人間 の 肉 ; Ningen No Niku [KOOKMIN]⚘

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La oscuridad no le gustaba. Esta jamás era buena señal de nada. El manto negro intimida y sientes que todo allí puede dañarte, colarse en tus huesos y hundirte en la desesperación.
Aunque a Jimin nunca nada le dio miedo debido a que desde pequeño no tenía nadie más que a si mismo durante casi la mayor parte del tiempo, le temía a la oscuridad, aquella que parecía querer su única compañía y no la deseaba, no le agradaba. Sin embargo no desaparecía, permanecía fiel a su temor.

Lo peor es que no importaba si era de día o noche, su madre se mantendría ocupada trabajando para poder traer un plato caliente de comida a la mesa, suplir sus necesidades materiales y, cuando quedaban pequeños momentos libres, entregarle amor a su pequeño. Ese pequeño niño quien tuvo que crecer demasiado rápido siempre acudía a ella buscando como mendigo esas gotas de cariño, queriendo desesperadamente que se quedara y ahuyentara a su oscura amiga.

"Mamá siempre estará contigo, mi pequeño."

A su corta edad quería creer que eso sería cierto, sin embargo en su interior sabía que sólo se engañaba a si mismo. Había cierta discordancia entre lo que su madre decía y hacía... el pequeño estaba condenado a la soledad, pero le quería, le quería más que nada. Y es esa la razón por la cual su pequeño corazón se rompió en miles de pedazos el día en que ella ya no llegó a casa, en su lugar lo hizo una llamada. Era la señora Wilhoon, quien no le habló en su típico tono dulce y carismático, no, su voz sonaba apagada y lastimera mientras le comunicaba con dificultad que alguien iría a buscarle para velar a su madre. "¿Qué significa velar?" Jimin se preguntó, pero aún en su desconocimiento sabía que nada estaba bien, nada nunca volvería a estar bien.

Luego lo entendió, su madre se había ido y esta vez para siempre. Ya no iba a obtener pequeñas gotas de su cariño ni siquiera algunas noches y lo peor de todo, su amiga volvería, ella jamás se iría. Le dolía, dolía como duele el frío viento en invierno pero ya nada podía hacer.

Pronto, con sólo ocho años se vió obligado a mudarse de casa, dijeron que debía conocer a alguien importante quien le cuidaría dd ahora en más. Pensó que quizás su amiga lo abandonaría por fin, pues este nuevo lugar era muy diferente a todo lo que conocía.

"Bienvenido a la mansión Park, Jimin. Mi nombre es Hyunsilk Park, tu padre."

En ese momento estaba asustado, pero una pequeña chispa ardió en su corazón. Un padre, el jamás había tenido uno... ¿sería suficiente para aquél hombre como para mantenerlo a su lado? Quería agradar al señor frente a él, quería ser mejor hijo de lo que había sido, para que este nunca tuviera que irse y la oscuridad no volviese.

Lamentablementr Jimin nunca se imaginó que cierto trío odiarían con demasía su llegar y por ende, tratarían de hacer su vida más miserable de lo que lo era hasta el momento.

Era tanto su odio que llegaron a hacer cosas horribles a Jimin, quien pagaba sin culpa.

Aún ahora, quince años después de aquel suceso, seguirá pagando. 

Frío. Si tuviera que describir cómo se encontraba en ese entonces usaría aquella palabra.

Asustado. ¿de qué? No lo sabía pies todo había ocurrido demasiado rápido.

Nostálgico. Al parecer la oscuridad volvió a abrazarle fuerte.

Ansioso. Quería saber que ocurría, quién había hecho esto y por qué.

Mareado. El dolor en su cabeza permanecía latente recordándole que al menos estaba vivo.

Jimin intentó llevar sus manos a la zona afectada pero le fue imposible, estas permanecían atadas detrás de su espalda y maldijo internamente al verse completamente inmovilizado, pues sus piernas de igual manera estaban atadas. De poco el miedo subió por su sistema, los inquietantes sonidos que parecían provenir de afuera de aquella habitación lo tenían loco. Quería salir de allí.
Recordó como en varias películas de acción que solía ver se tambaleaban en la silla hasta que esta caía y con agilidad escapaban. Lo hizo, se movió tanto como se le fue permitido hasta que cayó fuertemente al frío piso. Su mejilla sufrió unos raspones por ello pero no le importó, debía seguir su plan.

"Mmm... ¿que sigue ahora?" Pensó para si mismo y como si fuera una respuesta a sus dudas una puerta se abrió en el otro extremo de la habitación dando paso a finos destellos de luz. Jimin cerró sus ojos hasta que estos se acostumbraron a la claridad.
Una silueta podía ser vista entre la luz, era alta y estática. Supuso que estaba observándole en su vago intento por "escapar" y se sintió tonto. Sólo había logrado una mejilla lastimada.

De pronto la silueta anónima dió un paso hacia él y sintió su cuerpo contraerse ante su presencia. No lo negaría, el desconocimiento le aterraba.

ㅡ ¿Quién eres? ㅡ musitó ㅡ ¿Por qué estoy aquí?

Obtuvo otro paso en respuesta.

ㅡ ¡Dímelo! ㅡ gritó furioso.

Un paso más. Jimin se removió incómodo en el piso, la silla estaba dañando su espalda.

ㅡ ¡No te acerques, fenómeno! Sólo... déjame ir. ㅡ pidió ㅡ Quizás no sepas quién soy, pero puedo hacer como que esto nunca ocurrió y no iniciar cargos legales si me dejas ir ahora.

Dos pasos.

ㅡ ¿Hum? Te prometo que si me dejas ir yo...

Sus palabras se vieron cortadas ante el accionar del desconocido. Este se había movido rápidamente de su lugar y ahora estaba agachado frente a él.

ㅡ No...

Dos grandes pupilas le observaron por un largo rato.

ㅡ P-Por favor... ㅡ suplicó luego de unos segundos perdiendo todo el poco valor que había reunido de quién sabe dónde.

La persona acercó su rostro al de Jimin y pudo notar algunos rasgos entre la despampanante oscuridad. Un escalofrío recorrió su cuerpo al escuchar la profunda e intimidante voz por primera vez acompañada por una ligera sonrisa.

ㅡ Hola, Jimin.

______♡

Yayyyy, espero les guste. Esto recién está comenzando pero promete mucho.

Si hay algún error pronto lo corregiré, gracias por leer.

No olviden dejar su estrellita y seguirme para más Y MÁS😉💙