sangre fría a alguien que solo quería ayudar. 

Ese joven, no lo merecía. 

De todo lo que me dijo el señor ese día, en algo tenía razón, era mi culpa, solo mía, pues yo hablé con el joven, yo lo metí en este infierno, es mi culpa y jamás me lo perdonaré. 

Me doy una última mirada al espejo y bajo a esperar. 

Hoy será mi día perfecto para escapar. El señor Roth se fue a perderse en alcohol con sus amigos. 

Hace media hora salí a "podar el césped", pero en realidad estaba dejando mi arma oculta para deshacerme del guardia. 

Ahora solo debo esperar a que llegue el señor. 

Si algo sale mal, debo despedirme de mamá,  de mi hermana y de este mundo...


- ¿Dónde estássss putitta? - me sobresalto al escuchar esa voz, es el señor Roth, es hora. 

Salgo casi corriendo de la habitación y bajo para encontrarme con un desastre en persona. 

Está tambaleándose, con su elegante camisa por fuera y casi abierta del todo; lleva una botella de whisky en su mano y le da otro sorbo. 

- Aquí estoy Señor - Se sorprende al ver mi atuendo. solo llevo puesta unas minusculas tangas, una de sus elegantes camisas y una de sus corbatas. Al parecer le gusta lo que ve, porque sonríe. 

- Hola cosota rica - Me acerco a él y lo beso. Aunque muera de asco, va a funcionar. 

Sigo besándolo y toco su miembro que de inmediato se pone erecto. Iugh. 

Me aparto de él y lo guío a el cuarto prohibido, que ya está listo. 

- Así me gustas, malota - Al parecer funciona. 

Llegamos al cuarto y lo hago sentar en una silla de madera. El accede sin protestas y sigue bebiendo hasta acabarse la botella. Le sonrío y voy en busca de la botella que tenía preparada para él. Le sirvo más y el accede gustoso. 

Lo beso y desabrocho su camisa botón por botón hasta abrirla completamente, para luego pasar mis labios por su pecho. Me aparto y le ofrezco mas whisky y el lo toma sin decir NO. 

Comienzo a mover mis caderas de una manera sensual y el parece volverse loco, aunque lo noto mareado. 

- Sii... - echa su cabeza hacia atrás, pero así como voy no se dormirá jamás. 

plan B. 

Me bajo de sus piernas y me dirijo hacia el reproductor de música. 

Busco Bom Bidi Bom de Nick Jonas y la pongo a sonar. 

Estoy haciendo cosas que no pensé hacerlas en mi vida, comienzo a bailar. 

Muevo mis caderas, dejándome llevar por la música, debe parecer real, quiero mi libertad. 

El se concentra en mis movimientos, pero a la vez le da mareo, lo sé, se ve refeljado en su rostro y continúo. 

Pareceré una puta en estos momentos, pero debo agotar todos mis recursos con tal de salir de este infierno. Debo hacerlo. 

La música termina junto con mi sensual danza. Cada vez está más agotado. Así que me dirijo al punto número dos del plan B. 

Felación. 

Él parece disfrutar del momento, pero lo que no sabe es que quedará tan débil que se dormirá en segundos. Acerca la botella de whisky a su boca y bebe;  aunque tenga nauseas, debo hacerlo. Debe dormirse. 

Intento sonreírle, pero casi no me sale, quiero escupir todo de él. 

Me levanto y le arrebato la botella para beber un sorbo, necesito quitar su sabor asqueroso y repugnante. 

- Muy bien muñeca - sonríe y le ofrezco la botella, pero él niega - No, necesi... necesitoo descan... descansar... - Y su cabeza cae. 

¿Lo habré logrado?

Espero un rato, necesito confirmar que se durmió. 

Pero un ronquido sale de su boca y es como mi banderita que me dice, ¡ahora! 

Busco en sus bolsillos la tarjeta del portón, pues lo he observado y con esa tarjeta abre esa enorme barrera que me impide la libertad. 

La encuentro y salgo corriendo, no me importa si estoy mas vestida, es mi libertad y tiene que ser ahora!

Obstáculo 1, superado. 

Ahora solo me falta el guardia. Pienso y solo se me ocurre una cosa. 

Intento calmarme y salgo de la enorme mansión  aparentando estar tranquila.

Me dirijo a la máquina para podar césped nuevamente y me dirijo hacia la misma planta de esta mañana. Lo siento matita, no tienes la culpa. 

Paso la máquina por encima de ésta, captando la atención de mi objetivo #2. 

Sé que me observa, pero aparento estar normal, son las 5 de la tarde, ¿Quién no poda su césped a esta hora? 

Apago la máquina al ver la planta hecha trizas, es hora de la acción. 

Camino hacia ésta y hago que tropiezo. 

-Aghh-  Grito y me retuerzo del dolor señalando mi pie. Verifico que el tronco esté en el sitio correcto y espero. - ¡Dios santo! Aghh- Grito más duro y el guardia corre hacia mí. 

- Stai bene, signorina? - Niego con la cabeza y me quejo. 

Él se acerca a observar mi pie y aprovecho. Lo siento. 

Agarro el tronco y lo golpeo fuerte en la cabeza, haciendo que caiga aturdido al suelo. 

Lo vuelvo a golpear y aprovecho para salir corriendo. 

Corro, no me importa lo demás, solo corro. 

Llego a donde estaba el guardia y paso la tarjeta por el sensor,haciendo que las rejas se abran. 

Veo como el joven que me iba a ayudar, pero que a la vez impedía mi huida se mueve y corro sin más. 

Lo logré. Soy libre. 

Sigo corriendo sin mirar las calles, ni a nadie. 

Voy a intentar pasar una de las tantas calles que he cruzado desde que salí de ese mar de árboles y soledad, pero un choque contra mi cuerpo lo impide y caigo al suelo. 

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