Capítulo 4: Abuso

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Healer no podía creerlo, Vulcano no sabía quién era Yaten. Él le explicó que se había despertado siendo un hombre, pero no recordaba cómo fue que le ocurrió. Vulcano solo sabía que estaba en un cuerpo que no le correspondía. Recordaba todo su pasado como Minako Aino, a excepción de Yaten.

— ¿Por qué? ¿Por qué no puede recordarme? ¡No lo entiendo! —dijo Healer muy alterada.

— Lo siento. De verdad yo no me acuerdo de ti. ¿Éramos amigas? —preguntó Vulcano.

— ¿Amigas? ¡Por supuesto que no! —exclamó Healer con indignación y luego miró a Rei exigiendo una explicación.

— A mí no me mires, no tengo ni idea.

— Tú eres la experta en el tema —espetó Healer.

— Te digo que no sé... Tal vez pueda encontrar respuestas en los libros de mis ancestros. Siempre creí que el día de la luna de sangre podían ocurrir cosas curiosas, pero lo del cambio de cuerpo realmente creí que era un mito —explicó Rei, mientras le daba una ojeada más a los libros que sacó del baúl.

— ¡No entiendo! ¿Esto es un cambio con otra persona? —preguntó Vulcano.

— Bueno, sí y no. Cuando pensaba en la mínima posibilidad de que algo así ocurriera, me imaginaba que al hacer el cambio, los involucrados cambiarían de lugar. Es decir que tomarían el cuerpo y la vida del otro. Pero aquí han cambiando solo su sexo. La vida es la misma, solo que desde otro punto de vista. Curioso la verdad —dijo Rei analizando la situación.

— No nos analices como si fuéramos algún tipo de experimento —dijo Healer.

— Si quieres mi ayuda debo analizar la situación. No conozco otro caso así, no sé por dónde comenzar —dijo Rei alzando la voz.

— ¿Tú eras un chico? —preguntó Vulcano.

Healer la miró con tristeza. Esa pregunta debería haberle fastidiado, pero la verdad era que le dolía. Vulcano no estaba fingiendo, él realmente no sabía nada acerca de Yaten. Vulcano estaba recién conociendo a Healer.

Rei le explicó a Vulcano la situación, le dijo que Yaten había estado con ella esa noche, aunque no le explicó la relevancia de Yaten en su vida. Vulcano no recordaba bien lo que había sucedido minutos antes a su accidente, todo le parecía borroso y confuso.

— Recuerdo que anoche crucé la calle y un automóvil venía hacia mí... el sonido del estruendo es lo último que recuerdo —explicó Vulcano.

Rei les confesó a ambos chicos que sus poderes habían sido heredados de su abuelo materno, por lo que pediría de su ayuda para saber qué podían hacer, aunque Rei estaba casi segura que lo del cambio era irreversible.

Healer y Vulcano salieron de la casa de Rei juntos. Vulcano caminaba en completo silencio. Él era mucho más alto que ella, tenía un cuerpo muy atlético y a pesar de lo varonil que pudiera lucir, su personalidad seguía siendo la de la Minako de siempre.

— ¿Quieres que te encamine a casa? —preguntó Vulcano para romper el hielo.

— ¿De qué hablas? ¡No soy una chica! —respondió Healer de manera hostil.

— Pero es lo que pareces.

— ¿Y eso qué? ¡No lo soy!

— Hoy soy un chico y puedo caminar con tranquilidad a casa. Tú eres una chica y como está oscureciendo, puede que te sientas un poco insegura.

— ¿Insegura? ¡Sigo siendo un chico por dentro, maldición!—exclamó Healer con enfado.

— De acuerdo. Solo digo que luces como chica... una chica muy mal hablada por cierto.

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