Capítulo 1 (Parte 2): Jon Journey

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En el dojo, se encontraban Ringo, su esposa Nora y su hija de quince años, Yuriko. Ringo era el tío de Jon y el hombre de la casa, tenía cuarenta y ocho años. Como hermano menor del padre de Jon, se había encargado de criarlo como un hijo desde que este lo abandonó. Ringo se encargó de volver a Jon un maestro en artes marciales, principalmente en la especialidad heredada por sus ancestros orientales, los padres del abuelo paterno de Jon. Era un hombre alto y de contextura delgada pero tonificada. Poseía un cuerpo de gran flexibilidad, el pelo blanco y algo corto, y una actitud serena y relajada. No era un amante de las peleas, a diferencia de Jon, y rara vez se mostraba violento. Ringo creía que Jon había heredado de su abuelo esa actitud impulsiva ante la violencia.

Nora era la esposa de Ringo, convivía con él desde hacía unos quince años, ella tenía cuarenta y uno. Era una mujer madura, de pelo corto castaño, baja estatura y delgada. Su hija Yuriko se le parecía mucho. Anteriormente se desempeñaba como ama de casa y ayudaba con las tareas del dojo, pero desde que tenían problemas económicos había comenzado a hacer distintos trabajos independientes, principalmente de preparación y venta de pasteles y comida casera. Era una mujer seria, responsable y amable, pero de carácter fuerte.

Yuriko era la hija de Nora y Ringo, su nombre de origen nipón se debía a la bisabuela paterna de Ringo que provenía del lejano oriente. Era bonita a pesar de que solía mostrarse seria todo el tiempo, tenía el pelo negro corto y ojos negros. Era una chica de fuerte carácter, orgullosa, extrovertida y de grandes convicciones. También era una estudiante avanzada de artes marciales en el dojo, poseía un fuerte sentido de justicia y su sueño era trabajar en el dojo como maestra, entrenando a jóvenes prometedores. A pesar de ser alguien muy expresiva y amable, no tenía muchos amigos debido a que los chicos de su clase le temían por su fuerza, ya que una vez había dejado inconscientes a dos chicos que la molestaban. Las chicas la veían como alguien complicada, pero a pesar de ello tenía amigas cercanas.

Los tres se encontraban en fila, arrodillados y con las manos atadas detrás de su espalda. Detrás de cada uno de ellos había un soldato de la Cosa Nostra. También había dos en la entrada del lado interno, mientras que del lado externo se ubicaba un hombre llamado Pietro, el que Jon había visto desde su motocicleta.

Enfrente de las tres víctimas se encontraban Benito, un alto rango de la Cosa Nostra, y Aldo, un asesino de la organización. En este caso, Benito era el superior de entre estos hombres. Benito era un hombre de unos cincuenta, de estatura media-baja, elegante, refinado, calmado y serio. Tenía el pelo corto peinado hacia atrás como la mayoría de los gangsters en la Cosa Nostra. Aldo, por su parte, era un hombre de unos treinta y cinco, bastante alto, de rostro inexpresivo y actitud reservada. Al igual que Benito, mantenía una apariencia elegante y refinada, pero desprendía una fuerte aura asesina.

—Parece que hemos llegado a una situación complicada —dijo Benito.

—Aún es muy pronto para esto —respondía Ringo.

Benito prosiguió.

—Como decía, se ha adelantado el pago del tributo por ciertas circunstancias, así que no tienes opciones esta vez, Ringo. Si no puedes pagar nos llevaremos a la chica.

Yuriko, que había echado a llorar hacía un rato, miraba el suelo fijamente apretando los dientes. Nora se encontraba muda de la desesperación, aunque estaba boquiabierta no le salían palabras. Ringo, que se encontraba cabizbajo, alzó el rostro y clavó una mirada de odio en Benito.

—Hazlo y desearás nunca haber nacido.

Se generó un tenso silencio de unos pocos segundos hasta que Benito echó a reír levemente.

Odisea de Clanes | Volumen 1 - Primera Odisea en IneriaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt