¿Y la respuesta?

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Harry no puede creer que nadie le haya dicho

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Harry no puede creer que nadie le haya dicho.

—...bueno, es que si lo piensas bien...—Hermione mira alrededor, en busca de apoyo. La situación captura su atención a tal punto de que parece que se le ha olvidado que se negaba a hablar con Ron hasta entonces; él lo quiere tomar como una buena señal, porque significa que hay posibilidades de que arreglen sus diferencias, pero es difícil pensar en algo más de lo que acaba de oír.

—Sí, de hecho, tiene mucho sentido —Ron la secunda, a la vez que arruga la nariz—. Es asqueroso, pero con sentido.

El carraspeo de Ginny le advierte al chico que va a maldecirlo si vuelve a hacer un comentario negativo sobre los sentimientos de su mejor amigo.

Están en la Sala Común de Gryffindor, en los sillones alrededor de la chimenea; Harry sólo retuvo las preguntas y la noticia durante una noche, y en cuanto logró poner a sus amigos en un mismo sitio, se los contó. Los tres se metieron en el camino de Ginny después, cuando esta regresaba desde alguna parte del castillo, probablemente en una cita de sábado por la mañana.

Hermione está a un lado de él, con su expresión conocedora y maternal, casi como si tuviese que reconocer para sí misma que se trataba de una obviedad. Ron, desparramado en un sillón individual, parece perdido, y al mismo tiempo, Harry tiene la sensación de que está más tranquilo que él.

Ginny empujó las cosas que tenían en la mesa frente a ellos y se sentó, con las piernas y los brazos cruzados, cuando empezaron a interrogarla, los tres a la vez. No pudo dar una respuesta más concisa.

Sí, le gustas a Drac, es verdad. No, no es ninguna broma. Le gustas desde tercer año, hasta anoche; hoy me dijo que ya no le vas a gustar más, y que quería que te lo dejara en claro, si es que preguntabas al respecto.

Ginny lo sabía. Hermione, Ron, incluso Neville, que se pasó por ahí unos minutos atrás y al que Harry le preguntó si se creería que él le gustaba a Draco, en una situación hipotética. Neville había contestado con un aturdido "¿que no es obvio que siempre le has gustado?" que hizo reír a Ginny, y al trío los dejó más pensativos.

Así que le gustaba. En serio le gustaba.

El Draco Malfoy cretino con que se peleaba, a diario, desde el primer año, no sólo tenía sentimientos, sino que podía gustar de alguien. Enamorarse. Tener ese tipo de amor que dura años, se conserva, florece.

Harry pensó que aquel detalle decía mucho de su persona, del Draco verdadero, el que no se molestó en buscar durante años.

¿Por qué le gustaba? ¿Qué tenía, que lo hacía especial a los ojos de Malfoy?

Bueno, tal vez de físico no estaba mal, sí. Era Buscador, el Capitán del equipo de Gryffindor, y jugador estrella desde primer año. El mejor estudiante de Defensa contra las Artes Oscuras.

Mariposas y leonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora